Año 2197, Ciudad Nueva Terra. La humanidad había alcanzado un nivel de avance tecnológico sin precedentes, conviviendo con androides y extraterrestres de todo el universo. Pero a pesar de los logros, las desigualdades económicas y sociales seguían presentes.
La ciudad de Nueva Terra en el año 2197 es un metrópolis futurista y multicultural donde conviven seres humanos, androides y extraterrestres. La ciudad es un centro de comercio, tecnología y cultura avanzada, con rascacielos que llegan al cielo y calles llenas de vida y energía.
Los seres humanos viven junto a androides avanzados que son casi indistinguibles de los humanos, y extraterrestres de diversas especies que han venido a Nueva Terra en busca de refugio o oportunidades. La ciudad es un crisol de culturas, con influencias de todo el universo.
Las calles están llenas de vehículos voladores y transporte público avanzado, mientras que los edificios están cubiertos de hologramas y pantallas que muestran información y publicidad. La tecnología es omnipresente, con robots y drones que realizan tareas diarias.
A pesar de la diversidad, la ciudad tiene un ambiente de tensión y vigilancia, con una autoridad gubernamental que monitorea y controla a sus ciudadanos. La ciudad es un lugar de contrastes, donde la riqueza y la pobreza coexisten, y donde la libertad y la opresión están en constante conflicto.
En un barrio humilde de la ciudad, vivía Axel, un joven de 22 años con una pasión desmedida por el espacio. Soñaba con explorar los confines del universo, conocer nuevas civilizaciones y descubrir secretos ocultos. Sin embargo, su realidad era muy diferente.
El barrio donde Axel vivía era un lugar vibrante y diverso, lleno de vida y energía. Era un barrio de clase trabajadora, con calles empedradas y edificios antiguos que habían sido restaurados y remodelados a lo largo de los años.
Las calles estaban llenas de mercados y tiendas pequeñas, donde se vendían todo tipo de productos, desde frutas y verduras frescas hasta ropa y accesorios. El olor a comida callejera y a especias llenaba el aire, y el sonido de la música y las conversaciones animadas se escuchaba en todas partes.
El barrio también era conocido por su vibrante escena artística, con grafitis coloridos y murales que decoraban las paredes de los edificios. Los artistas locales se reunían en los parques y plazas para mostrar sus obras y compartir sus ideas.
A pesar de su apariencia un poco descuidada, el barrio tenía un encanto especial que hacía que Axel se sintiera en casa. Era un lugar donde la gente se conocía y se ayudaba mutuamente, donde los niños jugaban en las calles y los ancianos se sentaban en los bancos a contar historias.
Para Axel, el barrio era un refugio, un lugar donde podía escapar de las presiones y los desafíos de su vida diaria. Era un lugar donde podía ser él mismo, sin temor a ser juzgado o rechazado. Y era un lugar que siempre lo inspiraba a soñar en grande y a perseguir sus sueños.
Axel creció en una familia de bajos recursos, sin acceso a educación avanzada ni recursos para pagar un viaje espacial. Las misiones interplanetarias estaban reservadas para aquellos con fortunas ilimitadas y títulos académicos prestigiosos. Para Axel esos conocimientos o educación no le estaban permitidos y no es porque no quisiera, sino porque para estudiar y obtener un título en una prestigiosa academia eran demasiado costosos.
Axel creció en un entorno donde el acceso a la educación de alta calidad era un privilegio reservado para los ricos y poderosos. Las academias prestigiosas que ofrecían programas de estudio en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) eran extremadamente costosas, y solo estaban al alcance de aquellos que tenían los medios financieros para pagarlas.
Al provenir de un barrio humilde, no tenía la oportunidad de asistir a esas academias. Su familia no podía costear la matrícula, y las becas eran escasas y muy competitivas.

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Outsiders
Science FictionAxel un chico en busca de un sue?o, encuentra una oportunidad que lo llevará no solo a buscar lo que desea si no a encontrar un secreto que cambiará la forma en que vemos el universo