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El agua tibia corría por su espalda, pero Wooyoung apenas la sentía, su mente estaba en otra parte, mucho más allá del baño donde se refugiaba por fin ¿Seonghwa lo estaría buscando ya? ¿Habría descubierto la ropa tirada? ¿El teléfono apagado? Seguramente sí… y estaría furioso, una furia peligrosa, su corazón se apretó al pensarlo, pero de inmediato su mente se desvió, San...San lo esperaba en Japón ¿Todo se arreglaría allá? ¿Sería diferente? No veía la hora de llegar, de abrazarlo, de saber que estaba bien, nunca imaginó que San, de todas las personas, se movería así por él, ahora vivirían juntos, eso lo ponía nervios, le gustaba San, siempre le había gustado, aunque y ahora compartirían techo “Igual me acostumbraré”, pensó mientras cerraba la llave y tomaba la toalla, se secó despacio, vistiendo su ropa sencilla, nada de telas finas ni trajes hechos a medida, pero sentía una ligereza nueva, una felicidad tranquila, estaba a salvo. Bajó con la toalla aún en la cabeza, secando su cabello suavemente, disfrutando ese pequeño lujo de estar libre, al pasar por el pasillo rumbo a la sala, se detuvo de golpe

—¿Qué…? —susurró

Se tapó la boca con ambas manos conteniendo la risa,
desde su ángulo se veía perfectamente, Jongho estaba apoyado en la mesa del comedor y Yunho, sonreía, mientras le daba pequeños besitos entre risas, Wooyoung retrocedió en silencio, alejándose de la escena con pasos suaves, se quedó a unos metros más atrás, carraspeó fuerte y alzó la voz

—¡Jongho! ¿Estás por ahí?

Unos segundos después, Jongho apareció en el pasillo, peinándose rápidamente con los dedos

—¿Qué necesitas? —preguntó, fingiendo total inocencia

Wooyoung se cruzó de brazos, luchando por no soltar una carcajada

—Tengo hambre —dijo, casi divertido

—Ve y siéntate —le respondió Jongho con una ceja levantada—Ya te sirvo algo

Wooyoung caminó hacia el comedor, aún sonriendo, el ambiente se sentía cálido, nada de lo que había vivido antes se comparaba con eso y por primera vez en mucho tiempo, se sintió en casa, Wooyoung se sentó en la mesa y devoró toda la comida como si llevara días sin probar bocado, en realidad, era la primera vez en mucho tiempo que comía con calma, sin que alguien lo mirara o midiera cada movimiento, cuando terminó, recogió su plato, lo fregó con cuidado en la cocina y tras secarse las manos, caminó hacia la sala, allí estaban Jongho y Yunho, sentados cómodamente, mirando televisión como si fueran una pareja casada de años, Wooyoung se dejó caer en uno de los sillones y de reojo, los observó, Jongho notó su mirada y levantó una ceja Wooyoung sonrió travieso y le guiñó un ojo, haciendo que su amigo resoplara conteniendo una sonrisa, Yunho, totalmente inmerso en la televisión, ni se enteró

—Ven—dijo de repente, poniéndose de pie— Acompáñame a preparar tus maletas, así ahorramos tiempo

Antes de que Wooyoung pudiera decir algo, Jongho lo tomó de la mano y lo arrastró por el pasillo, caminaba como si esa casa fuera suya, abriendo puertas con confianza hasta dar con una habitación

—¿Desde cuándo vives aquí? —preguntó Wooyoung, divertido

—Desde nunca, pero Yunho me dio la llave —respondió Jongho sin inmutarse, abriendo un armario

Wooyoung se recargó contra la pared, cruzándose de brazos, observando

—¿Qué hay entre ustedes dos?

Jongho se giró, frunciendo el ceño

—Nada —dijo, directo

Wooyoung soltó una carcajada suave

—¿Sabías que Yunho me confesó que le gustabas?

Jongho se quedó congelado un segundo, mirándolo fijo