EL MEJOR ERROR QUE EH COMETIDO

NARRA BARTON

Estuve en mi habitación jugando en línea con Thiago y otros chicos, mientras que Arisai aún permanecía en la sala, tal vez mirando la TV o haciendo lo que acostumbra... "Tareas", me preguntó en qué momento hace cosas divertidas, ¿acaso no tiene amigos?

-Chicos, detengan el juego, voy por algo.

-No Barton, siempre es lo mismo contigo - dijo Thiago.

-Ah... ¿cómo qué siempre?

-Si - comenzaron a alardear,

-Bueno, sigan jugando.

-No, sabes qué: te esperamos, pero no dejes de hablar con nosotros para tenerte en la mira.

-Sí, queremos que escuches como te matamos- dijo Thiago.

-Cómo sea - me dispuse a bajar por una bebida.

-¡Escucha cómo grita! –todos reían.

-Son unos hijos...

-Shhh... calladito - dijo otro, al regresar no escuchaba ni un solo ruido proveniente de la sala, intrigado me asome a observar y ahí estaba durmiendo, sentado en el suelo y apoyado sobre la mesa, así como sobre sus hojas. Al parecer estaba incomodó, ¿sería correcto dejarlo así?

-Chicos- susurre - los dejó.

-Oye no, ¡no! - gritaban del otro lado, apague mi micrófono y lo deje sobre el mueble de la entrada. Lentamente me acerqué a dónde Arisai, retiré las hojas con cuidado para reunirlas apartadas de su saliva, pensándolo bien era gracioso verlo así, comencé a reír en voz baja, al escuchar un pequeño golpe de su cabeza con la mesa corrí para coger una almohada y ponerla debajo de mejilla en apoyo de su cabeza. Comenzaba a retorcerse cómodamente sobre este, ese fue otro de sus lindos comportamientos, de pronto dijo algo entre dientes, lo que resultaba inaudible.

-¿Eh? - acerqué mi oído, giré mi rostro hacía el suyo y pregunté atento - ¿dijiste algo? -Arisai dejó caer su mano sobre mi mejilla, y al sentir su cálida mano sentía como se aceleraba mi corazón, como si hubiera corrido una milla o más.

-Café - dijo nuevamente, al parecer se le antojaba un café, pero lo que resultó ser aún más extraño fue el nacimiento de aquel sentimiento de querer complacerlo, anhelaba volver a ver su sonrisa.

Apresurado corrí a la cocina para hervir agua en el microondas y hacer café más rápido, extrañamente estaba tan feliz de preparar café para los dos, de tan solo imaginar su sonrisa se dibujaba una en la mía, al sentir mis mejillas arder volvía a cuestionarme "¿Qué me pasa?" - Solo es algo normal cuando haces un nuevo amigo - intentaba dejar el tema de lado, tomé su tasa entre mis manos y la llevé a donde él.

-Pareces una roca- dije al verlo exactamente igual a como lo había dejado, puse la tasa a su lado - espero y te guste - me reincorpore para ir por la mía, de repente un ruido me detuvo antes de salir de la sala, al darme la vuelta la taza yacía acostada con el café derramado por todas partes, corrí para levantarla y al tenerla sujeta Arisai me miraba extrañado, al ver sus hojas bañadas de café gritó:

-¡NO! - Tomó rápidamente las hojas - ¡Mi trabajo! - decía preocupado, sin decir nada quise ayudar, pero él no me dejó empujándome hacia atrás - ¿Qué acaso no te cansas? - me quedé mirándole – ¡¿Tanto te divierte hacer esto?!

-Arisai yo...

-Este maldito trabajo me ha tomado días realizarlo, y todo ¿para qué?, para que llegues y lo destruyas - sus ojos se tornaban rojos.

-Déjame ayudarte yo... - dije en vos baja, intentando coger las hojas, Arisai las arrebató con todas sus fuerzas para después caminar a la salida no sin antes voltear y decir: