El héroe Long Aotian es un Omega (I)

Primera zona de la constelación Libra, piso doce del edificio de la firma de ingeniería Feili, en la oficina del Subdirector Shang Guan, uno de los responsables de la firma.

El Subdirector Shang Guan, con más de cien años de edad, bebió su tercera taza de té para reducir el calor interno, haciendo que su ya abultado estómago se volviera aún más redondo.

Después de terminar la taza, el Subdirector Shang Guan suspiró profundamente y llamó a su secretaria, quien también era su amante.

El Subdirector Shang Guan señaló hacia abajo y preguntó con cautela: "¿Ya se han ido esos dos?"

La secretaria, con expresión complicada, murmuró en voz baja: "Todavía no."

"¡¿Todavía no?! ¿Acaso creen que este lugar es un parque de diversiones?" exclamó el Subdirector Shang Guan elevando la voz, con su estómago subiendo y bajando.

La secretaria rápidamente le ofreció su cuarta taza de té para reducir el calor. "Director, cálmese."

"Calmarme, calmarme, ¡hoy ya estoy lleno de tanto té!" El Subdirector Shang Guan bebió un sorbo, pero realmente no podía tranquilizarse. Golpeó la taza con fuerza, derramando té por toda la mesa.

Señalando hacia la ventana, dijo con voz temblorosa por la ira: "Si vienen de visita, naturalmente los recibo bien, son los hijos del Gran Señor del Dominio, por supuesto que los atenderé correctamente, pero ¿era necesario traer a sus guardaespaldas?"

El Subdirector Shang Guan caminó hasta el ventanal y miró hacia abajo. Los dos equipos de guardias seguían formados rígidamente frente a la entrada de su firma, todos vestidos con uniformes negros, formando dos filas impresionantes y sombrías.

La vista le provocó dolor de cabeza al Subdirector Shang Guan.

Estos guardias no solo estaban apostados en la entrada, sino que inspeccionaban a cualquiera que entrara, alegando que debían garantizar la seguridad de los dos jóvenes amos.

Si realmente quisieran seguridad, deberían quedarse en la mansión del Señor del Dominio en lugar de venir aquí a causarle problemas.

Frotándose las sienes, el Subdirector Shang Guan respiraba con dificultad. Tenía dos clientes citados para esta mañana y, dada la situación, no sabía si podrían entrar.

"Envía a alguien a preguntar, no, a tantear cuándo se irán esos dos," dijo el Subdirector Shang Guan con un gesto débil. Por muy molesto que estuviera, no podía ofender a esos dos.

"Señor Shang Guan, ¿quiere echarnos?"

Mientras hablaba, la puerta de la oficina se abrió de repente y entró un niño de unos diez años.

El niño llevaba el cabello ni largo ni corto, atado en una simple cola de caballo, y sus ojos azul profundo miraban al Subdirector Shang Guan, claramente disgustado.

El Subdirector Shang Guan se tensó. ¡¿Cómo había llegado este a su oficina?!

Sin embargo, su rostro se llenó instantáneamente de sonrisas. "No, no. Solo estaba pensando en llamar a más personas para asegurarme de que se divirtieran lo suficiente..."

Esto hizo que el niño se enojara aún más. Su delicado rostro se ensombreció y, a pesar de su corta edad, ya mostraba un porte extraordinario. "Vine a aprender."

"Sí, sí, a aprender," el Subdirector Shang Guan rectificó rápidamente, sonriendo ampliamente. "¿En cuál de los proyectos de nuestra firma está interesado el Cuarto Joven Amo? Haré que alguien se lo explique detalladamente de inmediato."

El niño asintió con una madurez fingida. "Bien, quiero saber sobre el plan de diseño del Instituto de Investigación Ming Wen. Vi el modelo en el tercer piso y me pareció interesante."