-Cassie, Cassie, cielo mío ¿Estás despierta, cariño?- me negaba fielmente a abrir los ojos, me esperaba lo peor pero, tras escuchar una dulce voz algo preocupada, los abrí inmediatamente para admirar de cerca unos enormes ojos dorados expectantes. Ahogué un grito, por lo que mi padre solamente dio una pequeña risa- No imaginé que serías de sueño tan pesado como cuando eras bebé-
-Y vaya bebé- a su espalda se encontraba Samantha Lancaster, mi madre. Llevaba un largo vestido blanco y su vibrante cabello cayendo como cascada a un lado de su cara. Al igual mantenía una sonrisa burlona y tierna.
-¡Papá! ¡Mamá!- la voz se me quebró de inmediato, eran ellos. Ellos estaban ahí, frente a mi, sin riesgo ni gritos. Mis padres juntos, frente a mi. En instantes dejé caer mis brazos sobre el cuello de mi padre y dejé que el llanto inundara nuestros rostros- ¡Papá! Eres tú, eres tú, papá- lo escuchaba suspirar aliviado y sollozante, mientras observaba a mi madre sonreír fuertemente y acercarse para abrazarnos. Su cabello rodó sobre la espalda de mi padre y me acarició la mejilla delicadamente- Mis papás-
-Oh, mi niña. Oh, mi Elise- la voz de ella sonaba aún más delicada que tiempo atrás, era dulce y tenía una nota de preocupación maternal. Como si se hubiese preparado todo este tiempo para un reencuentro, como si tenerme delante de ella fuese algo que llevaba ansiando por mucho. Papá era un río incontrolable de lágrimas, balbuceando palabras para reírse y abrazarme con más fuerza. Me esperaban, vaya que lo hacían.
-Estamos tan felices de tenerte aquí, mi niña bella. Estás aquí con nosotros, a destiempo- mamá me observó con los ojos cristalizados. Por fin lo entendía todo, por fin las cosas comenzaban a ponerse en su lugar. Estaba muerta. Alcé la mirada alterada, ambos se observaron con crudeza y mamá suspiró agotada. El nudo en la garganta creció y papá me tomó la mano con fuerza.
-Vean nada más, mi perfecta niña. La sobrina más bella de todas- la habitación era un pasadizo de ventanales, luz cegadora brotando de cada uno de ellos. Los techos altos gritaban en todo momento el eco de nuestras voces, el sonido del llanto penetrante de mi padre y capturaba las lágrimas de mi madre que caían sobre el suelo de madera. Las cortinas blancas danzaban con un viento que no percibía pero que atraía más voces de alrededor, voces tranquilas, voces pacíficas. Jennet Sanders se escabulló entre las cortinas, con una enorme sonrisa blanca y tirabuzones castaños nadando entre su espalda. Percibía de ella una energía limpia, pura, amable. La misma energía que por tanto tiempo trató de propagar en mi persona, casi lo logra si su tiempo no hubiese acabado abruptamente. Su vida interrumpida por una persona a la que amó- Creí que tendría el gusto de verte con más arrugas en la cara, querida- mamá soltó una risa y negó con tranquilidad.
-Todos teníamos muchas ganas de verte, mi amor-
-Estoy muerta- Jennet se llevó una mano a la sien.
-Pensé que dejarías de darme dolores de cabeza, hasta muerta me das jaquecas, dulcecito- reí con ella ante nuestro chiste personal y negué. Papá suspiró y se forzó a dar una sonrisa, sosteniendo aún mi mano.
-Poco más y así sería- lo observé consternada, procesando su información y negando con fuerza.
-Papá, ya quiero marcharme. Es doloroso, es aterrador, aquí hay tanta calma y he rogado tanto tiempo estar con ustedes. Quiero irme-
-Elise, nosotros hemos querido que tu y tus hermanos estén con nosotros-
-Ella me mató- mamá se enderezó sabiendo el error y encrucijada en el que ambas nos encontrábamos. Ambas habíamos estado en situaciones similares, por lo que tragó saliva.
-Fue mi culpa por no haber estado con ustedes cuando más me necesitaron-
-Hemos hablado de esto tantas veces, basta- papá agachó la mirada y respiró profundamente- Sam, de nadie ha sido culpa. Ella ya tiene la edad suficiente como para saber que no debes matar a tu propia hermana-

EST?S LEYENDO
Euphoria
Romance*Segunda parte de Parallel* ?Qué sucede cuando no existe nadie en quien confiar? ?Qué pasa cuando hasta el amor resulta ser un enga?o? ?En quien confiar en un mundo falso? Todos los sue?os se han roto, todo el abismo a regresado. Ya no existe una...