El Fragmento de Aetheria "La Guerra de las Sombras"

Aetheria, un mundo mágico descrito por sus habitantes como “un reino etéreo y celestial”. Su magia proviene del su cristal central, el corazón del mundo.
Dividido por seis naciones Luxia -Asociada a la protección y a la sabiduría-, Nyxia -Asociada al misterio y la manipulación de las sombras-, Celestia -Asociada a la astrología, la precognición y la exploración espacial-, Selenia -Asociada con la emoción, la intuición y la transformación-, Zephyria -Conocida por la velocidad, la libertad y la comunicación- y Neptunia -Asociada con la empatía, la adaptación y la curación-.
Un consejo de sabios llamados “Sídono de la Armonía” escargados de mantener la paz y el equilibrio entre naciones.

La historia de Aetheria está entrelazada con una antigua profecía que marcaba el fin de nuestra tierra y la liberación del mundo espectral Infernus -La cárcel de los marginados y desterrados-
Cuenta la leyenda, que cada 450 años, 6 niños de las distintas naciones nacerán y serán los encargados de mantener la vitalidad y permanencia en el mundo en el que vivimos, si alguno de estos perece o su poder es robado, podría sumir nuestro hogar en un mundo sin vida, liberando así demonios y criaturas que se encargarían de destruirnos y poder tomar posesión de nuestra tierra natal. Sin embargo, para que esta profecía se cumpla y se libere el mundo espectral, se necesitan de dos terranos especiales: un joven nacido bajo la incidencia de la luna llena un 29 de Febrero y una joven nacida una noche de Hallowen, siendo la séptima hija de una familia de mujeres o bien la séptima mujer de la tercera generación.

Desde niña siempre escuchaba estas historias, pero nunca le daba importancia, no me significaba nada hacerlo. Cada nación usaba su significado de distintas maneras, tejiendo mitos y leyendas a su alrededor.
No obstante, el consejo de sabios lo tomaba muy enserio. Se decía que hechizaron 6 velas que se encendían con el nacimiento de un niño prodigio.

-Por cierto, mi nombre es Aria Moonwishper, hija de la luna-.
Mi padre siempre me decía -Haz caso y respeta  la profecía, son las raíces de nuestra historia-, siempre con cara de enfado y en un tono muy condescendiente.
El día de mi nacimiento una de la velas se encendió, mis padres muy afligidos por este acontecimiento, decidieron que no debía quedarme en el mundo mágico porque era un objetivo fácil para los malos que buscaban destruir a Aetheria. Por ello, al cumplir once, ellos decidieron mandarme a Terra, un mundo sin magia, con gente normal sin poderes que los caractericen. Allí aprendí a vivir como ellos, sin magia, yendo a la escuela y conviviendo como uno de ellos, un terrano.
Según ellos, me mandaron a este mundo porque estaba siendo buscada por un grupo de desterrados de Aetheria que buscaban asesinarme o quitarme mis poderes -La realidad es que, no les entendí bien lo que quisieron decirme. Solo tenía once años- decía, mientras disfrutaba de un rico helado de fresa.