DECISIONES (NaruSasu)

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Miraba pensativo a través de la ventana de la que fue su habitación, su casa desde que nació. Ahora que era todo un hombre, estaba a punto de irse de allí y mudarse a la Mansión que desde hoy sería su hogar.

Hace años, cuando quedó huérfano y Tsunade (madre de su padre) se encargó de cuidarlo, ella había preferido no vivir en la Residencia o Mansión Namikaze, sino en su propia casa- la cual era pequeña pero acogedora-, porque sólo eran Naruto y ella (su abuelo Dan había fallecido), y la mansión quedaba muy grande. Y ahora era tiempo de que Naruto viva solo, ya todo estaba listo, la pintura, los muebles, los empleados... sólo faltaba irse a vivir.

El rubio miraba por la ventana melancólico, pensando en lo que extrañaría de la casa en la que vivió toda su vida, ahora que la dejaría atrás. Era como cuando iba a irse de Konoha, así también se había parado en la ventana a pensar en lo que echaría de menos de la ciudad.

Sonrió al recordar las cosas que había pensado. Primero pensó en su abuela, aunque definitivamente no extrañaría sus golpes. Luego vinieron a su mente sus amigos, y entre sus amigos, quien más taladraba su cabeza era el Uchiha... claro, eso era porque era su mejor amigo, entonces es obvio, no?

Pensando en eso, se puso a recordar cómo era Sasuke antes de irse, y seguía preguntándose por qué se había vuelta así de frío con él si antes no era así... bueno, no tanto. Le complacía recordar cómo lo sacaba de sus casillas cada vez que quería, para Naruto era lo más divertido del mundo hacer que el moreno se enoje y comience a gritar, y con eso al mismo tiempo hacía que Sasuke salga de su habitual templanza y seriedad. Al menos con Naruto, Sasuke no era tan retraído, se había acostumbrado a discutir, pelear, reír, en otras palabras... dejarse llevar por el rubio. Y eso a Naruto le gustaba, pero ahora estaba tan diferente.

De repente recordó aquella vez, a los doce años, cuando Orochimaru (tal vez por eso lo odia) se llevó a Sasuke de intercambio a otro colegio diciendo que allí tenía más oportunidades que en Konoha. El padre de Sasuke no se opuso en absoluto y le dijo que era decisión de su hijo, así que Sasuke aceptó.

Ooooh, pero el rubio no se quedó de brazos cruzados. A Naruto no le entraba en la cabeza que Sasuke quiera cambiarse de colegio, hasta se sentía traicionado. Según el rubio, Sasuke pertenecía a Konoha y allí tenía que quedarse... no en la ciudad del Sonido. Además el Uzumaki no confiaba en ese viejo cara de serpiente. Así que, decidido, el rubio tomó un autobús y se fue al dichoso colegio del Sonido a traer al bastardo de vuelta.

"¿Q-Qué... demonios... haces aquí?"

Nunca olvidaría la cara que puso Sasuke cuando lo vio parado en la entrada del colegio, esperándolo. Era de total impresión e incluso parecía nervioso. Hasta que el rubio comenzó a gritarle un millón de razones por las cuales no tenía que dejar Konoha.

Obviamente, Sasuke no le hizo ni el más mínimo caso y lo mandó a volar... porque las razones que le daba eran insignificantes para él.

Pero no es como si Naruto se fuera a rendir tan fácilmente.

"¡No voy a dejarte en paz hasta que vuelvas, tebayo!"

Y así lo hizo, lo estuvo fastidiando por dos largos años hasta que lo hizo volver. Todos los días iba a esperarlo a la salida, incluso el rubio se faltaba a sus propias clases para ir e irrumpir en el aula del Uchiha haciendo cualquier tipo de escándalo, también había una que otra agarrada a golpes con Sasuke. A cada rato tenían que llamar a los guardias para que saquen de allí al rubio, y que ya no le permitan entrar, aunque eso no servía de mucho, porque Naruto saltaba la barda o hacía cualquier cosa con tal de entrar. Cualquier otro colegio consideraría expulsar a Sasuke para librarse de ese pequeño sarna rubio (al cual ya todo el colegio del Sonido conocía) pero el director Orochimaru no lo iba a soltar tan fácilmente.