Sangre de Lobo

El sonido de la puerta la despierta. Sabe que es la señora Betty. Así ha sido la rutina desde que llegó al castillo luego de su boda hace dos semanas. Durante esas dos semanas ella no ha salido de su habitación. Su lobo tiene tanto miedo de estar en un lugar extraño, sin el aroma de sus tierras, su familia ni su nido. La ausencia total de su manada lo ha sumido en una depresión profunda, como consecuencia el cuerpo de Aika está débil y enfermizo. No come casi nada, es muy poca agua la que bebe y no se levanta de la cama.

-Su majestad -entra Betty- le traje el desayuno -la anciana siente pena al ver el bulto en la cama de su nueva reina. Puede notar la depresión en la que se encuentra su lobo. Betty es muy conocedora de los cambia formas y cómo funciona la relación humano-animal. Así que sabe con certeza que la mala condición de la jovencita a su cargo no es otra cosa que su lobo resintiendo el cambio drástico de ambiente.

Aika se sienta en la cama con mucho esfuerzo, se siente tan débil. Betty la ayuda moviendo los almohadones para que le sirvan de respaldo. Pone la bandeja de comida sobre las piernas de Aika y le anima a comer. La cambia formas lobo mira sin ganas los alimentos frente a ella, hasta el sabor de la comida es diferente en ese lugar.

-Intente comer un poco, su majestad. Necesita recobrar las fuerzas -le pide Betty, pero la cambia formas solo aparta el rostro. Si sigue viendo la comida vomitará. Betty se rinde y decide retirarse, no quiere que el lobo de la chica pierda la paciencia y salga. Observa como la jovencita vuelve a acostarse, cubriéndose con las sábanas y hecha un ovillo. Siente tanta lástima por ella y está muy preocupada, si esto no cambia algo terrible pasará. La única manera de cambiarlo es que la primera persona que la rechazó la acepte. Decidida se dirige a buscar al rey.

Levi ríe con sus compañeros cazadores. Luego de una mañana de caza deportiva se siente más liberado. Y orgulloso del premio que traen a casa. Agradece que con esos siete hombres pueda ser solo Levi, ellos junto con Zed lo tratan como rey únicamente dentro del castillo y cuando los ministros están presentes. Pero cuando salen a cazar o están en su "cueva" lo tratan como Levi, su amigo de la infancia. 

-Hacía tiempo que no nos acompañabas -le comenta Barry mientras lo abraza por los hombros.

-Demasiadas cosas que hacer -se excusa Levi.

-¿Pero no debería estar su majestad encerrado en su habitación con su esposa? -le molesta Harold y el resto comienza a molestarlo también, encerrándolo en un círculo y dándole manotazos en su espalda

-Ya, ya, suficiente -les dice Levi saliendo como puede del círculo mortal- Esto es solo político, no tiene nada que ver con romance. -entran al destazadero

-Pero puede complacerse de eso -le indica Aron

-No, yo... eso no va a pasar jamás -afirma con seguridad. Está apunto de mencionar otra cosa pero la entrada de Betty lo interrumpe- Betty ¿qué haces aquí? -se extraña pues la anciana que lo ha cuidado toda su vida odia entrar al destazadero.

-Tenemos que hablar su majestad, es algo serio y urgente -accediendo el rey sale con Betty para poder hablar.

-¿Qué ocurre?

-Su majestad, la reina...

-Ella no ha sido coronada como tal -aclara de forma brusca. 

-La jovencita que tomó como esposa -corrige Betty- está muy mal. No ha comido casi nada en lo que lleva aquí, no sale de su habitación, está totalmente aislada.

-Si ella no quiere salir ¿qué esperas que haga? -el pregunta molesto

-Su majestad, no entiende. Este cambio le ha hecho mucho mal...

-A mí también. Hice muchos sacrificios. Y no me quedo llorando en mi habitación.

-Se que para usted ha sido difícil, pero no fue usted quien tuvo que dejar su hogar. No fue usted quien tuvo que mudarse al territorio del "enemigo". Usted tomó la decisión de casarse con ella, al final de todo usted dijo la última palabra. Pero ella... a ella solo le dijeron lo que tenía que hacer, no tuvo voz ni voto en esto. La pobre chiquilla solo pudo observar cómo empacaban sus cosas y las órdenes que le daba el Alfa de su manada. Además, debe entender su majestad, que las emociones de los cambia formas no son como las de los humanos. Ellos son parte humano parte animal, por lo que lo que les afecta a ellos, les afecta a sus animales interiores y al doble. El lobo de la señorita Aika no entiende nada de lo que pasó, a su punto de vista su manada la vendió y abandonó en un lugar peligroso. Eso la ha llevado a una depresión terrible y, su majestad, si no hace algo ahora podríamos perder a la señorita Aika.

Lo que Betty le dijo lo hizo pensar mucho. Es cierto, ella no estaba presente cuando se llevó a cabo el acuerdo. Y puede recordar cómo temblaba cuando se casaron. Estando en su oficina se debate sobre qué hacer. Zed su mejor amigo y segundo al mando puede observar cómo está entrando en conflicto.

-¿Sucede algo, su majestad?

-¿Cuántos años tiene... Aika? -le responde con una pregunta

-Tengo entendido que tiene diecinueve -es una niña apenas, claro él pudo tomar esa decisión pues ya tiene veintiseis. Pero ella... apenas estaba empezando a vivir.- ¿Sucede algo? -vuelve a preguntar Zed.

-Betty me dijo que está deprimida y que si no hago algo puede morir.

-El cambio le afectó demasiado, pobre chica.

-Pero ¿qué se supone que debo hacer?

-Tal vez, acercarse a ella. Mostrarle que está segura aquí.

-¿Quieres me haga amigo de una de esas bestias? -le pregunta indignado.

-Su majestad, está casado con ella. Creo que ser amigos no es tan malo -buen punto.

Al terminar sus labores del día, Levi sube a su habitación sumamente agotado. Pasa frente a la puerta de la habitación de Aika, se detiene y observa la madera tallada debatiéndose si entrar a verla o no. Es cierto que sus palabras fueron un poco duras, lo admite. Estaba tan molesto con la situación y frustrado porque la chica se miraba tan asustadiza como si él fuera una clase de monstruo. Con un suspiro, toca la puerta. No escucha respuesta, lo que es lógico pues ya pasa de la media noche, seguramente está dormida. Despacio abre la puerta, procurando no hacer ningún ruido y que la chica se despierte. Entra a la habitación y ve el bultito en medio de la cama, se acerca hasta observar su rostro. Tiene que reconocer que la chica es hermosa, ese pelo blanco y sedoso lo llama a acariciarlo, las pequeñas pecas que viven en sus mejillas le dan un aspecto tierno. Aika emite un quejido y se encoje de dolor, Levi se asusta y se preocupa genuinamente. Lágrimas salen de esos ojos plateados, aún cerrados derrama una cantidad preocupante de lágrimas. Sin pensarlo dos veces, Levi se acuclilla y reparte caricias en su cabeza  mientras la consuela.

-Shhh, tranquila -susurra- Tranquila, todo está bien. Estás a salvo aquí.

Para su sorpresa la expresión de Aika se relaja y el dolor en su pecho desaparece. Las palabras de Betty resuenan en la cabeza del rey, eso de que esté deprimida ya no es tan ridículo ahora que ha visto el dolor que la chica está soportando, y es hasta ese momento en el que se da cuenta lo pálida que está, sus ojeras y lo delgado que se encuentra su cuerpo. No puede evitar sentirse culpable. Ella no es responsable de que hayan tenido que casarse, ni si quiera formó parte de la decisión. Descargó su frustración con ella, buscaba a alguien a quien culpar y la señaló a ella. 

-Perdóname -acaricia por última vez los cabellos de la criatura que duerme profundamente sin ser consciente de su presencia y se retira. Tienen que cambiar las cosas, no quiere que ella sufra. Mientras camina hacia su habitación, el pecho le comienza a doler. Así que al estar en sus aposentos toma el medicamento que le ha sido recetado desde que tiene memoria. 

Mañana será un nuevo día y un nuevo comienzo para ambos.