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ɞ٭ᑎOTᗩՏ٭ʚ

𝕊𝕙𝕚𝕡𝕡: 𝚅𝚘𝚡 × 𝙻𝚎𝚌𝚝𝚘𝚛𝚊.
ℙ𝕒𝕣𝕥𝕖: 𝟷/𝟷.
ℙ𝕒𝕝𝕒𝕓𝕣𝕒𝕤: 2011.
ℙ𝕖𝕕𝕚𝕕𝕠 𝕡𝕠𝕣: chochomiki.

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დ .•*""*• 𝙴𝚗𝚓𝚘𝚢 •*""*•.დ

Te detuviste al ver aquél estudio, comprobando si era el sitio que buscabas.

No tardaste mucho en entrar. Un pequeño sentimiento de nervios te invadía, pero mantuviste la compostura a medida que avanzabas.

La música no tardó en aparecer, junto con el olor a alcohol y prostitución.

Muchos demonios chocaban contra tí, provocando que fuera difícil el avanzar. Pero de alguna u otra manera resolviste quedando cerca de una barra, con el suficiente espacio para tí misma.

Entonces un par de lentes con forma de corazón destacaron en el fondo. Para tí, era imposible no reconocerlo, era el mismo de los anuncios.

Te acercaste, ocultando tu miedo. El tipo parecía tener una sonrisa en el rostro, así que no podía ser tan malo, ¿Verdad?

──H-hola──Tu voz flaquea un poco, mientras te diriges al demonio polilla.

Él alza una ceja, sin quitarse de encima a las chicas que lo acompañaban.

──¿De qué se trata?──Sonó algo brusco, a la vez que exhalaba el humo de su cigarro.

Aclaras tu voz, tomando una decisión que cambiaría el rumbo de tu vida.

──Quiero un trabajo.

Su mueca anterior se desvaneció, mostrando una sonrisa cínica que daría inicio a todo.

ˏ⸉ˋ‿̩͙‿̩̩̽‿̩͙‿̩̥̩‿̩̩̽‿̩͙‿̩͙‿̩̩̽‿̩͙‿̩͙‿̩̩̽‿̩͙‿̩̥̩‿̩̩̽‿̩͙‘⸊ˎ

──Por aquí, cariño──La siniestra voz de Valentino se dirigió hacia tí, mientras te jalaba del brazo hacia ese sitio desconocido.

Daré algo de contexto: Desde que Valentino te contrató, no solo has dado tus "servicios" en los burdeles.

Te habías convertido en su juguete favorito.

Siempre te llamaba con alguna excusa estúpida, sólo para hablar contigo. Te mandaba múltiples mensajes, y te citaba para sitios que no pertenecían a tu trabajo.

Tal y como ahora. No supiste por qué se antojó de traerte hacia la torre de los Vee's. Según, quería presentar a su "nueva adquisición" a sus amigos.

Era más que obvio que te aterraba la idea. No eras alguien que perteneciera a éste tipo de ambientes. Pero por cuestiones de necesidad, aquí estabas.

Valentino abrió la puerta, dejandote pasar. El sitio estaba algo oscuro, únicamente iluminado por la luz roja que se colaba por el gran ventanal de esa sala.

No pasó mucho tiempo hasta que los otros llegaran también, curiosos por el sonido de la puerta.

Una TV, y una chica bajita te miraron con confusión, para luego pasar a su compañero, el cual parecía ignorar la clara incomodidad de los tres.