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El ambiente en la sala estaba cargado de tensión, una mezcla de risas forzadas y miradas esquivas. Natalan y Lucasta habían decidido pasar la noche jugando cartas, pero lo que comenzó como una simple distracción se había convertido en un juego mucho más peligroso, lleno de secretos no dichos y deseos ocultos.
Lucasta barajaba las cartas con una destreza innata, su sonrisa siempre presente, pero sus ojos, esos ojos verdes, lo decían todo: estaba disfrutando de algo más que la partida. Natalan, sentado frente a él, mantenía su rostro inexpresivo, sin dar señales de nerviosismo, aunque su mente era un caos. Estaba claro que Lucasta jugaba más que solo con las cartas.
-No puedes engañarme con esa cara de póker, Lucasta -dijo Natalan en tono relajado, aunque el peso de sus palabras era evidente. No quería perder el control, pero con Lucasta, siempre parecía que lo estaba.
-¿De verdad, Natalan? -respondió Lucasta, sin apartar la vista de las cartas-. ¿Qué es lo que crees que estoy ocultando?
Natalan sabía que, con Lucasta, todo era un juego. No solo de cartas, sino un constante ir y venir de emociones, palabras a medias y miradas fugaces. Pero esa noche, había algo más. Algo en el aire que hacía que sus manos sudaran mientras sostenía las cartas. La música suave de fondo, el "Poker Face" de Lady Gaga resonando, sólo añadía una capa más de intensidad a la situación.
-Quizás no sea lo que estás ocultando -replicó Natalan, mientras echaba una mirada a su mano de cartas, sabiendo que estaba perdiendo-, sino lo que estás intentando ganar.
Lucasta rio suavemente, un sonido que normalmente haría que los hombros de Natalan se relajaran, pero en ese momento solo aumentaba su frustración.
-¿Y qué es lo que crees que quiero ganar? -preguntó Lucasta, mirándolo directamente a los ojos, retador, como siempre. Las cartas descansaban en sus manos, pero sus palabras cargaban más peso que cualquier mano ganadora.
Natalan dejó caer las cartas sobre la mesa, revelando su mano perdedora. No importaba, en realidad. El juego de cartas había sido solo un pretexto. Lo que estaba en juego esa noche era mucho más importante que cualquier apuesta.
-Sabes lo que quiero decir, Lucasta. Este juego entre nosotros, todo este tira y afloja... algún día uno de los dos perderá, y cuando eso pase... -sus palabras quedaron suspendidas en el aire.
Lucasta sonrió, pero esta vez fue diferente. Había algo de sinceridad en su expresión, algo que rara vez mostraba.
-Tal vez ya hemos perdido, Natalan -dijo suavemente, sus dedos acariciando las cartas como si fueran una extensión de sus pensamientos-. O tal vez solo estamos esperando el momento adecuado para mostrar nuestras manos.
El corazón de Natalan latía con fuerza, pero su rostro no lo mostraba. No podía permitir que Lucasta viera el torbellino de emociones que sentía. La última canción de Lady Gaga seguía sonando de fondo, como una cruel banda sonora de su juego interminable.
Lucasta se inclinó hacia adelante, su mirada fija en Natalan.
-¿Cuál es tu verdadera jugada, Natalan?
Natalan tragó saliva, manteniendo su expresión neutral.
-Tú lo sabes, Lucasta -dijo, manteniendo su mirada-. Pero no voy a mostrar mi carta más importante... no todavía.
Lucasta rió suavemente de nuevo, esa risa que siempre lo desarmaba. Y mientras dejaba caer sus cartas, revelando una mano ganadora, se inclinó hacia Natalan.
-Espero con ansias el día en que lo hagas. Pero hasta entonces... seguiré jugando.
El juego de cartas había terminado, pero la partida entre ellos seguía en marcha, cada vez más intensa, cada vez más peligrosa. Y ambos lo sabían, aunque ninguno estaba dispuesto a ceder primero.
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Teen Fictionson hechas por IA para entretener,no esperen mucho y por favor hagan más historias natacasta ??????????