TU NOMBRE ME SUENA A PROBLEMA - SIEUN X SUHO (WEAK HERO)

El aula estaba en silencio, salvo por el sonido de las hojas pasando y el golpeteo de un lápiz contra la mesa. Sieun estaba sentado en la esquina más alejada, cerca de la ventana. Siempre elegía ese lugar. Desde ahí, el ruido de la escuela se sentía lejano, y la luz natural le permitía leer sin necesidad de levantar la vista.

Era lunes. La mayoría bostezaba, medio dormidos tras el fin de semana. Algunos jugaban con sus celulares escondidos bajo el pupitre.

Otros, como Sieun, simplemente no hablaban. Su mundo era de ecuaciones, libros y horarios estrictos. El único caos que aceptaba era el de el corrector sobre su cuaderno.

Como siempre, había llegado muy temprano y siguiendo su ya bien aprendida rutina. Sacaba su cuaderno de apuntes, lo alineaba perfectamente con el borde del pupitre, y abría su libro de lectura avanzada. El resto de la clase ni siquiera notaba su presencia. Y él lo prefería así.

La gente le parecía innecesaria. No porque los odiara, sino porque interferían con su tranquilidad.

Dos hileras más atrás, un grupo hablaba en voz baja sobre el partido del fin de semana. Otros se pasaban papeles, risas contenidas y bromas sin gracia. Sieun se mantenía al margen, ajeno a todo. Siempre escribiendo, leyendo o simplemente observando sin intervenir.

En otra parte del salón, Suho acababa de llegar, con la mochila colgando de un solo hombro, el cuello del uniforme ligeramente desalineado y una expresión que decía: "soy demasiado cool".

—Ey, ¿viste lo de los de tercero? —le preguntó uno de sus amigos mientras caminaban por el pasillo entre pupitres.

Suho asintió, sin mucho interés. Tenía ojeras, como si no hubiera dormido bien, pero aún así mantenía ese aire seguro que lo hacía destacar.

No se parecía en nada a Sieun. Su-ho hablaba cuando quería, se reía fuerte, se metía en  peleas –muchas de ellas ocasionadas por su empeño en no permitir abusos– y se dormía durante la mayoría de las clases. Pero bajo esa actitud despreocupada, había una especie de mirada atenta, como si leyera cada rostro que se cruzaba en su camino.

Ese día no prometía nada especial. Hasta que sonó el timbre del recreo.

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Sieun se quedó en el aula, como siempre. Sacó un libro de su mochila —algo sobre teorías matemáticas— y comenzó a leer, ajeno al mundo.

Afuera, en el patio, Suho se metía en problemas.

—¿Crees que puedes hacer lo que quieras sólo porque sabes pelear? Ella es mi chica, idiota—escupió uno de los integrantes del equipo de béisbol.

No hubo respuesta. Solo una mirada confundida. En cuestión de segundos, el sonido de una pelea atrajo la atención de medio colegio. Suho, hábil y rápido, se movía entre los golpes como si fuera un juego aprendido desde niño.

Pero en medio del forcejeo, alguien empujó a uno de los tipos hacia la entrada del edificio. Suho lo esquivó y, sin querer, entró al salón con fuerza.

El impacto fue inevitable por lo que ahora la pelea estaba dentro del salón.

Suho lucía tan despreocupado. El hecho de que 3 chicos con bates de béisbol estuvieran siendo derrotados por Suho, tenía entretenido a todo el mundo.

En medio del alboroto, uno de los empujones lanzó a Suho contra el pupitre de Sieun. Cuadernos y plumas volaron como si alguien hubiera pateado una estantería. Su bolígrafo salió disparado y rodó por el piso hasta detenerse junto al zapato de Suho.

Sieun se quedó completamente quieto por un segundo, mirando de frente con la mandíbula ligeramente apretada.

Suspiró. Luego dijo, con voz plana y sin molestarse en mirar directamente a nadie:

—¿Por qué son tan ruidosos?

La sonrisa en el rostro de Suho se ensanchó, divertida. No estaba acostumbrado a que alguien le respondiera así… y menos de esa forma tan seca.

En un movimiento rápido, Suho comenzó a levantar las cosas de Sieun. Este último, lo miró por primera vez. No dijo nada. Solo lo observó con una mirada de molestia.

—Tus cosas —murmuró Suho, extendiéndole el libro.

Sieun lo tomó sin agradecer. Suho sonrió apenas, de forma irónica, como si ya supiera que no lo haría.

—Eres raro —dijo el más alto.

—Eres molesto —respondió Sieun, acomodando sus hojas sin perder la calma.

Suho se giró para salir y continuar su pelea, pero por primera vez, en mucho tiempo, no lo hizo con prisa pues la  indiferencia de Sieun… le pareció extrañamente interesante.

Y así, el primer contacto no fue una conversación. Fue un accidente.

Uno que dejaría marcas invisibles.

Otra historia porque soy adicta a Sieun y Subo desde que el director dijo q si fueron su primer amor 😔🫶🏻