Lo veía, estaba allí, tan real como en mis recuerdos.
—¡Theo! —le llamaba—. ¡Continúa, Theo!
A pesar de que estaba tan cerca, la luz del túnel se desvaneció y con ella la figura de Theo. Lo había visto, era él. Pero parecía no haber funcionado.
Me resigné a ir a buscar a los otros pues aún quedaba noche por delante, con un nudo en mi garganta y mi cerebro estancado en mis memorias. No podía evitar tener a Theo más presente que nunca.
Seguí las vías de tren con discreción cuando me topé a Douglas, sin embargo, pareció no verme y continué mi camino. Si me enfrentaba a él acabaría muerta por mucho bosque que estuviera a mi alrededor.
En un visto y no visto llegué al instituto donde, para mi sorpresa, me encontré dos chicos deambulando por encima de los tablones de madera que formaban el carril del tren.
—¡Mia! —exclamó Scott, cuando estuve lo suficiente cerca de ellos—. Pensé que estabas en...
—El veterinario, sí, pero fui al bosque —dije con rapidez, antes de volverme al otro. Era Stiles, había vuelto—. ¡Dios mío, Stiles! ¿Cuándo has llegado?
Nos dimos un corto abrazo amistoso, recordaba ahora como después de lo ocurrido con la Bestia nos hicimos grandes amigos gracias a nuestro sentido del humor hacia lo absurdo y -a veces- cruel.
—Yo también me alegro de verte —dijo cuando nos separamos, con una sonrisa.
—He visto a Douglas —comencé a contar— en el bosque. Estaba junto a una palanca de desvío pero no creo que tenga intención de activarla, mas bien creo que la custodiaba. ¿Sirve de algo?
—Sirve de mucho, gracias, Mia.
Comencé a caminar al trote a la dirección contraria a ellos, hacia el instituto, cuando escuché por parte de Stiles a mis espaldas:
—¿A dónde vas?
—¡No lo sé! —contesté—. Tengo un presentimiento, presentimiento de druida.
—Pensaba que la que se encargaba de esas cosas era Lydia —dijo, y fue lo último que escuché antes de subir las escaleras exteriores hacia el segundo piso del instituto.
El pasillo estaba a oscuras pues la electricidad se había ido en toda la ciudad y era de noche. Pude captar gruñidos y golpes no muy lejos de donde estaba. Imprudentemente me acerqué a la fuente del ruido, aún a sabiendas de que lo mejor que debía hacer es correr.
Entonces me lo encontré, un chico completamente despeinado y con el jersey hecho jirones luchando contra un jinete fantasma. Para mi sorpresa, consiguió vencerlo exitosamente dejando caer desplomado al jinete en el suelo.
Después, reparó en mi presencia. Era Theo, mirándome como siempre lo había hecho, una mirada distinta a cuando veía a los demás. Su rostro estaba sucio de hollín mas se encontraba en perfecto estado y sus ojos color hazel brillaban como nunca antes.
—Siempre eres tú la que me salva.
Se oyó un estruendo cuando dejé caer la mochila que cargaba con todos los frascos al suelo y corrí hacia él. En el preciso instante en el que lo abracé todas mis preocupaciones se disiparon. Aunque en un primer momento el chico se mostró sorprendido, envolvió mi cintura con sus brazos estrechándome contra él.
Alcé el rostro de su pecho para verlo apenas un segundo antes de que sus labios tocaran los míos con delicadeza y timidez. Posé mis manos sobre sus mejillas, atrayéndolo hacia mí, y Theo hizo lo mismo ciñéndome la parte baja de la espalda profundizando nuestro beso a medida que un revoloteo crecía en mi interior.

EST?S LEYENDO
Remember The Bad Guy ? Theo Raeken
FanfictionMia Khl?r acaba de cumplir dieciocho a?os y con ello su "regalo" ha sido mudarse con su madre recién divorciada a Beacon Hills a mitad de curso escolar, su último a?o de instituto. Pero esto ha quedado atrás. El presente no se separa mucho del pasad...