One Shots Camren

¿Alguna vez se han sentido atraídos por una persona? La respuesta seguramente es un "Sí."

Pero ¿Se han sentido atraídos por una persona muy cercana? En especial... ¿De su propia hija?...

"Amor, necesito que recojas a Lauren en el colegio hoy por favor, estaré ocupada todo el día."

Habló la castaña mientras tomaba las llaves de su camioneta y estiró la mano para coger la taza de café que su esposa le había preparado.

"Gracias."

Se limitó a decir con una pequeña sonrisa para luego dar un pequeño sorbo.

"¿Entonces? ¿Puedes?." Preguntó Camila mientras encendía su iPad y revisaba sus actividades del día.

"Seguro cariño, yo iré por ella y compraré algo de comer." Contestó. "Te ves preciosa con ese traje ¿Ya te lo había dicho?."

"Sólo casi siempre." Rió Camila y tomó la mano de su mujer, dejando un suave beso en el dorso. "Te veo más tarde".

...

"¡Lo que necesito es que no sean tan incompetentes!." Gruñó la castaña golpeando su escritorio mientras hablaba con su asistente. "Quiero que soluciones lo de la maldita junta directiva."

Sentenció y la chica salió casi corriendo de la oficina de Camila.

"De verdad que un día me van a matar." Bufó para ella misma y de pronto escuchó sonar su celular. Al tomarlo y ver el nombre de la persona que la llamaba , su semblante cambió de inmediato.

"Hola mi amor." Contestó la llamada colocando el celular entre su hombro y su oreja mientras revisaba unos papeles. "Sé que no te agrada que Julieta te recoja, pero yo estoy muy ocupada hija..."Suspiró la castaña. "Lauren, por favor... No, no puedo traerte aquí, te quedarás en casa. Sólo serán unas horas y..." La castaña no terminó de hablar cuando escuchó que al otro lado de la línea, su hija había colgado.

Camila se recostó sobre su enorme silla y cerró los ojos unos momentos. La relación que tenía con Lauren era algo complicada desde que su padre había fallecido y había empeorado un poco cuando Julieta se convirtió en su esposa. Lauren tenía trece años y la castaña entendía que era una edad difícil. Así que sólo le quedaba ser paciente con su hija. La cuál desde un año atrás venía mostrando un comportamiento extraño hacia a ella, en especial un interés al cuerpo de Camila. Interés que ambas compartían una por la otra.

"Hola." Saludó la castaña con una tierna sonrisa al llegar a casa y encontrarse con Julieta en la sala. "¿Todo bien?." Preguntó con preocupación acercándose a su esposa.

"Lauren no quiso comer." Contestó con una mueca de disgusto. "Apenas llegó se encerró en su habitación".

"Subiré a hablar con ella." Suspiró Camila y al partir sintió como la mujer la tomaba de la muñeca deteniéndola.

"Te extrañé mucho." Se acercó de nuevo a Camila y plantó un suave beso en sus labios. "¿Qué te parece si te acompaño a cenar, luego tomas una ducha y nos vamos a la cama?." Soltó con picardía mordiendo su labio y acariciando la entrepierna de la castaña.

"Me parece buena idea." Sonrió Camila, estaba un poco cansada pero después de todo Julieta no tenía la culpa de toda la mierda que ocurría en la empresa. "Vamos entonces." Soltó a la chica y se dirigieron a la cocina donde Camila se dispuso a cenar tranquilamente mientras platicaban de su día.

...

"¿Me puedes explicar cómo está eso que no quisiste comer?." Preguntó la castaña a la ojiverde quien iba entrando a la cocina.