T E R M I N A D A [P A R T E D O S]
Cuando creyeron estar a salvo y completamente en paz el virus que inició todo comienza a mutar.
La vida se complica y mantenerse oculto comienza a volverse más y más difícil porque el instinto le quiere ganar...
“Y estaré en mi camino ¿Cuánto tiempo puedo quedarme? ¿En un lugar que no puede contenerme?”
—I'm Tired
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—¿Cómo que Millie murió? —preguntó Aidan exaltado al enterarse de lo que había pasado con la chica—. Me dijeron que si estaban aquí estarían bien, ¡¿Cómo pudo morir?!
—Joven Gallagher, cálmese —pidió la directora Cooper cuando el chico se exaltó aún más—. Fue una experimentación y se salió de control, es todo.
—¿Es todo? ¡La mataron por experimentar! —acusó molesto y luego se pasó una mano por la frente desesperado—. Dígame algo, ¿De verdad hay esperanza de que haya una cura? ¿O debo esperar a que mi hermana se muera por un virus que ustedes crearon?
—Le pido que se calme, se siguen haciendo estudios diarios y estamos seguros que habrá una cura más rápido de lo esperado —aseguró Leonore con la voz endurecida.
El chico no dijo nada, solo miró a la mujer con impotencia sabiendo que aunque discutiera no tendría sentido, no iba a poder cambiar las cosas.
Aidan salió del salón a paso rápido dejando a la mujer completamente sola mientras observaba al rededor, había sueros sí, pero aún no hallaban una cura.
El muchacho se dirigió a la sala de las cámaras para observar las que monitoreaban a su hermana, esperaba que ella no muriera, no se perdonaría jamás que algo así pasara porque entonces habría sido su culpa.
Observó las cámaras viendo a Isabela sentada en un esquina de la habitación acolchada mientras se abrazaba a sí misma temblando. Se veía fatal y solo tenía una imagen a blanco y negro de la chica.
Aidan se levantó de la silla en la que estaba sentado abruptamente, cuando pudo ver a la pelirroja arquear la espalda de forma antinatural de un momento a otro. Movió algunas cosas para poder ver más de cerca la situación, Isabela había enderezado su espalda y ahora estaba tirada en el suelo abrazando sus rodillas.
El chico se dejó caer sobre la silla cubriendo su rostro con sus manos, estaba preocupado por ella y no sabía ni siquiera cuánto tiempo le quedaba a su hermana.
Y mientras él se lamentaba por el estado de su hermana, Grace lo observaba desde la puerta. Ella sabía que él había vendido a las chicas y sentía una rabia inmensa hacia el muchacho porque de no haber sido por su traición, Millie no estaría muerta.
La rubia se alejó caminando por el pasillo y tomó el elevador bajando hasta el sótano, donde lo único que había era un estacionamiento y demasiados contenedores con uniformes.
Cuando llegó al nivel que quería se quitó el casco y luego tomó el walkie-talkie qué se encontraba sobre su chaleco. Lo encendió y espero a que Nick respondiera.
—Sé que debes estar ocupado, pero necesito que alguien venga por los uniformes, tengo una hora libre de mi turno —habló ella presionando el botón y luego caminó hacia un contenedor abriendolo—. Es importante que respondas, Nick.