Desperté –como ya era habitual- en el hospital, después de tener mi primer ataque al corazón, cosa que hizo que una cantidad de información explotara como una bomba directamente a mi cara, quedé internado en el hospital recuperándome.
Me negué al principio, no quería estar en esta condición, y tal vez solo me había desmayado por los nervios ya que Martha, una chica de mi escuela que me gustaba mucho, estaba a punto de confesar su amor por mi bajos los arboles nevados.
Ella me fue a visitar un tiempo al hospital pero después de unas semanas no vino más, supongo que se aburrió de visitar a alguien enfermo y decidió que sería más sano estar con alguien sin problemas, no la culpo, hubiera hecho lo mismo, no iba a estar siempre al lado de alguien que por mi culpa terminó en un hospital.
Los únicos que siguieron visitándome fueron mis familiares, mis hermanas más que todo, todo el tiempo estaban encima mio preguntándome por mi salud. El viejo Thomas las hubiera mandado a la mierda, pero ahora mismo no estoy en mi derecho de mandar a la mierda a alguien si yo soy el que hace perder dinero –igual no era nada de lo que preocuparse porque somos excesivamente ricos- y tiempo a mi familia por tener una enfermedad que nadie se había molestado en descubrir antes.
Tengo tan solo 16 años, estaba a un año de terminar mi escuela, pero supongo que el incidente arruinaría mis planes, y tendría que repetir este año el próximo, al menos no tendré que verle más a la cara al gordo de John Adams, había tenido una pelea con él unos días antes de que me diera el ataque, ojalá se pudra en el infierno.
En este momento, me encontraba saliendo de la habitación cuidadosamente, después del sermón de Washington, uno de los enfermeros. Me dirigía a la biblioteca, en búsqueda de al menos entretenerme un poco en este lugar tan silencioso y triste, pero nuevamente me encontré con Dolley, una niña que era hija de una de las lindas enfermeras jóvenes, no dejó de hablarme porque supuestamente era el único chico lindo del lugar, mi ego que ya estaba por los cielos subió más, era normal que le dijeran esas cosas, pero igual me resultó un poco raro de que ella sea una niña de tan solo 10 años, mis hermanas cuando tenían sus 10 años no estaban atentas a los muchachos guapos. Ella me pidió que le trajera una escoba del armario del conserje, me dio algunas instrucciones –inútiles-, para luego irse corriendo muy apresurada a quién sabe donde, y lastimosamente había sido todo menos exacta, así que tuve que buscarlo solo preguntándole a algunos pacientes sobre aquel armario.
Normalmente no haría esto, y me iría a hacer lo que quería al principio, pero demonios, no tengo nada que hacer.
Cuando por fin llegué al armario, tomé las cosas que me había pedido, no estoy seguro de que si me olvidé de algo, pero daba igual. Cuando salí con las cosas, vi una habitación con la puerta entre-abierta, ninguna habitación del hospital estaba abierta, así que la curiosidad me ganó, y me asomé para darle un fugaz vistazo.
Era una habitación vieja y abandonada, pero habían cosas que funcionaban, muchas cosas, tal vez era una habitación "embrujada", o la persona de ahí no estaba, aunque era improbable que alguien estuviera ahí porque estaba demasiado abandonado, donde alcancé a ver había algo de polvo.
Decidí ingresar, dejando las cosas a un lado de la puerta.
— Wow, que lugar más.
Cuando me adentré, mi mirada chocó contra otra causándome un estremecimiento, unos ojos grandes cafés me miraban. Me quedé plasmado mirándolo, juraba que no había alguien, pero estaba equivocado, era un joven, algo pequeño y regordete, sentando en una camilla, con miles de cables y maquinas alrededor, apunto de probar un bocado de la comida asquerosa de hospital, con algunos libros en sus piernas.

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indispuesto paciente. jeffmads
FanfictionEl amor viene por sorpresa, hasta podrías encontrarlo entrando a una sala de hospital "abandonada". -jeffmads. au -no tiene mucho de pareja, solo es cuando se conocen, lol. -tal vez es algo Ooc y trata de temas del hospital y Jemmy James está muy m...