Minho busca cualquier lugar para tener relaciones con su querido esposo Jisung sin importar si sus hijos están en el mismo sitio.
─Mi-Minho a-aquí no ─habló entrecortadas veces.
─Minho aquí si ─sonrió para restregarse más en Jisung.
Solo tenían que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Eso es muy grande!—gritó Hueningkai.
—Muy grande, ese tamaño debería estar extinto.—dijo Minho.
—Se mira muy deliciosa, me la quiero tragar completa.
—Yo también y eso que ni siquiera soy adicto a eso.
—Deberías de probar, tú tragas esas cosas y no vuelves a soltarlo nunca.
Minho miró la gran botella de café que había delante de ellos, podían decir que el tamaño de esa botella era de 100 centímetros, ni sabían que podía existir ese tamaño.
—¡Papá!—escuchó una voz femenina entrando a la cocina.
Minho giró y vio a su ahora no tan pequeña hija, viniendo a él muy enojada.
—¿Qué pasó, Zuha?—preguntó preocupado.
—¡Jeongin es lo que pasa! Venía en todo el camino hablando y hablando, que no podía escuchar mi música.—dijo molesta.
—¿Cuál es lo malo?
Kazuha lo miró ofendida.—Que ya no puedo ir tranquila en el auto porque ahí está él hablando.
Minho iba a seguir hablando cuando vió a su hijo entrar por la puerta.—Pues no es mi culpa que tú seas envidiosa.—dijo su hijo.
—¡Yo porque te tendría envidia, moco!
Jeongin se acercó a su papá.—¿Sabes lo que hizo tu hija? Me escupió lo que era su jugo o eso es lo que creo, eso es envidia porque yo hablo de mis logros y le da envidia.
Kazuha rodo los ojos.—Me das estrés, eso es lo que es, ya de por si es malo tenerte en el mismo salón que el mío, ahora no puedes dejarme descansar un rato aqui en mi casa.
Jeongin la miró.—Pues primero que nada, soy muy listo, no es culpa mía que destaque en todo y lo otro, esta también es mi casa y hago lo que se me plazca.
—¡Soy mayor que tú, respeta!
—Lo haría...—dijo pensando.—pero no, yo soy más alto que tú, así que no te tengo ni una pizca de respeto.
—¡Ya basta niños!—los regañó, mirándolos a ambos.—ustedes son hermanos, no deberían de pelear.
Jeongin y Kazuha se miraron aún molestos, así que Minho tuvo que pensar en alguna forma para que ellos se reconcilien.
—Abracense.—dijo
—¡Pero papá!—se quejaron ambos pero como vieron que su papá realmente no les dijo nada, tuviera que obedecer.
Se acercaron y se dieron un ¿Abrazo? Bueno, no parecía, ya que ambos guardaban distancia y se daban solo palmadas, se alejaron y cada quién se fué a sus respectivas habitaciones.
Definitivamente esos eran hijos de Jisung y Minho, igualmente de especiales.
Minho miró entrar a su amado esposo, que venía con unas bolsas de compras en sus manos y ambos se sonrieron.