抖阴社区

Capítulo 17

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— ¿Qué quieres?— pregunto con desprecio.

Sienna se sorprende al verme aquí, sus facciones lo demuestran, pero se recompone rápidamente.

— ¿Está Leo en casa? El otro día le dije que vendría.

Frunzo el ceño cuando siento una punzada de celos. ¿Por qué iba a venir? Además, ¿qué es eso de "Leo"?

— Sí, está. Pero ocupado. Así que vuelve más tarde. O mejor, no vuelvas.

— Lo esperaré, es importante.

— Lo que tengas que decir puede esperar.

— Es importante— reitera, perdiendo los nervios— así que, déjame entrar, no te lo repetiré dos veces.

— Ni falta que hace, tengo una perfecta audición. A diferencia de ti, por lo visto— digo. Está a punto de decir algo pero la interrumpo— entérate, lo vuestro se acabó, ahora está conmigo, así que guárdate la mierda que le vas a decir y vete por donde has venido.

Sienna suelta una risa amarga y sin un ápice de alegría.

— Escúchame bien, fantoche. He venido aquí con la intención de hablar con Leonard y lo último que quiero es discutir contigo porque sé que saldrás perdiendo.

—Yo creo que tienes miedo de que te baje ese ego tuyo tan grande.

—¿Miedo yo? Por favor— ironiza.

La miro con desdén y me doy la vuelta con la intención de volver al salón, murmurando palabrotas. Me la pela si se va o se queda.

Diez minutos después, Sienna sigue aquí cuando Leonard sale junto a su padre. Parecen estar en una discusión, el ceño fruncido de Leo y los puños apretados del señor Davies me lo demuestran.

— A nadie le importa lo que quieras— le oigo decir al padre.

Leonard está a punto de decir algo pero el señor Davies lo detiene haciendo un gesto con la mano al reparar la presencia de Sienna y la mía. Leo también nos ve y al detener la mirada en ella explaya los ojos, sorprendido, pero enseguida se recompone.

— La que faltaba— dice, refiriéndose a la rubia que resopla molesta— la cornuda mimada y la tonta cazafortunas. Hay que ver el gusto que tienes, Leonard.

El aludido bufa exasperado y se cruza de brazos.

— Me voy, no quiero seguir perdiendo el tiempo contigo y mucho menos con esas dos— nos señala antes de irse, dejándome a solas con Leo y la estúpida.

— ¿Qué coño haces aquí, Sienna?— pregunta, mirándola mal.

— Parece que tu nueva noviecita no te enseña modales—ríe con ironía, pero Leonard sigue implacable— te dije que vendría y aquí estoy.

Leo me dedica una mirada rápida y yo frunzo el ceño.

— Me da igual lo que tengas que decir, márchate— dice el castaño— no quiero que vuelvas a venir a mi casa, ni mucho menos que te acerques a ella.

Leo me señala y Sienna me da una mirada rápida, disgustada y molesta a partes iguales. De repente esboza una sonrisa maliciosa y le dedica una mirada significativa a Leonard que lo hace tensarse de pies a cabeza.

— Leoncito, cielo, ¿cuál es el afán por que me aleje? ¿Acaso tienes miedo de que se entere de tu secretito?

¿Secreto? ¿Cuál secreto? Miro a mi novio en busca de respuestas pero él evita mi mirada, se ha tensado más, si es que eso es posible.

— Sienna— advierte Leo entre dientes.

—¿Qué? ¿No que la amabas? A las personas a las que se aman no se les ocultan cosas— dice y luego me mira—Laia, ¿no te lo ha contado?

Las Lágrimas de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora