?Alguna ves has sentido una mirada de lujuria?
Pues yo si, y la siento cada vez que sus ojos me miran para mandarme un mensaje que solo yo sabré descifrar.
?Cómo llegué a esto? Creo que para contestar esto tendría que retroceder unos cuatro a?os.
Se...
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El aire en la habitación estaba cargado de una quietud palpable, interrumpida sólo por el ritmo suave de nuestra respiración entrelazada.
El aire aún cargado de las emociones desbordadas de los momentos recientemente vividos.
Jackson y yo, en un abrazo silencioso, compartíamos más que calor; compartíamos un futuro inesperado. Me armé de valor, mi corazón latiendo con fuerza contra mi pecho, y las palabras comenzaron a fluir, frágiles como el cristal.
- Jackson, necesito contarte algo que lleva oprimiendo mi pecho desde que me entere que estoy embarazada - dije, mi voz temblaba ligeramente, temerosa de la oscuridad que estaba a punto de compartir - Hace algunos años, exactamente hace casi cinco años - recibí una noticia muy inesperada que cambió mi vida por completo.
Cierro los ojos intentando controlar mi respiración y siento como Jackson acaricia mis hombros.
« Tenía 17 cuando tuve a Dakota.
- ¿Dakota? - su voz era suave, inquisitiva, un bálsamo para mi alma atormentada.
- Mi pequeña bebé. Ella... ella estaba llena de luz, de esperanza. Me motivaba a buscar maneras de salir de ahí, no quería que ella sufriera lo mismo que yo, ya había ahorrado lo suficienta para irme de esa casa con mis hermanos y ella.
Las lagrimas corren por mis mejillas.
Es algo que nunca lograre perdonarme.
«Pero una noche, todo cambió. Llegué a la casa, me dijeron que se ahogo... y de repente, se había ido - las palabras salían, una tras otra, cada una cargada de dolor y pérdida. Mis ojos se llenaron nuevamente de lágrimas, una presa rompiéndose.
Jackson me apretó más fuerte, un faro en mi tormenta. - Lo siento mucho, Lía. No tenía idea. Y ahora, con nuestro bebé en camino...
Sus palabras eran un recordatorio de la vida que crecía dentro de mí, un nuevo comienzo teñido de miedo. -Tengo miedo, Jackson. Miedo de perder lo que más amo, otra vez.
- Lía, escúchame bien - su tono era firme, pero lleno de ternura. - Estoy aquí contigo, en cada paso, en cada miedo. Vamos a proteger a nuestro hijo juntos. Siempre estaré aquí, para ambos.
Sonrió y entierro mi rostro en mi cuello.
Sin pensarlo un peso se quita de mis hombros, saber que Jackson me apoya es lo mejor que me puede pasar en este momento.
Amo mucho a este hombre.
Seguimos platicando otra media hora sobre cómo era Dakota, le cuento como le encantaba despertarse temprano y jugar con mis hermanitos, que era una bebé muy dormilona y muy glotona, que su risa era de las risas más contagiosas que pude haber escuchado y lo más importante que la amaba con toda mi alma.
Al final de la noche, me dejé guiar en los brazos de morfeo con una sonrisa en la boca.
Ella siempre estaría con nosotros y estoy segura que ella está cuidando a su hermanito o hermanita haya arriba.