Dopamina/kookv

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La tenue luz de la luna se filtraba a través de las cortinas de la pequeña habitación del hospital psiquiátrico Denver's .

Había una atmósfera pesada, cargada de silencio y la sensación de algo indefinido, como si las paredes mismas guardaran secretos oscuros. En una de las camas, Taehyung se removía inquieto, intentando encontrar una posición cómoda. 

A su lado, en la cama contigua, estaba Jungkook, su compañero de cuarto. Jungkook seguía dormiendo plácidamente, como si unas horas antes, no hubiera hecho la peor de las crueldades. 

Esa noche, después de la cena, ambos habían regresado a su habitación, pero Taehyung se sentía extraño, el medicamento suministrado por los enfermeros, le causaba lagunas mentales. 

No recordaba en qué momento exacto se había quedado dormido, pero su sueño fue intranquilo, lleno de fragmentos de imágenes borrosas y sentimientos de inquietud. A mitad de la noche, se despertó con una sensación extraña en el cuerpo, como si algo no estuviera bien. Miró a su alrededor, pero la oscuridad y el silencio eran sus únicos compañeros. Jungkook seguía sin inmutarse. 

Intentó volver a dormir, pero una sensación persistente de incomodidad y una vaga sospecha le impidieron hacerlo. Era como si su cuerpo intentara decirle algo que su mente no podía comprender. Finalmente, después de dar vueltas durante lo que le parecieron horas, Taehyung se levantó y se dirigió al baño.

Encendió la luz y se miró en el espejo. Había algo en su reflejo que no podía identificar, una sombra de duda y confusión en sus ojos. Se lavó la cara, esperando que el agua fría despejara sus pensamientos, pero la sensación extraña en su cuerpo no desapareció. Se miró las manos, temblorosas, y notó pequeños moretones en sus muñecas, como si alguien las hubiera sujetado con fuerza. Un escalofrío recorrió su espalda al intentar recordar cómo habían llegado allí.

Con el corazón acelerado, regresó a su cama y se sentó en el borde, abrazándose a sí mismo. Su mente intentaba conectar las piezas sueltas de sus recuerdos, pero cada intento le dejaba más confundido y ansioso. Sabía que algo había pasado, algo que su mente había bloqueado o que los medicamentos habían distorsionado. Cerró los ojos y respiró profundamente, tratando de calmarse.

La mañana siguiente llegó con una luz tenue y fría que entraba por las ventanas. Taehyung se despertó sintiéndose agotado, como si no hubiera descansado en absoluto. Jungkook ya no estaba en su cama; probablemente se había ido a desayunar. Taehyung se levantó con dificultad y se dirigió al comedor del hospital. La habitación estaba llena de otros pacientes, algunos conversando en voz baja, otros sumidos en sus propios mundos.

Se sirvió un poco de jugo  y se sentó en una mesa vacía. Jungkook se le acercó poco después, con una sonrisa amable.

—¿Cómo dormiste anoche? —preguntó, pero Taehyung notó un brillo extraño en sus ojos, algo que no había visto antes.

—No muy bien —admitió, tratando de mantener la conversación ligera—. Tuve sueños extraños y me desperté varias veces.

Jungkook asintió, pero no dijo nada más. Taehyung intentó concentrarse en su desayuno, pero su mente seguía divagando, tratando de desentrañar el misterio de la noche anterior. Recordaba fragmentos de conversaciones, risas y sombras que se movían a su alrededor. Intentó no pensar demasiado en ello, pero la sensación de que algo terrible había ocurrido seguía presente.

Después del desayuno, asistieron a sus sesiones de terapia semanales. Taehyung se dirigió a la oficina del doctor Yoongi, seguía tan optimista como siempre. 

Al entrar se sentía desconectado de la realidad, como si estuviera viendo todo desde una distancia. Yoongi notó su distracción y le pidió que compartiera sus pensamientos.

Taehyung  tomó un profundo respiro y comenzó a hablar.

—Anoche tuve una sensación extraña, como si algo malo hubiera pasado mientras dormía. No puedo recordar exactamente qué, pero me siento... diferente. No sé cómo explicarlo.

Yoongi lo miró con preocupación y le pidió que describiera más detalles. El castaño habló de los moretones en sus muñecas y de la sensación de incomodidad en su cuerpo. Yoongi sugirió que podría ser una reacción a los medicamentos, pero también dijo que era importante explorar esos sentimientos más a fondo.

—Puede que tu mente esté bloqueando algo traumático —dijo—. Podríamos trabajar juntos para descubrir qué es y cómo afrontarlo.

Taehyung asintió, aunque la idea de revivir algo traumático le aterrorizaba. A lo largo del día, continuó sintiéndose inquieto y confuso. Jungkook estaba cerca de él, tratando de ser un amigo comprensivo, pero Taehyung no podía evitar sentir una sombra de desconfianza. Había algo en la manera en que Jungkook lo miraba que le hacía sentir incómodo.

El pelinegro estaba actuando más amable de lo acostumbrado y llevaba un rato sin siquiera molestarlo con bromas. 

Esa noche, Taehyung  decidió no tomar sus medicamentos. Quería mantener su mente lo más clara posible, con la esperanza de que eso le ayudara a recordar qué había pasado. Se acostó temprano, pero el sueño no llegó fácil. Cada sonido, cada sombra, parecía amplificar su ansiedad.

Cerca de la medianoche, sintió que alguien se movía en la habitación. Abrió los ojos y vio a Jungkook de pie junto a su cama. Taehyung se incorporó rápidamente, el corazón latiéndole con fuerza.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó con voz temblorosa.

Jungkook sonrió, pero no era una sonrisa amable.

—Solo quería asegurarme de que estuvieras bien —dijo, pero su tono era inquietante.

El castaño se sintió invadido por una ola de pánico. Recordó los moretones en sus muñecas, la sensación de incomodidad en su cuerpo, y todo comenzó a tener sentido. Se levantó de la cama, intentando mantener la calma.

—Estoy bien, gracias. Deberíamos dormir.

Jungkook lo miró fijamente por un momento antes de asentir y regresar a su cama.  Él se quedó despierto el resto de la noche, vigilando a su compañero de cuarto con ojos llenos de temor. Sabía que debía hablar con Yoongi al día siguiente, contarle todo lo que había estado sospechando y sintiendo desde la noche anterior, pero se detuvo. 

Le resultaba imposible que alguien como Jeon hubiera hecho algo tan horrible como lo era tocarlo sin su consentimiento. 

Estaba desecho, sabía que su compañero no era la persona más honesta, ni la que tenía más ética, pero se rehusaba a creer que Jungkook podría ser tan cruel como para hacerle algo así. 

Se rehusaba a creerlo porque, porque... comenzaba a sentir empatía por el chico que su padre odiaba y todos en Denver's le temían. 

                                  ¿Puedo ser tu primera vez en aquello que tienes miedo?

                                                                                                                                      H. M Molina