Minhyuk se despertó cuando el sol le dio en la cara, y bostezando se giró hasta ver a Hyungwon acostado en el colchón, durmiendo como un cadáver. Se cambió el pijama sin miedo alguno de que el azabache despertase, porque hasta él mismo sabía que era muy difícil despertarlo.
Tenía hambre, pero no quería sacar nada de la cocina sin el permiso del dueño de la casa, así que se lavó los dientes en el lavabo del piso de abajo y empezó a buscar las llaves por la habitación del muchacho. Cuando las encontró, en el bolsillo de su chaqueta, las tomó y se sentó en el escritorio. Con letra prolija, dejó una nota para no resultar tan agresivo al irse de allí sin avisarle. Se despidió con la mano, y aunque sabía que el más alto seguía en un profundo sueño, le dio pena no poder despedirse apropiadamente.
Acomodó las sábanas de la cama, levantó los envoltorios de lo comido anoche, y le hirvió arroz con verduras, dejándole un envase de ramen y una nota que decía "¡ten cuidado con quemarte! / no metas nada de plástico o de metal al microondas". Era consciente de que aquella vez no iba ser ni de cerca la primera en la que el menor se quedase completamente solo en su casa, pero le daba miedo que estuviese ahí solo, sabiendo que su hermana no iba a volver. Desde que se había enterado de lo dejado de lado que estaba, no había podido evitar sentirse culpable por no poder hacer nada. Él no tenía herencia, y no la tendría jamás, pero no cambiaría a su familia ni por todo lo que Hyungwon poseía.
Después de cerrar la puerta con llave, se dio la frente con la misma, suspirando.
—¿Y ahora cómo hago para devolver las llaves?
Se sentó contra la pared y las separó una a una, pasándolas por abajo de la puerta, y ayudándose con un lápiz. Las tres llaves desaparecieron de su vista después de pasar por la ranura, y Minhyuk pudo aliviarse de que había conseguido una solución rápida y sin problema alguno. Cuando había aceptado salir, lo había hecho mintiéndole a sus padres. Él no era una persona mentirosa, y muchísimo menos con sus padres, pero le había tomado el gusto a no tener que dar tantas explicaciones. Como sabía que sus padres no lo dejarían ir a quedarse a la casa de un extraño tal y como lo era Hyungwon, dijo que sus compañeros lo habían invitado a una "noche de chicos", y que se quedaría a dormir en la casa de uno de ellos. Afortunadamente, los mangas que leía en la biblioteca le servían para sacar ideas de qué excusas darle a las personas.
Minhyuk trabajaba en un restaurante al lado de su casa, y aún estaba buscando un empleo de noche. Sus dos hermanos menores no podían trabajar, porque tenían ocho y trece años. Al rubio le aterraba la idea de que ellos algún día trabajasen bajo las mismas situaciones que él. Mientras pudiese, él iba evitar a toda costa que ellos se vieran sometidos a tanto estrés, tengan la edad que tengan. Y aunque sabía que nunca iba lograr ser rico, o siquiera exitoso, y que probablemente tendría que conformarse con dejar la escuela y dedicarse a una profesión con poca salida laboral, él iba a hacer que sus hermanos lograsen ser felices, algún día.
Dejó el edificio atrás, y se tomó un autobús (mil veces más convenientes que el metro que Hyungwon tanto recomendaba) hasta su lugar de trabajo, esperando a poder ahorrarse lo suficiente para poder permitirse comprar un gorro algún día.
Nada de lo que sus ojos veían estaba fuera de lugar. Estaba cómodo, no olía a gas y como siempre, tenía sueño a pesar de recién despertarse. Aún así, algo no concordaba con sus recuerdos. Todo estaba más limpio de lo usual, como solía ser cuando su hermana ordenaba su cuarto hasta antes de cumplir los catorce. Pero estaba seguro de que no había viajado en el tiempo, y mucho más seguro aún de que su hermana no había limpiado su cuarto. Hasta no ver la carta firmada que había encima de su escritorio, no notó que era un imbécil, "cabeza de huevo", como decía su tan querido amigo Changkyun.
"Hyungwon,
Sé que seguramente estás enojado conmigo, y me hago cargo de que lo que hice estuvo mal. Siempre es decepcionante saber que alguien se fue sin despedirse. Temo muchísimo de que te sientas usado por mí en este momento, pero realmente no son mis intenciones. Simplemente quiero decirte que la pasé muy bien contigo anoche, y que me encantaría poder repetirlo. Tengo que ir a trabajar, y te veías tan cómodo durmiendo que no tuve el valor de despertarte. Hay cosas hechas en la cocina para que puedas almorzar, si es demasiado tarde, y sino, por favor desayuna algo sano. Encontraré la manera de hacer entrar las llaves una vez salga. Nos vemos pronto, y por favor, no te enojes conmigo por irme.
Atentamente,
Minhyuk."
El azabache dobló la carta con cuidado, y se sentó en la silla. Acarició la madera de su repisa con cuidado, y buscó su teléfono con la mirada, hasta encontrarlo a un lado de la cama. Miró videos de Call of Duty hasta que el hambre comenzó a doler. Bajó las escaleras, hizo el ramen con cuidado de no quemarse, y comió en silencio, mirando directos de videojuegos en Twitch. Se bañó con la puerta abierta y se quedó mirando el reflejo de su rostro por media hora, acomodándose el pelo en todas las direcciones posibles.
Revisó su armario, repleto de ropa, y después de escoger un atuendo con los ojos cerrados, decidió que tenía que ir a comprar más camisetas, y probablemente contratar a un estilista, porque no sabía cómo vestirse en lo absoluto. Tuvo una pelea entre sus dos pares de zapatos favoritos, pero terminó eligiendo unos como siempre hacía: a ciegas.
Llamó a un taxi y esperó en la acera, después de haber recogido las llaves del suelo junto a la puerta. Había buscado restaurantes en Jamsil-dong, y no le costó encontrar cuál era el más recurrido.
La música calmaba sus nervios de llegar allí y no encontrar a Minhyuk.

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Amusement Park ? Hyunghyuk.
FanfictionMinhyuk está perdido, y sigue a un extra?o para pedirle ayuda. Hyungwon accede, y le indica cómo volver a casa. ?damdann, 2018. All rights reserved. Prohibida su adaptación, continuación o plagio.