Shoto miraba fijamente sus manos recargadas sobre sus piernas en total silencio mientras los brazos de su hermana mayor le rodeaban y apegaban a su persona, podía escucharla claramemte llorar desde su lugar ya que estaba bastante cerca suyo.
—¿Donde esta Kats?¿cuando puedo verlo Fuyumi-neesan?—
Su voz salio baja casi como un murmullo demasiado tranquilo, levantó su cabeza en dirección de la albina que le miro desconcertada.
—¿verlo?¿de que hablas?¡el fue que te mantuvo cautivo Sho!—
—No me llames asi...solo Kats puede llamarme asi—
Gruño por lo bajo separandose de la joven que le observo anonada por su actitud, se levantó de la silla donde se encontraba en la estación de policía caminando en dirección a la recepción aunque su intención de llegar a ese lugar fue totalmente interrumpida cuando un chico de cabellos verdes se atravesó frente suyo bloqueandole el camino, fruncio su entrecejo levemente a punto de reclamar cuando sintió unos brazos rodearle
—Todoroki, estábamos tan preocupados por ti ¡realmente no pensé que Kacchan te tuviera encerrado! Lamento tanto todo esto...el...—
—Yo quise quedarme.—
La voz profunda interrumpió el largo discurso de disculpas que estaba a nada de soltar su antiguo amigo de universidad que le miraba desde su posición algo desconcertado.
—¿tu quisiste quedarte?—
—Si, tenía que cuidar de Kats, el no puede estar sin mi, tengo que cuidarlo. Me necesita y yo lo necesito Midoriya ¿donde esta Kats? Fuyumi-neesan no me ha dicho—
Posicionó sus manos sobre los hombros del chico mas bajo con una mirada suplicante en el par de ojos bicolores.
—N-No se Todoroki, lo siento, deberías ir a descansar a casa—
Murmuro algo indeciso y nervioso, justo en ese momento llegaron los padres de Bakugo, habian pasado varias horas desde que se encontraba en ese sitio pues el no se quería mover de alli era casi ya de noche en ese momento. Los dos adultos se acercaron al bicolor con una expresión de culpa mientras se incaban sobre el suelo frente suyo, el mitad albino les observaba hacia abajo con confusión total, Midoriya observaba la situación con nerviosismo desde su posición.
—¡Realmente lamento lo que mi mocoso hizo joven Todoroki!—
La mujer rubia que era exactamente igual en aspecto a Katsuki apretaba sus labios pintados de rojo y sobre sus ojos rubi se encontraba un brillo de culpa y tristeza por las acciones de su hijo.
—Por favor disculpe a mi Katsuki, se que no fue correcto lo que hizo...—
Masaru se encontraba a nada de llorar por la situación en la que su querido hijo habia acabado. Ambos adultos mantenían la cabeza agachada contra el suelo hasta que escucharón la voz del menor.
—No importa, comprendo a Kats, esta bien...yo quise quedarme con el—
Ambos adultos se miraron el uno al otro y luego dirigieron sus miradas al joven frente suyo con tristeza, realmente su hijo había afectado a ese chico que les observaba con mucha tranquilidad, un gesto neutro en su rostro como si no hubiera estado secuestrado hasta hacia unas horas. Ambos padres se pusieron de pie con nerviosismo.
—Ustedes me pueden ayudar a ver a Kats ¿verdad?¿me llevarían con el?—
—Eso...—
La mujer estaba por responder cuando un imponente hombre entraba a la estación de policía, llevaba su cabello rojo intenso perfectamente peinado, la mirada azulina afilada y envejecida por los años se posiciono sobre ellos, rápidamente a pasos firmes posicionandose enfrente de su hijo menor.
—¿Padre?—
La voz del chico salio en un hilo de voz tensando completamente su cuerpo de pies a cabeza cuando ese par de ojos azules se fijo sobre su persona.
—Shoto, no deberias involucrarte con los padres de ese niño loco—
—¡No llames así a Katsuki!—
Inesperadamente fue el bicolor quién grito y encaró a su padre, su neutral y tranquilo gesto fue cambiado por uno claramente molesto, todo ese enojo iba en dirección a una sola persona, a Enji Todoroki, su padre.
—¡Mira lo que te hizo Shoto!¡¿de verdad lo estas defendiendo?!¡te mantuvo encerrado casi tres malditos años! ¡Te buscamos por todas partes pero ese muchacho te mantuvo cautivo todo este tiempo! —
—¡Callate, Callate, Callate, Callate!—
El de cabellos rojos y blancos repitió aquellas palabras continuas veces en un tono algo elevado de voz mientras cubría sus oídos con su rostro contraído en un gesto de enojo y frustración.
—Kats me necesita...—
Se alejo de todas las personas allí, debía volver al departamento, debía esperar al rubio allí, si eso debía hacer. Si no estaba allí seguramente el se sentiria triste, no quería verlo triste o mal. No queria eso.
—Kats me necesita...—
|•••|
—¡Es la policia!¡Bakugo Katsuki abra la puerta ya mismo!¡sabemos que el joven Todoroki Shoto se encuentra allí dentro! —
Ambos se miraron el uno al otro, rápidamente Shoto sujeto la mano del rubio apretujandola con inquietud ¿que harían ahora?
—Vamos a salir por las escaleras de emergencias Kats—
La voz del bicolor había sacado de sus pensamientos al rubio que le miro desconcertado, Shoto le sonrió y la mano que sujetaba la acercó hasta sus labios besandola con cariño total.
—Vamos Kats...—
El mitad albino se levantó jalando de la mano a Bakugo quien le brindo una sonrisa diminuta, nerviosa, temerosa por lo que pudiera suceder y finalmente asintió. Despues ello ambos se dirigieron hasta el balcón donde se encontraban las escaleras de emergencia. Pero fueron demasiado lentos.
Antes de que Shouto pudiera pasar por las escaleras la policía se abalanzo sobre el cuerpo del rubio, y el solamente atino a pelear para que lo dejaran libre
—¡Kats!¡Kats!—
Un policía le sujeto por detrás deteniendo sus brazos para que dejara de pelear. Ante los ojos del mas joven su querido Katsuki estaba siendo apresado.
—Lo siento Shou...—
Musito el ojirubi desde el suelo con un oficial encima suyo ajustándola las esposas en sus muñecas.
—Kats...—
Dejo de pelear al poco tiempo, después de ese momento su memoria estaba levemente borrosa, como si hubiese una laguna mental de los acontecimientos. En algún momento ya se encontraba en la estación de policía con un hombre haciendole preguntas, preguntas que el no respondía. Solo pedía pensar a Katsuki.
|•••|
Bakugo estaba sentado en la "cama" de la celda mientras miraba fijamente sus manos recargadas sobre sus piernas. Suspiro y recargo su cabeza contra la pared fría removiéndose en su lugar. Cerro sus ojos con calma apretando sus propias manos una con la otra.
Su pacifidad se vio interrumpida cuando un oficial azoto las rejas de su pequeña prisión sacándolo de sus pensamientos. Se levantó en silencio y sin oponer alguna resistencia camino hacia el oficial que le ajusto las esposas con fuerza innecesaria y le empujo hacia afuera. En cualquier situación el hubiera golpeado al tipo por sus provocaciones y mal trato pero simplemente se mantenía tranquilo.
Ah ansiaba tanto ver a Shoto...su Shoto
Caminaba por los largos pasillos del lugar hasta la salida, fue empujado al interior del vehículo que lo llevaria hasta el lugar donde se daría su sentencia por lo que había echo.
Pero el no se arrepentía de absolutamente nada.
Había echo todo eso solamemte por que amaba a Shoto, y Shoto lo amaba a el, de eso no tenia dudas el de ojos rubíes. Se acomodo sobre el asiento del automóvil observando el camino que recorrían por la ventana, aunque realmente su mente y concentración no era el paisaje que pasaban velozmente.
Los minutos pasaron rápidamente y cuando finalmente llegaron fue sacado con brusquedad del auto, lo escoltaron hasta el interior del tribunal, en su camino para encontrarse de frente con el juez pudo ver a sus amigos en algunos de los asientos traseros del enorme lugar.
Mina lo miraba anonada, parecia no haber dormido nada en esos días, Sero ni siquiera lo miraba solamente sujetaba la mano de la chica de su grupo murmurandole palabras de aliento y animo. Kaminari se mantenía abrazado a Kirishima que le acariciaba el cabello calmando el llanto bajo que dejaba escapar. El pelirrojo al notarlo pasar le observo con cierta culpa, culpa por no haberlo detenido a tiempo, por no haberlo ayudado, por ser un pésimo amigo. Todos ellos sentían la misma culpa de Eijiro, no podían evitar sentirla.
Mas al frente pudo ver sentado a Midoriya junto a su madre, la mujer le miraba con culpa papable también en sus ojos ¿por que? No era su culpa que hubiese tomado aquellas decisiones. Midoriya por otra parte ni siquiera le miraba pero él rubio podía notar los temblores de sus hombros por el llanto.
Finalmente al estar por llegar a su asiento sus padres se encontraban alli, sintió un leve escalofrío recorrerle de pies a cabeza y no pudo evitar bajar la cabeza.
Oh sus padres...ellos no merecían pasar por esa situación
Katsuki fue obligado a sentarse alado de quien suponía era su abogado, no dijo nada mantuvo su cabeza agachada durante el proceso de discusión sobre su sentencia. Podía escuchar la potente voz del padre de su querido Shoto exigir pena máxima por sus acciones.
Y aun si Shoto se habia negado a presentar cargos, él padre del chico si hizo todo por denunciarlo. Además de que el hombre se encargó de rebuscar todo lo malo que había echo.
Debí matar a esas perras...
Un gruñido bajo escapo de entre sus labios cuando observo a aquellas mujeres que anteriormente habían osado el desear al bicolor y el no permitió eso, si quizás debió asegurarse de que murieran y no que solo tuvieran accidentes. Aunque realmente sus testimonios no eran de demasiada ayuda, ninguna de ellas lo habían visto atacarlas, pero suponían que si fue el.
Perras.
Estaba tan ido en sus propios pensamientos para no soltar alguna grosería o queja en dirección a las mujeres que atestiguaban en su contra que no se percato del fuerte estruendo de la puerta del tribunal al ser abierta, pero si se dio cuenta de la voz que grito su nombre.
—¡Katsuki!—
Viniste Sho...
Levantó la mirada ojirubi en su dirección y una enorme sonrisa se planto sobre sus labios mas esta fue apagada cuando un oficial retuvo al bicolor de acercarsele ¿¡como de atrevía a tocar a su Shoto?!
—¡S..Señor juez déjeme quedarme! Por favor, no le de una sentencia cruel, Katsuki no me hizo daño...—
Su atención solo se encontraba sobre el menor, en nada mas que el menor. Así que no escucho la voz del juez, ni mucho menos la del padre de su chico discutiendo la situación. Pero si logro ver al mitad albino sentándose en un lugar alejado de el.
Quería tenerlo cerca..
Su mirada estaba en todo momento sobre Shoto, no le importaba el juicio donde estaba siendo juzgado, no le importaba nada mas que no fuera el.
|•••|
—¡El joven Bakugo Katsuki es sentenciado a ser llevado al Psiquiátrico Lemil siendo atendido por su doctora Nemuri sin posibilidad de salir del lugar!—
El bicolor vio temeroso la situación, a su lado los padres del mayor se encontraban llorando por lo que sucedía, podía ver también a los amigos cercanos a su Katsuki llorar desconsolados.
Claro estaban desechos por no haber podido detenerlo a tiempo.
Ni siquiera penso en nada en ese lapso de minutos cuando se lanzo al centro del tribunal antes de que se llevaran a Katsuki, logro evadir a la policía y jalo al mayor hacia su persona besándolo con profundidad, alargando tanto ese beso como pudo antes de que los alejaran.
Sus dedos se rozaron por segundos antes de ser separados el uno del otro, los ojos rubíes y los bicolores se observaron con amor y añoranza.
—¡Seguiremos estando juntos Sho!¡te amo!¡te amo!¡no dejes de amarme también Sho!—
Los oficiales se llevaron a la fuerza a Bakugo sacándolo del lugar sin que este dejara de gritarle y jurarle amor al menor de los hijos de los Todoroki.
—Yo jamas...jamas dejare de amarte Kats—
Se quedó quieto entre los brazos de la persona que le sostenía. Ni siquiera sabia de quien se trataba y mucho menos le importaba.
Todos miraban la situación desde sus lugares, sintiendose bastante mal y con culpa por que Shoto terminara de esa manera, por que ellos dos terminaran amandose de esa manera...
De esa manera tan incorrecta, tan enfermiza.
Pero aún si todos lo veían mal, Shoto amaba a Katsuki, y jamas dejaría de hacerlo. Sin importar que o quien lo juzgara, su amor seria solo para ese chico de cabellos rubios y ojos carmesí.