Después de colocar las cámaras en posición, todos volvieron a relajarse un rato, esta vez, Lena decidió adentrarse a la habitación, bastante alejada de la sala donde se encontraban los demás, data había decidido ordenar su maleta, la cual estaba hecha un desastre por tanto sacar y dejar ropa y zapatos.
Y si era sincera, no le gustaba el desorden, se sentía frustrada y encerrada en ese espacio tan desordenado.
Los ojos de Lena dejaron su blusa color vino cuando se escuchó el sonido de la puerta, pasando su mirada hacia esta, vio cómo se abría un poco, parte del rostro de Han se hizo notar, lo que hizo a Lena sonreír, haciéndole una seña para que entrara. — ¿Interrumpí algo?
— Sólo mi conversación con mi ropa. — Esta le dijo, metiendo la camisa dentro de la maleta, Han se encaminó a la cama, sentándose al lado de la pequeña maleta de la chica.
— Siempre me pregunte como viajas con una maleta tan pequeña y pareces siempre tener lo necesario. — Lena escuchó, viendo a Han masticar una de sus papas mientras miraba la maleta con atención.
— A veces, lo que de verdad necesitas en más poco de lo que crees. — Lena le sonrió, cerrando la maleta antes de levantarla para ponerla al lado de su cama. Han vio como está se acercaba a una pequeña mesa, donde tenía un cambio de ropa, quizá para poder usarlo luego, sin embargo, cuando vio a esta deshacerse de esa chaqueta, que juraba se veía muy agobiante, este entendió que iba a cambiarse.
— Puedo salir pa-
— Encanto, no es la primera vez que me vez desnuda... ¿O sí? — El mayor elevo una ceja, no, claro que no. — No me incómodas, pero si tú te sientes incómodo, puedes salir. — La chica dijo, dándose la vuelta para mirarlo, el asiático pudo ver esa sonrisa coqueta que está tenía en sus labios, sabiendo lo que estaba haciendo.
Asintiendo, este bajo la bolsa de papas recargando sus palmas tocaron el colchón, mirando a la chica casi retándola a que se quitara la ropa frente a él, pero sabía muy bien que Lena no iba a cohibirse por eso, fue la razón por la que este estiró su mano hacia ella, pidiéndole que la tomara.
Haciéndolo, Han acercó a la menor hasta que esta estuvo sentada en su regazo, eso se sintió como la última vez que se vieron, ambos en la playa sin preocupaciones, solo ellos y dos bocas ansiosas por la otra.
La mano de Han se posiciono en el primer botón de la camisa de la chica, mirándola a los ojos, más para pedir permiso, esta, aún con su mirada en sus castaños ojos, puso sus manos sobre la de él, ayudándole a abrir el primer botón, dándole el permiso que este estaba pidiendo.
Lena tomó la quijada del mayor, viendo como este bajaba su vista a su pecho mientras este iba siendo descubierto, sus ojos se volvieron a encontrar antes de que Lena acercara su rostro al suyo. Sin decir nada, ambos rostros se acercaron, conectando sus labios en su beso.
Uno que se sintió tan bien como el primero que se dieron, de hecho, se sintió como si hubiera sido el primero que habían tenido. Las manos de Lena pasaron por el cuello del mayor, sintiendo como este tomaba su cintura, levantándose un poco antes de darse la vuelta, Lanzándola a la cama con cuidado mientras él se posicionaba sobre ella.
Los labios del mayor bajaron al cuello de la morena, escuchando el suspiro de esta, Han paso su mano por la camisa de seda de la menor, abriéndola por completo, dejando en descubierto su estómago, acariciándolo, este pudo sentir como se tensaba un poco.
Tenía cosquillas.
— No lo recordaba... — Este río contra el cuello de Lena, mientras volvía a pasar sus dedos por las costillas de la chica, enviando un escalofrío por todo su cuerpo, su pecho más que nada, sintiendo como sus senos se tensaban ante tal acción.
— Si no vas a terminarlo...
— ¿Cuándo dije que no iba a hacerlo? — Con eso, el mayor mordió el cuello de la chica, escuchando un jadeo de su parte, las manos de esta se apretaron en los bíceps del más alto mientras este succionaba un poco antes de volver a sus labios, esta vez, más hambriento que antes.
Las manos de Lena se apresuraron a la camisa del mayor, sacándola sin esperar un segundo, pasando sus palmas por todo el suave pecho de este, un suspiro salió de los labios del asiático al sentir ese suave toque en su cuerpo. — Parece que me extrañaste, encanto...
— ¿Lo dudas? — Los labios de este volvieron a su cuello mientras que las manos de Lena acariciaban su espalda, Han decidió acelerar un poco el momento, bajando su mano hacia el botón del pantalón de la chica, esta sonrió al sentir eso. — Déjame... — El hombre se separó un poco, arrodillándose en la cama para poder jalar un poco el pantalón, Lena rio elevando las caderas, dejándole el trabajo más fácil al mayor, el cual saco la prenda antes de lanzarla al suelo de la habitación.
Pasando su mirada por el cuerpo de la morena, este no pudo evitar pasar sus manos por sus piernas, esas gruesas piernas que este tantas veces había soñado en los últimos años. — Me siento con mucha desventaja aquí... ¿Sabes? — Lena dijo, sentándose, quedando justo frente al pecho del hombre.
Las manos de Lena pasaron del abdomen del mayor hasta bajar al botón del pantalón del chico. El ruido de unos neumáticos chillar hizo a ambos mirarse, Han suspiro, tomando el rostro de la menor, acariciando con cariño sus mejillas, la chica se inclinó un poco, dejando un beso en sus labios, el cual los guio de nuevo a inclinarse hasta quedar, ella sobre la cama y el sobre ella. — Lo terminaré... — Este murmuro, separándose, dejando a Lena en la cama, está se estiro un poco antes de sentir como sus piernas eran jaladas hasta que estas estuvieron fuera. — No creo que a Dom le agrade ver a su hermana en esta situación.
— ¿Por qué no lo averiguamos? — Lena preguntó, sentándose mientras tomaba la cintura del hombre, poniendo su rostro sobre su abdomen, este se rio, acariciando su rostro, antes de inclinarse, dejando un beso en su nariz.
— Prefiero salir de Río con todos mis dientes en la boca, amor.
— Estoy segura de que te verías igual de encantador estando chimuelo.
***
Cuando Han y Lena salieron de la habitación, lo primero que pudieron escuchar fue la risa de Roman, Lena pudo ver el auto de Dom y el nuevo artefacto que habían conseguido, parecía un juguete, incluso el color, azul juguete, brillante y bien encendido.
— Lamentamos interrumpirlos conejitos. — Roman se disculpó, riéndose cuando vio a Han negar con una sonrisa antes de moverse a un lado, donde había una mesa y había una bolsa de papas. El moreno miró de nuevo a Dom y Brian, señalando el auto con gracia. — ¿A quién le quitaste eso? ¿Papá pitufo? —Roman se rio, viendo el auto.
Dom negó con una sonrisa antes de ver las cámaras que habían, posicionadas de manera estratégica alrededor del lugar. — Lena tuvo una idea para poder entrar a la jefatura. — Tej mencionó, explicándole a Dom, quien asintió y vio a su hermana, esta, con una sonrisa, camino hacia él, llevándolo hacia la plataforma del lugar, donde se encontraban las computadoras con las cámaras que vigilaban el lugar y las cámaras que habían colocado anteriormente, mientras esta le explicaba el plan, a él, y a Brian, los demás ya lo sabían.
Pero necesitaban a alguien rápido y con experiencia en Drifting, así que tenían que hacer pruebas.
— Muy bien Brian, haz lo que puedas. — Con eso, el mencionado arranco, Lena, quien estaba sentada en el barandal, detrás de Dom y Mia, justo al lado de Roman, vio como este daba los giros, sí, era rápido, pero no estaba haciendo el drifting como tenía que hacerlo, sus giros eran muy abiertos y fácilmente podrían ser captados por la cámara.
Y así fue, las cámaras lo habían visto, eso los dejaba sin el corredor al que tenían pensando, todos habían dicho Brian cuando hablaron del plan, Lena pensó que el hombre sabía hacerlo, pero la decepcionó, Brian de hecho, era veloz y sería bueno para carreras, pero tenía mucho que practicar para el drifting. — Le saqué todo lo que pude a ese auto.
— Necesitamos algo más veloz. — No, Lena se dijo a sí misma, necesitaban un corredor de drifting, los autos eran los suficientemente veloces, pero sin un conductor con conocimiento, no iban a sacar el provecho de la situación.
— ¿Vamos a buscar más autos?
— Los más rápidos que encuentren.
Y así pasaron, dos días, hasta que llegó el día de la prueba final, uno por uno, probaron los autos que habían conseguido, riéndose de la situación de algunos, como Santos, quien chocó su auto al intentar hacer una maniobra, sin embargo, Lena estaba algo decepcionada, al parecer, no conocían el significado de Drifting, porque lo único que Lena los veía hacer era mover el volante lo más que podían para hacer una vuelta cerrada.
— Oigan, realmente los tenía en un nivel muy alto en mi mente, creí que sabían driftear. — Lena anunció a todos, estos la miraron, Han junto a Roman se rio, él también sabía que ninguno de ellos había hecho un buen trabajo.
— Creo que, para criticar, tendrías que demostrar que puedes hacerlo mejor que los demás. — Lena escucho las palabras de Giselle, sonriendo mientras la miraba antes de ver a su hermano, este soltó una risa antes de sacar las llaves de su coche y lanzarlas a la chica, quien las tomó con sorpresa.
— Creí que tenía prohibido conducir para esta misión. — Esta soltó, lo que confundió a todos, pero decidieron no preguntar.
— Ve e inténtalo, quiero saber de dónde salió esa idea tuya. — Este mencionó, Lena sonrió casi emocionada, tenía bastante tiempo de no hacerlo, pero sabía que ese don todavía estaba en ella. La libertad que su tía le dejó cuando se la llevó a Barcelona la hizo aprender muchas cosas de las cuales estaba orgullosa y el drifting era uno de ellos.
—Dom...
— Confía en esto, Mia. Hay una razón por la que llame a Lena. — Este explicó, viendo como la chica arrancaba, la mirada de todos fue a las cámaras, viendo como esta fácilmente lograba esquivarlas, Roman escucho el chillido de las llantas, haciendo una mueca, pensando en el desgaste que estas iban a tener.
Por otra parte, los ojos de todos se abrieron y volvieron su vista al frente para ver como la chica daba la última curva de una manera casi horizontal, haciendo, a la última cámara, incapaz de captar su movimiento. — Creo que ahora si me enamore. — La voz de Han se escuchó en los oídos de varios, estos vieron como el asiático miraba a la chica bajarse del auto, una pequeña sonrisa en sus labios mientras se recargaba en el barandal.
— ¿Y? ¿Ya soy libre de criticar?
***
— Uhm, está aquí. — Lena sonrió al ver la gran caja de madera frente a ellos, parándose al lado de Santos, esta vio como Brian y Dom comenzaban a abrirla, la boca de Tej se abrió, viendo la caja fuerte frente a él, era la misma que Hernán tenía en esa jefatura.
— La alcancía que ordenaste.
— Es una broma.
— No, la misma marca y tamaño que la del narco. — Leo dijo, viéndola casi con orgullo.
— ¿De dónde demonios sacaron esto?
— Teníamos una vida antes de conocerte. — Han dijo, metiendo sus manos en sus bolsillos. Tej suspiró antes de caminar hacia la caja fuerte, hablando de algo de cilindros y cosas que Lena realmente no comprendía muy bien, eso hasta que el hombre se detuvo para verlos a todos.
— Pero todavía hay un problema. — Este señaló, apuntando con su dedo el hierro forjado detrás de él. — El lector de manos, sin la huella de Reyes, ni Houdini en persona podría abrirla.
— ¿Y cómo sabes que es la huella de Reyes, hermano? — Lena miró con decepción a Leo, el latino preguntó después de escuchar las palabras de Tej, sus ojos pasaron a Santos, quien tenía la misma mirada que ella en sus ojos, viendo a su amigo.
— ¿Con cien millones de dólares en una caja fuerte, pondrías la huella de otra persona?
— Esa fue la pregunta más estúpida que has hecho desde que te conozco.
— Que pregunta tan estúpida. — Santos y Lena dijeron a la vez, negando con la cabeza mientras lo miraban con decepción.
— Hay ya van ustedes dos otra vez con esa negatividad...
— No, no es negatividad
— Eso los va a comer vivo a ambos...
— Ya, cierra la boca.
— Es en serio, siempre tienen que bajarle el ánimo a los demás...
El trío siguió discutiendo, haciendo a varios en el grupo reír con gracia al escucharlos discutir en su idioma natal, dejándolos un poco de lado de la discusión seria en el momento. — ¿Y la huella de Reyes, cómo la conseguimos? — Roman preguntó de repente, haciendo a Lena dejar la discusión con los latinos y centrarse en lo que le interesaba.
— Han, es tu turno. — Dom llamó, haciendo a todos ver al asiático, él asintió, sonriendo con orgullo antes de comenzar a caminar hacia su auto.
— Claro, esto sí que será fácil.
— Vámonos, yo conduzco. — Las palabras de Giselle sorprendieron a todos, la mirada del grupo se posó en ellos antes de ver a Lena, quien miraba a la pareja con una ceja alzada antes de relajar su expresión.
Dom miró al asiático con una ceja alzada, esperando a ver cuál era su siguiente movimiento. — ¿No vienes? — Han preguntó de repente, viendo a Lena, Dom sonrió, cruzándose de brazos antes de ver a su hermana, la cual negó con una sonrisa tranquila.
— Suerte, encanto. — El asiático asintió algo inseguro antes de caminar hacia el auto. — Cuida que no me lo golpeen mucho. — La chica pidió a Giselle, la cual le dio una mirada con una sonrisa divertida antes de seguir al hombre.
— El lado bueno es que todavía hay un bombón disponible. — Roman le sonrió a la morena, haciendo a esta mirarlo con una ceja alzada antes de sonreír con gracia.
***
— ¿Qué harás con esos once millones de dólares en tu poder?
— Mujeres, tendré cien mujeres. — Roman dijo, emocionado mientras le pasaba algunas cosas a Tej, quien estaba trabajando en la caja fuerte.
— Hablaba con Lena, idiota.
— ¿yo? Yo le quitaré esas cien mujeres a Roman. — La chica dijo con una sonrisa mientras terminaba su bebida, Tej soltó una carcajada al ver la expresión indignada del mencionado mientras Lena simplemente tomaba su bebida y veía la caja fuerte con una sonrisa.
— Claro que sí, cuando piernas sexis te quite a tu encanto, entraras en modo cazadora. — Lena inclinó la cabeza ante eso, aun mirando la caja fuerte. — Oh, oh... Déjame ver eso. — La chica sintió como unos dedos tocaban la piel de su cuello antes de escuchar una risa de parte del hombre. — Tej, págame, hermano.
Lena frunció el ceño, Tej se acercó de repente, mirando donde estaban los dedos del moreno, este maldijo y negó antes de sacar unos billetes de su cartera. — Que malditos, ¿apostaron y no me van a dar ni siquiera el diez por ciento? — Lena se quejó, mirando al dúo, ambos se miraron antes de que Tej señalará a Roman, quien estaba contando los billetes.
— Mejor dinos, ¿qué? ¿Tú y el wantan... — Roman hizo una seña con sus dedos y una sonrisa coqueta, la chica solo negó antes de escuchar la voz renegona de Tej. — Por favor, ¿vas a decirme que eso te lo hizo un mosquito?
— La pregunta correcta es, ¿tú y Han son algo? Escuché que ya habían trabajado juntos y... Se ven bastante cercanos.
— Bastante. — Roman se rio, empujando a la chica por su hombro.
Lena negó con una sonrisa, suspirando un poco mientras se inclinaba sobre la mesa. — No somos nada... Al menos, no oficial.
— Vaya, quien diría, es como el guardaespaldas con la hija del jefe... — Roman se rio, pensando en cómo estos se veían tan extraños con el otro. — Oye, pero, ¿si vienes de Tokio con él o-
— Idiota, te está diciendo que no tienen una relación y le preguntas eso.
— Ay, perdón, señor todo lo sé, era una duda que no voy a poder resolver porque siempre tienes que salir con tus-
— No, no vengo de Tokio con él. — Lena dijo, evitando una pelea o algo parecido.
— Pero como veo las cosas, quizá muy pronto tengamos a un pequeño corredor en el equipo. — Roman golpeó, eso hizo que Lena se tensara, y Tej lo notó, golpeando a Roman en el brazo antes de ordenarle que se pusiera a hacer otra cosa.
Lena comenzó a conectar unos cables que Tej iba a utilizar, eso antes de escuchar unos pasos acercarse, viendo como Giselle y Han se acercaban a ellos, los ojos de Roman y Lena, quien se dio vuelta en la mesa para poder ver mejor al dúo que acababa de llegar, se posaron en la prenda de ropa que llevaba el asiático en la mano. — ¿Y eso? No creí que te gustaran las tangas, hermano... Oh espera, ¿usas tangas? —Roman preguntó, mirando a Lena con ojos maliciosos, esta rodó los ojos antes de volver al asiático.
Han se encogió de hombros, viendo a Lena con una sonrisa, inclinándose un poco hacia ella. — Tenemos la huella. — Eso hizo a los tres restantes mirarlos con duda y sorpresa, eso había sido rápido.
— ¿Donde? — Con eso, Giselle tomó una linterna ultravioleta, iluminando la tela en las manos de Han, el trío se sorprendió aún más al ver, de hecho, la huella de Reyes en la tela.
— Entonces, te dio una palmada o solo te manoseo sutilmente. — La risa de los tres morenos se escuchó después de que Tej dijera eso, burlándose un poco de la situación que la mujer tuvo que pasar para conseguir la huella de Reyes.
— Esto servirá, trabajan rápido, creí que tendríamos que mandar ayuda. — Lena dijo, bajando de la mesa para tomar la tela de las manos del asiático y moverse hacia otra mesa, donde sabía que Tej escanearía la huella del hombre.
— El wantan y piernas sexis son un buen equipo, ¿no es así, princesa? —Lena escuchó a Roman hablar, sonriendo con diversión esta iba a responder antes de que la voz preocupada de Mia se escuchara, llamándolos a todos con rapidez.
— ¡Oigan, tenemos un problema!
— ¡Boletínaron a todo el equipo! — Brian y Mia se completaron, eso hizo que todos dejaran lo que estaban haciendo para caminar hacia ellos con confusión. — Nos buscan a todos... ¿cómo fue que pasó esto? El servicio de seguridad diplomático emitió las órdenes... El agente L. Hobbs.
— Ese maldito. — Lena murmuró, había tenido la dicha de conocer a Hobbs tiempo atrás, no fue en las mejores de las situaciones, aunque no fue nada contra ella, si había tenido que pasar unas noches en la comisaría por su terquedad.
— ¿Lo conoces? — La voz de Han llamó la atención de todos, Lena suspiró, asintiendo.
— Un poco, Hobbs es el líder de la unidad especial de la DSS, es como la mano derecha de Dios, cuando el FBI quiere atrapar a un criminal, lo llaman a él, porque él jamás fracasa. — La chica anunció, haciendo una mueca al pensar en el problema que tenían detrás.
— ¿Y ahora nos está cazando?
— Tenemos que adelantar las cosas antes de que nos atrapen y arruinen el plan. — Han dijo, haciendo a Dom mirarlo.
— ¿Pero, cómo? De por si esto es difícil sin la propia policía siguiéndonos, necesitamos espacio para respirar. — Roman agregó.
— Roman tiene razón.
Lena elevó las cejas al escuchar a Dom decir eso, inclinándose hacia Roman. — Vaya, tu primera buena idea, ¿qué se siente, bombón?
— Siento que volví a nacer. — este le respondió a la chica con una sonrisa, poniendo sus manos sobre su pecho como si se sintiera aliviado de repente, Lena le dio una sonrisa antes de volver a Dom, quien estaba mirando a Brian con complicidad.
—Necesitamos aire fresco.
***
La fiesta a la que asistieron la noche anterior para poder dar la cara a Hobbs la habia dejado cansada, tanto que era por eso que había dejado que Han hiciera las pruebas de las cámaras con el auto, el hombre, de hecho, sabía hacer su trabajo, no fue detectado por las cámaras, sin embargo, el tiempo que estos tenían era demasiado corto, si Brian siendo el más rápido no lo logró y Han siendo el más cauteloso menos, no había manera de que alguien más lo hiciera.
— ¿Qué tal estuvo? — El asiático preguntó una vez bajó del auto, Lena vio a Giselle caminar hacia él y responderle, viendo como este se le quedaba viendo más de lo usual, razón por la que la chica decidió regresar su mirada la frente.
— No vamos a lograrlo en tan poco tiempo, Dom, a menos que nos consigas autos fantasmas o algo así.
Dom asomó la cabeza, sonriendo al escuchar eso, una idea se le habia venido a la cabeza, lo que hizo que Lena comenzara a sospechar que no sería buena idea. — Y yo sé dónde conseguirlos. — cerrando el capó de su coche, señalo a Lena, Han, Brian y Roman. — Vamos a dar un paseo, Giselle, tú conduces.
***
Y ahí estaban ahora, de camino a la estación de policías para poder obtener sus propios autos fantasmas, y era bastante ingenioso, con un auto de policía no habia necesidad de ser rápidos o sigilosos para engañar a las cámaras, lidiar con un policía en un escritorio era fácil, pero unas cámaras, eso era otro tema.
— Muy bien, vamos.
Lena escuchó decir a Dom, lo que hizo que esta suspirara antes de abrir la compuerta, dejando salir a Roman primero antes de ir ella, él era capaz de tocarle el trasero y ella de romperle la nariz, quería evitarse molestias. Cuando esta comenzó a subir al techo, Han lo hizo también. — Con cuidado. — La chica le sonrió antes de lanzarse para atravesar la cerca que los alejaba de sus objetivos, el asiático saltó justo después de ella, ambos cayendo al lado del otro, sin decir palabra, corrieron hasta tomar un auto cada uno, saliendo de la estación sin problema alguno.
Justo frente a un semáforo en rojo, cinco autos de policías se alinearon perfectamente, Brian, Dom, Lena, Han y Roman, en ese orden, la chica rio un poco al escuchar las bromas de Brian y Roman, antes de que este decidiera dar a perder su orgullo. —Les apuesto diez mil a que los haré perder en los primeros mil metros.
— Como si tuvieras esa cantidad.
—Cuando termine este trabajo, la tendré.
— ¿Estás dispuesto a tener noventa chicas, entonces? — Lena sonrió, uniéndose a la apuesta, la chica logró ver la sonrisa ladina de Han, este seguía mirando al frente, disfrutando de escuchar a Lena y Roman discutir.
— Escucha, primeros dos semáforos, diez mil dólares y no, tendré noventa y una.
Han decidió intervenir esta vez cuando vio a Roman guiñándole un ojo a Lena, sabía que este lo decía en broma, pero esa no le había agradado en nada. No tenía por qué comparar el tipo de mujeres que el buscaba con Lena. — Si no logramos terminar este trabajo, posiblemente estemos muertos, que suba a un millón. — Elevando una ceja de manera tentadora, este volteó a ver a Lena.
— Muy bien, Han, entonces que sean un millón por cuatrocientos metros. — El asiático frunció el ceño ante la mención de su nombre, no estaba incorrecto, pero saliendo de los labios de Lena, solo lo habia escuchado una vez y fue cuando se presentaron, era extraño para él.
Y como si de una señal se tratara, el grupo comenzó a pisar el acelerador, viendo fijamente el semáforo, un segundo antes de que este cambiara de color, Roman aceleró, siendo seguido por los otros tres, Brian de segundo y Lena y Han más atrás de Dom, quien iba detrás de Brian, Lena por lo usual era bastante competitiva, sin embargo, habia visto ese brillo en los ojos de Brian, por lo que simplemente habia decidido manejar rápido solo para no perderles la pista.
— Lena. — Han llamó, haciendo a Lena mirarlo un segundo antes de volver a la autopista. — Creí que querías quitarle las mujeres a Roman. — Lena sonrió ante eso, negando antes de volver a ver al asiático.
—Y lo haré, pero me gusta jugar un poco con los hombres, lo sabes, ¿no? — Han sonrió, mirando al frente para esquivar un auto.
— Hagamos un trato nosotros. — Han dijo de repente, mirando a la chica un segundo, cruzando miradas. — Si me ganas, te daré un millón más, pero si yo gano, vas a tener una cita conmigo. — Lena sintió sus mejillas arder ante eso, tragando antes de sonreir, asintiendo.
— Muy bien, encanto, descuenta un millón de tu cuenta desde ya. — con eso, la menor jaló la palanca, acelerando para meterse entre el auto de Brian y Dom, sonriendo al ver el auto de asiático seguirla, pudo escuchar el grito de frustración de Roman cuando esta pasó por su lado, riendo mientras movía sus hombros.
No sabía cómo, pero en un punto, los cinco autos se alinearon perfectamente, el semáforo estaba a pocos metros de distancia de ellos. — Recuerden, tienen que desearlo. — La voz de Dom se escuchó, eso hizo clic en el cerebro de todos, sin embargo, tres de dos autos se quedaron atrás en el momento en que los dos autos de en medio aceleraron.
Han y Lena.
Abriendo la boca en sorpresa, Brian y Roman aceleraron mientras que Dom sólo sonreía, conocía a su hermana, y si ella no le ganaba a cualquiera de ellos, era porque no deseaba hacerlo.
A menos de un metro del semáforo, Lena dejó de pisar el acelerador, viendo como Han pasaba primero la línea de "meta", más bien, la línea en la que estos habían declarado ser la meta, una vez dejando que el asiático ganara, esta volvió a pisar el acelerador, sus pómulos se levantaron de nuevo al escuchar el grito emocionado del asiático junto con su fuerte risa.
Quizá él sí deseaba esa cita, pero Lena estaba segura de que ella no deseaba ese millón extra.
***
— Deja eso, vas a hacerle una fuga.
— Trabajo en mi taller en Tokio, creo que sé muy bien como no hacerle una fuga, Katsumi. — Han sonrió, pasando su dedo manchado de grasa de auto por la mejilla de la chica.
Esta no le prestó atención a eso, más bien, se quedó pensando en cómo la había llamado. Katsumi, ¿qué significaba eso? — Acabas de maldecirme en japonés.
— ¿Alguna vez te he maldecido antes?
— No
— Entonces, no veo la necesidad de hacerlo ahora. — Este se encogió de hombros, volviendo su atención al motor del auto que estaba revisando, el asiático había sentido la mirada de la otra mujer en la sala todo ese tiempo, Giselle, esta había sido un tema complicado, no estaba muy contento con ella, no después de lo que había dicho el día que consiguieron la huella de Reyes.
Han nunca consideró a Lena como una niña, ni mucho menos inmadura, sí, era menor que él por unos años, pero su manera de actuar no era el de una niña de quince años o algo parecido, al menos, él no lo veía así, sabía actuar de manera responsable cuando era necesario y como dejar de prestarle atención a cosas que no valían la pena. Han valoraba mucho eso en una mujer, no causaba problemas innecesarios, claro que molestaba a Roman, pero eso era algo inevitable, si él fuera igual de abierto con sus pensamientos como ella, también lo haría.
Pero más que nada, este admiraba su valentía, el día en que la conoció, realmente pensó que era una chica delicada, la manera de caminar de esta con ese vestido ceñido a su cuerpo y tacones que hacían que sus piernas se viera más tentadoras que de costumbre, pero ese pensamiento cambió totalmente el día en que robaron la pipa de gas.
Verla saltar sobre ese tanque de gasolina en llamas, su cuerpo cubierto por la misma gasolina de este, casi por completo, verla caer como si fuera la viuda negra sobre el capo del auto y que esta sonriera con orgullo cuando este la recogió del suelo, como si estuviera orgullosa de ella misma, para Han, algo dentro de él cambió por completo al ver toda esa escena, juró haber encontrado el tipo de chica que siempre había querido tener con él.
Porque no había nada más atractivo para Han que una chica sin miedo a hacer el trabajo difícil y salir ilesa de ello.