抖阴社区

-10.1-

568 217 72
                                    

La casa estaba silenciosa, ni siquiera Alethea estaba gritando en los pasillos quejándose de lo miserable que era su vida porque nadie quería jugar con ella y que nadie la entendía. A veces, ese discurso le parecía aburrido y repetitivo, aunque no era algo que no fuese cierto. Ellas dos tuvieron que crecer de otra manera, por más que la misma Hannah solo se llevara un año de diferencia con Penélope. La habían relegado a ser como la menor y a la menor como algo inferior. Era una situación complicada.

Con el pasar de los años buscaron el afecto de un padre en Daniel, pero él no estaba interesado en cumplir el rol y se convirtió en un torturador silencioso que las observaba, esperando ver en qué se equivocaban para burlarse o castigarlas por el comportamiento infantil. ¡Eran niñas! Por supuesto que el comportamiento infantil estaba a la orden del día, pero su cuñado se empeñaba en tratarlas como pequeñas damas que pertenecían a su ejército de obediencia y buen comportamiento.

Salió al jardín y vio a Edwin regresar de su paseo en uno de los caballos de la propiedad. Se acercó a Hannah y colocó sus manos hacia atrás para hablarle.

—¿Aburrida?

—Mucho —respondió Hannah con una media sonrisa.

—Podríamos tirar con el arco —propuso Edwin.

—¡Lo había olvidado! ¡Por supuesto, los arcos! Prepárate para sufrir una humillación.

Edwin sonrió y fue hasta la casa para pedir que los sirvientes colocaran el blanco y les entregaran el arco y las flechas.

El marqués de Torton colocó el blanco en su lugar y después se sentó en la hierba a esperar que su cuñada hiciera el primer tiro.

—El lugar más seguro está detrás de ti —alegó Edwin, burlón.

—Sabía cazar antes de que tú pudieses bajarte el pantalón, cuñado. Desde pequeña puedo agarrar liebres con los dientes —replicó buscando el ángulo perfecto.

—Esas no son palabras dignas para conquistar a nadie. De esa manera no lograrás llegar al corazón de un caballero.

—El hombre que se interese en mí primero deberá conocer lo malo y después lo bueno, así se evita sorpresas, ¿o no?

—Es un riesgo. Puede ser imprudente si lo que queremos es que te cases y dejes otra habitación vacía.

—¿Habitación vacía? Si eso funcionara, tú no tendrías habitación y tampoco Robert. Viven más aquí que en sus casas, es como si no fuesen felices en sus matrimonios.

—¡Tú me has estado espiando! —la acusó Edwin.

—¿Para qué querría espiarte? Créeme, estoy aburrida, pero tampoco es para perder mi tiempo de esa manera. No tienes un solo secreto ni nada que pueda hacer que te sientas orgulloso de seguir con vida. De la misma manera que Robert solo gastas aire.

—El único defecto de Penélope son sus hermanas, el resto es perfecto. No pensé que pudiésemos coincidir tanto, Hannah. En una frase has dicho lo que he pensado de mi cuñada, de Coraline. Ahora me doy cuenta de que es una santa, una mártir que ha tenido que soportar mis estupideces. Frente a ustedes ella no es nada.

—No tenemos depredadores, Edwin... —Ella soltó la flecha y le dio en el medio al blanco—. Mejora eso si puedes, no nueras en tantos intentos.

—Primero me ponen a jugar ajedrez  con una tramposa que debe ser pariente de Vlad, el empalador, y luego yo mismo me meto en la humillación por falta de aprendizaje. No es justo. Tengo más habilidades que ustedes.

—Pero no eres más inteligente, al menos no lo has demostrado aún. Tal vez sea porque aún eres nuevo en la familia y te falta entender algunas mañas necesarias para tu supervivencia con nosotras.

—¿Le harás pasar esto a tu esposo?

—Supongo que también se aburrirá de un paseo en su costoso caballo y querrá probar sus habilidades con las que intentaba humillarme y terminará enterrado.

—Antes pensaba que quien se casara con uno de ustedes sería afortunado, pero ahora solo pienso que sería víctima. Le haré señales para que huya lo más pronto posible al lugar más lejano de Inglaterra.

—Responde con la verdad. ¿Crees que conseguiré un esposo?

—¿Quieres la verdad disfrazada o la más cruda?

—La cruda.

—No. Tendrás que comprar uno. Ahora puedo decir la versión disfrazada.

—Hazlo.

—Si quieres un esposo solo no hables mucho. ¿Puedes?

—Eso sería engañarlo.

—Tal vez sea más parecido a la omisión compasiva. Una vez que esté dentro de la famila no podrá salir, estará atrapado creyendo que vivirá su mejor vida con una dama hermosa, pero lo que ignora es que todo eso tiene un precio que se llama dignidad masculina.

—¿Todo eso es desde un punto de vista sin amor? ¿Cómo es algo con amor?

—¿Acaso hablé de algo sin ese sentimiento? Lo que obliga a un caballero a guardar sus verdaderas ideas donde no traspasa es el sol es por causa de eso.

—¡Estoy preguntando que qué se siente estar enamorado! Oye, tú eres la flamante y reciente adquisición familiar, alguien que no ha vivido demasiado entre nosotros para que su amor muera.

—Solo el amor más fuerte puede sobrevivir bajo este techo. Te diré una cosa, me enamoré de Penélope tan solo al verla y supe que era la mujer que necesitaba a mi lado.

—Eso era porque no las conocías.

—Exactamente, pero no me arrepiento. Ella era más de lo que esperaba en la vida.

—¿Y qué pasa si yo no siento ese flechazo instantáneo? ¿Estaré destinada a ser una solterona?

—¡Oh, no! ¡Qué ni Dios ni el Diablo permitan algo así! —exclamó apresurado. Por nada del mundo quería lidiar con esa joven en el futuro visitando su casa sola.

—Qué conveniente.

—Quise decir que no pienses de esa manera. Podrás casarte. No todas las relaciones empiezan con un primer vistazo. A veces las acciones hacen que nazca de otra manera o tal vez muchos obstáculos. Tienes un par de historias aquí para ponerte a hurgar. No todo es fácil. En algunos casos hay que luchar, caer y levantarse más fuerte.

Buenas tardes. Aquí hoy es día de la madre, ¡feliz día a todas!

[Las Damas Hess #4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora