⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️
— ¿Todos estos días estuviste saliendo con tu acosador? —me preguntó Johan haciendo un gesto de confundido y yo asentí entusiasmada.
— El sábado fuimos a los juegos del centro comercial y la pasamos increíble —acomodé mi silla más cerca de su pupitre para descansar mis brazos en la mesa.
— Pero... es tu acosador. ¿Realmente te interesa... ser su amiga?
— Ya no es mi acosador, se volvió un amigo. Él dejará de gustar de mí y lo ayudaré a enamorarse de otra chica. Ya me imagino ayudándolo en sus futuras citas, de seguro estará todo nervioso —me reí, pero él continuó mirándome confundido.
— Dudo que guste de otra chica si está tan loco por ti.
— Con el tiempo todo se puede. Lo que importa es que él dejará de estar acechando y asesinado gente por toda la ciudad, y además, ganó una amiga —él permaneció en silencio por unos segundos y luego asintió.
— Sí, es bastante bueno.
— ¿En serio? No te ves muy contento con la noticia.
— No es por esto, es que... llevo unos días complicados. Me cuesta concentrarme —rascó su nuca algo cansado a lo que fruncí el ceño preocupada.
— ¿Sucedió algo?
— Es muy difícil de explicar —me miró incómodo y yo sonreí de lado.
— Bueno, cuando quieras eres libre de decirme —me puse de pie— Iré con Chris, ya lo hice esperar demasiado. ¿Quieres que te traiga algo de la máquina expendedora?
— Antes de que te vayas, ¿podemos hablar de una cosa?
— ¿Qué cosa? —volví a tomar asiento.
— ¿Sí recuerdas... lo que sucedió en el Museo? —al instante me sonrojé y reí nerviosa como reflejo.
— ¿Lo lindos que eran los dinosaurios? Claramente lo recuerdo —me hice la tonta al no atreverme a discutir lo que él justamente quería discutir.
— Sabes de qué hablo. Lo que hicimos en aquel cuarto.
— A-ah... Sí, obvio —sujeté mis manos por encima de mi rodilla, comenzando a quitarme las uñas al no sentirme nada preparada de tocar el tema.
— Me gustaría si un día de estos vienes a mi casa y... lo intentamos —me sorprendí.
«M-mierda»
— ¿Y-ya? ¿T-tan pronto? —él se alarmó al verme tan preocupada.
— Si no quieres no haremos nada, sólo es una propuesta.
— N-no, yo... Sí quiero, pero... me aterra la idea. Ya sabes cómo me puse en el Museo, me altero y empiezo a sudar como loca —él se rio.
— Creo que en ese momento fuimos muy rápido. Cuando estemos en mi casa lo haremos lento, y... no es necesario preocuparse, si no te sientes cómoda solo dímelo y me detendré —presioné mis labios insegura de qué responder a lo que él enseñó una ligera sonrisa para aliviarme— Sin presiones, Tara.
— Me... gustaría intentarlo —él alzó sus cejas asombrado.
— ¿Si? ¿Y te agrada la idea de vernos en uno de estos días? —asentí— Eso es perfecto... ¿Cuándo te gustaría?
— Eh... ¿Podemos arreglarlo por mensaje?
— Sí, está bien.
Volví a ponerme de pie y acomodé mi silla en mi mesa para mirar a Johan, así dejar salir un suspiro enorme.

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Todo por ti
Horror?l es capaz de entregarle su propio corazón con tal de pertenecerle. Desde que la conoció en aquel bosque, cayó en una profunda 辞产蝉别蝉颈ó苍 que lo acabaría metiendo en un camino de asesinatos y tortura con tal de mejorar la vida de su amada, y poder es...