抖阴社区

                                    

Observé mi reloj una vez más. Diez minutos...

–Creí que te habían raptado los marcianos –bromeó una delgada mujer, acercándoseme.

–Ya me devolvieron –respondí con una forzada sonrisa. Ella rio, sentándose al lado mío.

Era La Damisela, una pequeña mujer que conocí desde que llegué a Kiami. Energética, divertida y una completa sinvergüenza con una descomunal sonrisa que le cubre todo su redondo rostro.

–¿Qué haces? –preguntó, ojeando mi dibujo.

–Un atardecer... –Le dije sin dejar de colorear. Ella guardó silencio por varios segundos.

–¿Apocalíptico? –dijo al fin, con tono incrédulo.

–¿Qué? –balbuceé sin entender, deteniéndome.

–¡Claro! –sonrió–. Eso explicaría el sol negro y el cielo rojo... ¿no?

"¡Mierda!"

–Sí... –respondí, tratando de aparentar normalidad–. Y ahora, observa el color con el que pintaré el lago... –Le seguí el juego, tomando un nuevo color gris.

–¿Azul?

"¡Genial! ¡Esto de debe ser una maldita broma! De todas las opciones que tenía tuve que escoger precisamente el azul..."

–¡Claro! –dije–. ¿Qué creías? No pues, señorita... Los lagos seguirán siendo azules de aquí hasta el fin del mundo...

"¡Que excusa más estúpida!" Ella carcajeó.

–¡Qué idiota! –Siguió riendo. "Al menos no lo notó...", pensé aliviado. –¡Hey!, por cierto... ¿Irás a la fiesta del Lojano?

–¿¡Tú también!? –pregunté sorprendido.

–¿También qué...?

–El Duque me acaba de hablar sobre esa fiesta –Le conté, mirando mi reloj disimuladamente. Ya casi era hora.

–¡Genial! –celebró con energía–. ¡Entonces vayamos juntos!

–No lo sé... –dudé–. No tengo ganas de ir...

–¡Vamos! ¡La pasaremos genial! –Trató de convencerme con esa gigantesca sonrisa suya, cubriéndole todo su rostro.

–Lo pensaré...

–¡Kikis! –Escuché una energética voz. "Ohh... Sr. Liar". –Hey, brou, tenemos que apurarnos o llegaremos tarde.

–¿Tenemos clases juntos?

–¡Claro, brou! –afirmó, moviendo las manos como si fuera un rapero. "¿Brou? ¿Desde cuándo dice esa mierda?", pensé casi riéndome.

–Bien, bien... –Me levanté y guardé mis pertenencias con lentitud, tomándome mi tiempo.

–¡Brou! –Se alteró Sr. Liar.

–Lo sé, lo sé... Adiós Damisela, nos vemos luego.

–Adiós, guapo –Se despidió, lanzándome un beso antes de desaparecer de su vista.

Como lo dije, una completa sinvergüenza...

Salí junto con Sr. Liar de la biblioteca y corrimos hacia el salón de clases. Era la segunda vez que me atrasaba, pero esta vez era diferente. Ya no era el amargado y prepotente profesor Burro que me daría la cátedra, sino que ahora me tocaba física con Anthony José. Uno de los profesores más empático y divertido de todo Kiami. Más que un docente, es un amigo para todos los estudiantes... ¡Que digo amigo, ese hombre es como un hermano!

Llegamos al salón y abrimos la puerta con delicadeza. Estábamos cinco minutos tarde.

–Disculpe... –dijo Sr. Liar cabizbajo–. ¿Podemos pasar?

–¡Claro! Entren, los estábamos esperando –Nos mostró una enorme sonrisa el alto y apuesto profesor. "¡Que diferencia!" Apenas entramos pude notar que los estudiantes se habían dividido en grupos, reordenando las mesas de la habitación. Al vernos, El Duque y Fiorelha nos hicieron señas para sentarnos junto a ellos, indicando los asientos vacíos que nos estaban reservando a ambos–. Como les venía diciendo –continuó Anthony José– hoy ocuparan el tiempo de clases para avanzar con sus proyectos de curso. Recuerden que quiero un trabajo bien hecho, deben revisar el contenido que les envié y realizar una investigación a profundidad...

Después de unas cuantas instrucciones, Anthony José nos dejó el espacio de la clase para trabajar. Simplemente se sentó en su escritorio, eso sin antes decirnos que estaba dispuesto a brindarnos cualquier ayuda que solicitemos. Y por cierto, estar mencionando "Anthony José" a cada rato se está volviendo algo tedioso, lo llamaré mejor "AJ"... ¡Sí! ¡Eso le queda perfecto...!

–¿Qué es lo que debemos hacer? –le pregunté al Duque.

–¿Acaso importa? –sonrió. Yo no entendí.

–¡Claro que importa! No he venido los últimos días y no entiendo un carajo...

–Ya lo haremos después –dijo con pereza–. Después de todo, siempre dejamos las cosas al último, ¿no? –rio. Aunque no lo quería admitir, tenía la boca llena de razón–. Pero dejando eso a un lado, cuéntame... ¿Qué fue toda esa mierda en la clase de Burro? –preguntó con los ojos brillosos, mostrándome su rostro lleno de expectación.

–¿Burro? –repitió Fiorelha con interés, dejando de escribir en su inseparable celular– ¿Qué ocurrió? –preguntó, levantando una ceja.

–¿Qué pasó con Burro? –intervino Sr. Liar con interés–. Cuéntanos, brou...

"¡Genial! ¡Simplemente, genial!", pensé con sarcasmo.

–Nada... –dije sin ánimo, tratando de quitarles la curiosidad por el chisme–. Simplemente me salí de su clase...

–¿¡Solo salirte!? –Se quejó El Duque–. Humillaste a Burro por completo..., verán...

"¡Maldita sea!" En tan solo unos pocos segundos, el impertinente de mi amigo les contó con lujos y detalles todo lo que había ocurrido en la clase anterior mientras yo esperaba paciente con cara de pocos amigos.

–¿¡Enserio!? –exclamó Fiorelha, llevándose la mano a la boca.

–¡Wou! ¡Eres todo un capo! –Me alagó Sr. Liar.

–No es para tanto... –dije, negando con la cabeza.

–¿¡Que no lo es!? –objetó El Duque–. ¿Sabes cuánto tiempo hemos deseado que ocurriera algo así? ¿Sabes cuántos han esperado para que alguien ponga en su lugar a ese querido profesor? –rio con una infinita alegría. Los demás lo acompañamos, nos había causado demasiada gracia.

–Esto merece una celebración –propuso Fiorelha con una sonrisa de oreja a oreja, mirando al Duque con complicidad.

–¡Totalmente de acuerdo! –recalcó Sr. Liar–. Necesitamos algo como... ¿una fiesta? –frunció el ceño con sarcasmo.

–Si tan solo supiéramos de una... –añadió El Duque con total ironía, encogiéndose de hombros. Los tres me miraban con expectación sin dejar de tener esas sonrisas tan sínicas en sus rostros. Era como si lo tuvieran planeado...

"Vaya mierda... Maldito Lojano y su bendita fiesta."

Without ColorsWhere stories live. Discover now