Con Suerte

"¡Alto!", fue lo que ordenó su compañero de trabajo, después de ser derribado por una larga cuerda negra en el pasillo. Solo estaban cumpliendo con sus muchas tareas en esta isla, bueno, solo una, ser seguridad para Síndrome. Pero era aburrrrrido. De ninguna manera iba a mantener este estilo de vida efímero con el pequeño fajo de billetes que estaba recibiendo en esta isla.

Fue entonces cuando se sorprendió de que surgiera de la nada y que aún pudiera ver las estrellas por casi golpearse la cabeza contra el suelo hasta que se sacudió. Se tumbó de espaldas y miró con enojo a su compañero tonto que apuntaba algo a la puerta de vidrio. Había disparos a su derecha, rápidamente cambió su visión hacia la derecha, pero cuando las puertas se abrieron, ¡un resorte unido a unas botas gruesas salió a la velocidad del elástico!

"¡Pato!" gritó, pero por supuesto era demasiado tarde.

Su compañero nunca lo escucha cuando intenta hacer una pequeña charla. Solo estaba siendo amable con él y con todos, lástima que fueran un grupo de títeres en comparación con lo que había hecho con ocupaciones anteriores. El guardia que fue advertido fue aplastado y noqueado por los mismos muslos gruesos en el impacto. Una vez que terminó, el guardia deslizó lentamente su cara desde la puerta de vidrio hacia abajo mientras las botas de tacón alto hasta los muslos de la mujer caían lentamente mientras su trasero gordo y pesado se sacudía mientras estaba de pie, todavía atrapada entre las puertas cerradas.

El guardia era el único que seguía consciente y de servicio, pero seguía en trance sobre ese trasero asombroso. Las caderas limpias y anchas eran... notables. Se veía tan... Salió de su estado de reverencia al oír que las puertas del ascensor se abrían por el brazo estirado y sobreextendido de ella. ¡Tiene una tarjeta de acceso! Se levantó rápidamente, con el rifle apuntando hacia ella. "¡No te muevas!"

La heroína dejó de hacer lo que estaba haciendo, mentalmente no estaba preparada y suspiró porque había cometido un error. Helen ya se estaba volviendo obsoleta en esto, debería haber visto si había uno o dos guardias que había eliminado. Pero tal vez podría distraerlo, echarle un buen vistazo antes de poder atacar. Demasiado tarde. Helen Parr movió su mano hacia el panel con la tarjeta apenas tocando el panel justo después de que notó el movimiento.

-¡Dije que no te movieras! -ordenó nuevamente el guardia, moviéndose lo más cerca que podía de ella, asegurándose de que no pudiera usar sus poderes con el alcance que podía usar.

Ella respiró profundamente y exhaló otro suspiro para sí misma, levantando las manos en señal de rendición. "Está bien, está bien... no me voy a mover más". Se sentía extremadamente incómoda con la forma en que su ingle estaba contra su trasero. "Voy a dejar caer la tarjeta, ¿ves?" La tarjeta de acceso fue arrojada al otro lado de la habitación. ¿Eso debe haberlo preocupado en ella?

-Quédate donde estás... -No lo hizo. El guardia mantuvo la vista fija en todo su cuerpo en busca de cualquier otro movimiento que pudiera hacer. Lo que Helen no sabía es que él sabía quién era ella. Hizo falta un poco de información y concentración en los acontecimientos que llevaron a esto, pero juró que había visto movimientos elásticos y cambiantes como esos en la televisión.

En aquel entonces, el guardia era un admirador suyo y recordaba todas las veces que la había visto flexionar el cuerpo y mover el pelo mientras detenía el crimen y encarcelaba a los malhechores. También recordaba cómo lo acosaban porque le llevaba figuras de niña de ella. ¡Pero a él no le importaba! Ella era su superhéroe favorita. Y se enamoró de ella.