Con Solo Una Mirada

John

Naomy se quedo dormida casi desde que llegamos, la película solo había avanzado un poco y ella ya estaba dormida para entonces. Me anime a abrazarla al sentir un poco de lastima por ella, cuando llegue tenia los ojos rojos y un poco hinchados, con ojeras muy marcadas.

Algo me atraía de ella quería tenerla cerca pero a veces deseaba que desapareciera de esta ciudad para que dejara de complicar mi vida, pero verla así despertaba un Insistió en mi que deseaba protegerla.

Después de todo tenerla conmigo daría beneficios, ella era tan ingenua con sus amigos que con un algunas palabras bonitas caería rendida ante mi sin mucho esfuerzo. Aun que algo en mi también me detenía de darle un mal trato.

Después que me contó que tenia problemas para dormir no quería despertarla, se había dormido desde las nueve de la noche y ya eran las cuatro cincuenta y cinco de la madrugada.

Acaricie su cabello un momento, quise acomodarme y ella despertó. No, no quería que despertara. Quería que siguiera durmiendo. Pero claro ella tenía que volver a su casa.

-¿Qué horas son? -Pregunto frotándose los ojos.

-Van a ser las cinco de la mañana. -Conteste terminando de acomodarme.

-Perdón, creo que dormí de más. -Dijo algo apenada.

-No te preocupes, lo necesitabas. -Respondí con una media sonrisa.

-¿Me llevas?, por favor. -Me miro fijamente al darse cuenta de que yo no reaccionaba.

¿Qué pasará por esa cabeza tan pequeña? Al sentir mi mirada sobre ella, ¿Sentirá algo por mi? Aun que sea lo más mínimo. ¿Empatía quizás?

-Claro, vamos. -Dije volviendo a la realidad.

Se levantó acomodándose el cabello y poniéndose sus zapatos de nuevo, yo solo me puse unas pantuflas y le abrí la puerta de mi cuarto para ella. Al cruzar por la sala me di cuenta de que el aire acondicionado estaba prendido, fue algo extraño ya que se suponía que no había nadie despierto.

Durante el camino a su casa estuvimos los dos en silencio, al llegar traté de guardar el máximo silencio posible.

-John. - dijo antes de bajarse.

-¿Si? -Respondí con una sorpresa.

-Gracias. -Sonrió de una manera, que me pareció lo más tierno que había visto, nunca.

-No tienes nada que agradecer. -Dije con muchísimos nervios. -Cuándo estés triste puedes hablarme.

-No te quiero agobiar con mis problemas. -Desvió la mirada al suelo y pareció querer decir algo mas. -y sobre lo de hace rato, perdón por dormir recargada en ti.

-No tienes que preocuparte por eso, dejaría que durmieras recargada en mi toda la vida si así lo quieres. -Dije guiñándole un ojo.

-No, creo que no me entiendes. -soltó una risita apenada. -Nosotros solo somos compañeros de clases y apenas y nos conocemos.

-Ya entiendo, una disculpa solo no quería que estuvieras triste.

''solo somos compañeros de clase'' No quería pensar que era una malagradecida pero solo intentaba ayudarla de corazón, aun que claro teniendo mis beneficios.