6 de Noviembre 2038, 10:25:05
Vamos en el coche patrulla de Hank, ninguno dice nada, hasta que llegamos al distrito de Ravendale. Más concretamente a un motel de la zona.
— ¡Eh, tú! — Hank se dirige a Connor. — ¿Te importaría esperar fuera del coche? Tengo que hablar con Jane un momento.
— Por supuesto, teniente.— Connor obedece y sale del coche, esperándonos fuera.
Hank se gira en su asiento, mirando hacia atrás. Donde estaba sentada.
— No has dicho ni una palabra respecto al tema de Connor desde el encuentro con el capitán. — Me mira con el ceño fruncido.
— No tenía nada que decir. He hecho lo correcto, creo que la ayuda de Connor en nuestras investigaciones puede ser lo mejor hasta ahora, Hank.
— Jane, no lo entiendes. ¿Por qué pediste un androide cuando tú y yo nos valíamos para resolver cualquier cosa? Ya sabes el por qué no los soporto, ¿por qué no me lo dijiste antes de pedírselo a Fowler? — Su tono comenzaba a cabrearme. Estaba comenzando a sonar como mi padre.
— ¡Tú no estabas cuando pedí su ayuda, Hank! Todo el mundo estaba pendiente de los televisores donde un divergente casi acaba con la vida de una niña, pero tú no estabas en tu puesto. Me dejaste sola resolviendo un caso mientras tu estabas en el bar de Jimmy... Ver a Connor solucionar ese caso me abrió los ojos para saber qué podría ayudarnos con lo demás. Además, sabía que si te lo pedía... Me ibas a decir que no. — Le miro enfadada, ahora es él quien recibía la bronca.— Si te esforzaras un poco en hablar con él, podrías ver que no todos los androides son iguales. Connor es nuestro compañero ahora, Hank. Te guste o no, y más vale que empieces a hacer algo para que te guste.
Abro la puerta del coche enfadada y la cierro de un portazo. Connor me mira y se acerca a mí.
— ¿Todo bien, Jane?— Por primera vez pude ver preocupación en la mirada de Connor.
— Sí, tranquilo. Todo bien.— Asiento mientras trato de sonreír.
Hank sale del coche para buscar a un agente para que le informe de lo que tienen.
— Jane. — Connor me agarra del brazo. — No me gustaría que por mi culpa el teniente y tú perdáis esa relación que tenéis. Estoy intentando hacer todos los progresos que puedo, pero... Hank es un hombre complicado.
— Lo es Connor, lo es. Pero no te preocupes, está todo bien, estas cosas pasan.— Le sonrío de manera tierna para agradecerle su preocupación.
Su LED se vuelve amarillo y parpadea varias veces, como en la comisaría. Frunzo el ceño mientras lo miro.
— Bien, me han dicho que deberíamos preguntar al personal de recepción de este motel. Puede que sepan algo de ese androide. — Se nos acerca Hank informándonos.
Connor y yo asentimos y le seguimos. Entramos al motel y un hombre en recepción nos estaba esperando.
— Soy el teniente Anderson y ella es mi compañera, la agente Smith. Policía de Detroit.— Enseñamos nuestras placas. — Estamos buscando un androide femenino, robó una tienda calle abajo anoche, ¿ha visto algo?
— ¿Un androide? No. A los androides no se les permite pasar ahí.
Connor se hace hueco al lado mío para dirigirse al empleado, levanta la mano y muestra una imagen de la androide a la que buscamos.
— ¿A visto a un androide que se parezca a ella?
Todos miramos al hombre que la mira con detenimiento, su cara cambia.
— Oh, joder. Sabía que había algo raro en ella. — Nos mira preocupados.
— A jurar por su reacción, ¿sabe algo más sobre ella? — Le pregunto, parece que el empleado sabe donde puede estar.
Él asintió con la cabeza.
— Vino anoche. Iba vestida con ropa normal, ya sabéis. No sabía diferenciarla.
— ¿Sigue aquí?— Preguntó Hank.
— Sí, probablemente. Se alojaron en la habitación 28.— La señala.
— Gracias.— Responde Hank saliendo tan deprisa como puede para ir a por ella.
Connor y yo salimos tras él, nos encontramos a Hank hablando con más agentes para que envíen más refuerzos y pongan un cordón policial al rededor de la zona.
— Vamos.— Le digo a Connor.
Pasamos por al lado de Hank, pero él detiene a Connor.
— ¿A dónde crees que vas? Tú te quedas esperando en el coche.
Hank no va a poner las cosas fáciles nunca.
— Creo que es mejor que vaya con vosotros. — Responde Connor previniendo a Hank.
— Escucha, estoy cansado de que me contestes. ¡Eres una máquina! Así que cierra la boca y haz lo que te digo.
— Todo lo que quiero es cumplir mi misión. Lo siento si le molesto.
La respuesta de Connor me pareció una buena forma de poner firme a Hank.
— ¿Quieres ver el final de la misión? Deja de tocarme las pelotas.
Cabreada veo como me vuelvo a encontrar en la escena de la comisaría.
— ¡Hank, ya basta! Estoy cansada de tus quejas. Por última vez, Connor está aquí para ayudarnos no para ir en contra tuya. — Pongo mi dedo contra su pecho. — Así que él viene con nosotros, quieras o no.
Él me mira cabreado, Connor y yo avanzamos por su lado. Hank nos sigue hasta la habitación sin decir ni una palabra. Ambos sacamos las pistolas y nos ponemos a cada lado de la puerta.
Hank me mira y yo a él, veo como su mirada se desvía a Connor y le hace un gesto con la boca para que no haga ruido. Devuelve la mirada hacia mi y ambos asentimos con la cabeza.
Abro lentamente la puerta para que Hank entre antes que yo, ambos alerta. Registramos la habitación por todas partes. Ni rastro de ella.
— Se ha ido.— Nos dice Hank a Connor y a mí.
Salimos de allí hacia el resto de los policías.
— Maldita sea, ¿a dónde ha podido ir?— Miro a todos los lados del motel.
Un agente se acerca corriendo a nosotros tres.
— ¡La han localizado!— Nos comenta.
— ¿Hacia que dirección se ha ido?— Pregunta Connor.
— Hacia allí, a la estación de tren.
Connor y yo miramos hacia ese lado y echamos a correr.
— ¡Jane, Connor!— Oímos a Hank tras nosotros, pero no nos detenemos.
Corremos todo lo deprisa que podemos.
— Se han metido por aquí. — Otro oficial nos señala un callejón sin salida. Estaba saltando la valla, pero no iba sola. Parecía una niña.
Ambos volvemos a correr tras ellas, pero nos detenemos al mirarlas a través de la valla. No decimos nada, ambas están realmente asustadas.
— Podemos ayudaros.— Las intento convencer.
Pero un agente llega, apuntando con la pistola.
— ¡No dispares! Las necesitamos vivas.— Ordena Connor.
Pero ellas al ver la situación, salen corriendo hacia la autopista. Eso era un suicidio.
Al momento Hank nos alcanza, cansado de correr.
— ¡Oh, joder, esto es una locura!— Dice entre jadeos.
No puedo quitar los ojos de ellas, podían morir en cualquier momento. La velocidad de los coches contra ellas podía ser un golpe letal. No podíamos seguirlas, pero... Ella estaba protegiendo a la niña de algo. Quizás estuvieran escapando de alguien... Teníamos que dejarlas ir.
Connor hace el amago de trepar la valla, pero Hank le detiene.
— ¡Eh! ¿A dónde vas?— Le pregunta.
— No podemos dejar que escapen. — Contesta Connor.
— No lo harán, no conseguirán llegar al otro lado. — Nos informa Hank.
— Puedo arriesgarme.— Comenta de nuevo Connor.
No era consciente de que ahí abajo podía acabar con él a esas velocidades. De nuevo intenta trepar la valla, pero Hank le vuelve a detener.
— ¡Es un suicidio! ¡No vas a ir tras ellas Connor, es una orden!
Connor se relaja y no vuelve a hacer un amago de seguirlas, los tres nos quedamos mirándolas. La androide hace todo lo que puede para proteger a la niña, y por suerte, ambas llegan al otro lado, la niña se arrodilla y la abraza, como si se tratara de su madre. Suspiro aliviada.
— Es mejor que las dejáramos ir. — Me giro para volver al coche.
— Pero Jane, era nuestra misión cogerlas.— Connor y su misión.
— ¡Nuestra misión en realidad era dejarlas ir, Connor! ¿No las has visto? Ella protegía a la niña de algo, no creo que sea ninguna criminal. — Él me mira serio. Un silencio cortante había entre nosotros dos, Hank nos observaba. — Ya hemos cumplido nuestra misión.
Abandono a los dos detrás de mi, no oigo ni los pasos de Connor ni los de Hank. Pero si la voz del teniente.
— Tiene razón, Connor. Venga, tenemos que irnos. Creo que aquí hemos terminado.