抖阴社区

Capítulo 17

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La lluvia seguía cayendo, golpeando con fuerza contra el suelo, nuestros cuerpos y la ropa empapada que se pegaba a nuestra piel. Un escalofrío me recorrió la espalda, pero no sabía si era por el frío o por la forma en que Kageyama me miraba en ese instante, con los labios ligeramente entreabiertos, la respiración entrecortada y una expresión que nunca antes había visto en él.

Mi corazón latía con fuerza, demasiado rápido, demasiado fuerte. Sentía el sonido ensordecedor de la lluvia, pero al mismo tiempo, todo parecía haberse vuelto silencioso, como si solo existiéramos él y yo en ese momento.

Sin pensar, sin analizar, mis dedos se deslizaron por su rostro húmedo, recorriendo su mejilla con suavidad.

— Estás helado... —murmuré, mi voz apenas audible entre el sonido de la lluvia.

Kageyama tragó saliva, sus ojos bajaron fugazmente hasta mis labios, y mi respiración se detuvo por un instante. ¿Realmente estaba pensando en lo mismo que yo?

Sin darme cuenta, me incliné apenas un poco hacia él. El espacio entre nosotros se redujo, mi cuerpo reaccionó antes que mi mente, y cuando nuestros labios se tocaron, un escalofrío completamente diferente al del frío recorrió mi piel.

Fue un roce torpe y breve al principio, como si ninguno de los dos supiera qué hacer. Sentí su respiración cálida, el temblor sutil de su cuerpo. El corazón me latía con tanta fuerza que estaba segura de que él podía oírlo.

Kageyama no se apartó.

Al contrario, su mano, aún algo temblorosa, se deslizó hasta mi cintura y me atrajo con torpeza hacia él, profundizando el beso de manera insegura, como si tuviera miedo de hacerlo mal.

Cerré los ojos y me dejé llevar, sintiendo el leve temblor en sus labios, el calor que contrastaba con el frío de la lluvia, la forma en que su otra mano se aferró débilmente a mi brazo. Fue un beso torpe, inexperto, pero por alguna razón, se sintió perfecto.

Mi piel ardía, mis dedos se aferraron a su chaqueta mojada, sintiendo la tensión en sus músculos. Era una sensación completamente nueva, abrumadora, emocionante.

Cuando nos separamos, apenas unos centímetros, abrí los ojos lentamente y lo vi. Sus mejillas estaban encendidas, sus labios entreabiertos, y su respiración era irregular.

Yo no debía sentirme así. Yo solo quería molestar a Kageyama, ver sus reacciones, divertirme con su torpeza. Pero ahora... ahora no podía ignorar la sensación en mi pecho, el calor en mi piel, la necesidad de recordar cada detalle de ese momento.

Una sonrisa ladeada se dibujó en mi rostro.

— Idiota... —susurré.

Kageyama desvió la mirada con el rostro completamente rojo, evitando mi mirada.

— Tú... tú empezaste...

Mi risa resonó entre la lluvia. Por primera vez en todo este tiempo, no quise molestarlo. No después de lo que acababa de pasar.

La lluvia seguía cayendo con fuerza, pero en ese momento ya no me importaba. Sentía mis labios arder aún por el beso, mi corazón latiendo a un ritmo desenfrenado.

Kageyama seguía con la mirada apartada, su expresión era una mezcla entre nerviosismo y confusión. Su mano aún descansaba en mi cintura, como si no supiera si soltarme o seguir sosteniéndome.

Me mordí el labio, sintiendo el cosquilleo de lo que acababa de ocurrir. ¿De verdad habíamos hecho eso? ¿De verdad acabábamos de besarnos? No había sido un accidente, no había sido un impulso momentáneo... Ninguno de los dos se había apartado.

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