Sonic: Phantom Requiem

El viento silbaba entre las ruinas del lugar. El cielo, teñido de un rojo enfermizo, parecía anunciar lo inevitable: el clímax de la batalla estaba cerca. 

Frente a Infinite, cuatro figuras se mantenían firmes: Sonic, Shadow, Knuckles y Tails. 

Amy y Eggman observaban desde la distancia. No había palabras que pudieran describir la tensión en sus rostros. 

—Es ahora o nunca… —murmuró Sonic, flexionando las piernas, listo para lanzarse. 

Shadow no dijo nada. Sus ojos rojos brillaban con determinación. Knuckles apretó los puños, mientras Tails ajustaba sus guantes con una mirada de concentración absoluta. 

Infinite sonrió con burla. 

—Patético… ¿Creen que juntos pueden hacer algo contra mí? 

Sin esperar respuesta, el chacal alzó la mano y la energía del Phantom Ruby explotó en una onda devastadora. El suelo tembló, el aire se tornó pesado y distorsionado. Los cuatro apenas lograron dispersarse antes de ser arrastrados por la energía. 

Sonic reaccionó primero. Se lanzó con un Spin Dash directo a Infinite. Shadow, sin perder tiempo, lo siguió con un Chaos Spear. Knuckles cargó con un puñetazo que podía partir el suelo en dos. 

Pero Infinite ni siquiera se movió. 

El Phantom Ruby parpadeó y, en un instante, el campo de batalla se llenó de enemigos artificiales. 

Un clon de Metal Sonic interceptó a Knuckles con una velocidad brutal. 

Sombras distorsionadas de soldados de Eggman rodearon a Tails, moviéndose como espectros. 

Sonic y Shadow fueron repelidos en el aire por una fuerza invisible que los envió de vuelta al suelo. 

—¡Esto no es real! —gritó Tails, golpeando desesperadamente a los clones, que desaparecían solo para reaparecer segundos después. 

—Real o no, sigue lastimando… —gruñó Knuckles, esquivando un golpe de Metal Sonic antes de devolverle un derechazo que lo hizo tambalear. 

Sonic se puso de pie, sacudiéndose el polvo de la cara. Miró a Shadow, que también se reincorporaba con los puños cerrados. 

—¿Estás pensando lo mismo que yo? 

—Hmph. Por supuesto. 

Ambos se lanzaron al ataque al mismo tiempo. 

Shadow se teletransportó detrás de Infinite con Chaos Control, atrapándolo en una llave veloz. Sonic apareció al frente y con un Homing Attack lo golpeó directo en el Phantom Ruby. 

Infinite soltó un gruñido de sorpresa y perdió el equilibrio por primera vez. 

Knuckles aprovechó y le propinó un uppercut demoledor que lo lanzó por los aires. 

Tails no perdió el tiempo. Voló con todas sus fuerzas, girando como un torbellino, y le dio un golpe con sus colas que lo hizo impactar contra el suelo con violencia. 

Por un instante, la batalla parecía que se inclinaba a favor de los héroes. 

Infinite jadeó, con una rodilla en el suelo. Las grietas en su máscara eran más evidentes. 

Eggman, que había estado observando todo desde su Eggmobile, aprovechó el momento y disparó un cañón de energía directa al chacal. 

—¡Si van a derrotarlo, háganlo ya! —rugió el doctor. 

El disparo golpeó de lleno a Infinite, cubriéndolo en una explosión. Sonic y los demás se protegieron del impacto. 

Cuando el humo se disipó, Infinite seguía ahí, de pie. 

Pero su postura era diferente. 

Algo no estaba bien. 

El Phantom Ruby brillaba con más intensidad. 

—…Interesante. 

El ambiente se volvió más pesado. 

El cielo se oscureció por completo. 

Knuckles tragó saliva. 

—¿Por qué siento que… eso no fue suficiente? 

Infinite levantó la mirada. 

Sus ojos brillaban con un fulgor rojo anormal. 

—Ahora veo que no basta con jugar con ustedes. Es hora de que… se arrodillen ante el verdadero poder del Phantom Ruby. 

El suelo comenzó a agrietarse. 

Los escombros flotaron en el aire, como si la gravedad estuviera colapsando. 

La energía que emanaba del chacal era diferente a cualquier cosa que hubieran visto antes. 

Sonic apenas pudo reaccionar antes de sentir una presión abrumadora sobre su cuerpo. 

Shadow intentó moverse, pero fue derribado por una onda invisible. 

Knuckles y Tails fueron arrojados hacia atrás, estrellándose contra los restos de una pared distorsionada. 

Amy miró con horror, incapaz de hacer nada. 

Eggman apretó los puños dentro de su Eggmobile. 

El Phantom Ruby estaba desatando su máximo poder. 

—Este… es mi mundo. 

Una explosión de energía carmesí arrasó con todo. 

Y el grito de Sonic fue lo último que se escuchó antes de que todo se volviera negro.