Se veía demasiado bonito.
Yoongi sabía que no debía mirar así a su cabo, que no debía llevar sus ojos de arriba hacia abajo con tortuosa lentitud, fijándose en ciertas partes de su cuerpo que no tenían que llamarle la atención; simplemente no estaba bien, en especial porque hacerlo escondido detrás de un árbol lo hacía parecer como un vil acosador. Pero es que él realmente no tenía la culpa, la tenía Park por verse tan bonito con los labios manchados por alguna baya que debió encontrar en su búsqueda por algo dulce.
"Antojos de celo", pensó mientras observaba como el chico se llevaba otro fruto a la boca y sonreía por el placer del sabor. Por la mañana, Jimin había despertado con un antojo visceral de algo rico, expresando su deseo como un simple comentario casual. Pero él, siendo un maldito amargado, le había sugerido lamer una roca sólo para hacerlo enojar y para que no continuara hablando, ya que, de lo contrario, él mismo - maldito su lobo que lo obligaba - hubiera tenido que ir a buscar el maldito fruto con tal de complacerlo. Y no estaba bien, se suponía que se encontraban en una jodida misión que no podían seguir postergando.
Por supuesto que el castaño lo había mirado con odio, pero, sorprendentemente, no había dicho nada, quizá consciente de que debían apresurarse, y así habían retomado su viaje en completo silencio, caminando uno detrás del otro atentos de lo que pudiera ocurrir. O al menos así fue hasta que de pronto Jimin quiso ir al baño y tardó más de lo normal. El coronel Min lo había esperado pacientemente, tal vez necesitaba tiempo para sus necesidades, pero cuando la idea de que el enemigo pudiera haberle hecho algo cruzó por su cabeza, salió en su búsqueda sólo para encontrarlo entretenido recogiendo bayas que guardaba en su mochila y que de vez en cuando comía con alegría.
Por eso en ese momento se encontraba aún detrás del árbol, espiándolo en silencio, únicamente para poder verlo con esa sonrisa radiante que hacía cada que encontraba una baya bonita. Le parecía sorprendente la dualidad que había en él: esa mezcla entre erotismo y ternura. La noche anterior le había mostrado su lado sensual, paseándose desnudo frente a sus ojos sólo para provocarlo, sentándose en su regazo para besarlo detrás de las orejas mientras le susurraba que podía tomarlo cuando quisiera. Totalmente contrario a ese momento, que tenía infladas sus mejillas manchadas y sus manos regordetas que guardaban recelosamente entre ellas muchas bolitas rojas.
Min había decidido terminantemente a no volver a tener contacto íntimo con él, que se mantendría en su papel de Coronel para no fastidiar más su moral, que no lo corrompería, para que así no lastimaran a terceros. Pero ¿y si miraba un poquito? No le hacía mal a nadie, ¿cierto? En realidad era un evento sin gran repercusión y su lobo se lo agradecía satisfecho.
Finalmente, suspiró rendido tras unos minutos de confusión y acoso, ¿a quién quería engañar? Verlo sólo hacía que lo deseara más y lo convertía en un enfermo.
—¡Pecho al suelo, cabo! —gritó decidiendo que no cometería el mismo error de siempre y salió de su escondite. Jimin pegó un brinco alto apenas lo escuchó y se repuso a toda prisa guardando las pocas frutas en sus bolillos para después obedecer la orden llevando sus manos hasta la nuca. El coronel Min rio divertido al verlo temblando con la nariz tocando la tierra.
—¿Se-señor? —preguntó quedito el menor y levantó la vista para observar la situación. Para su disgusto, el peliplateado lo observaba aún de pie con una sonrisa cínica—. No sabe cuánto lo odio en este momento— escupió iracundo—. ¡Creí que era una bomba o algo!

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Muéstrame la pancita [Yoonmin- Omegaverse].
FanfictionEl coronel Min Yoongi no podía estar enamorado de otro alfa, por supuesto que no, él no se convertiría en un delta por culpa de uno de sus subordinados, mucho menos por Park Jimin, pero ?por qué demonios su lobo tenía tantas ganas de ense?arle la p...