Charla sucia: sexto día
"Oh mierda... Mgh..."
Kokushibo tiembla, sintiendo la gloriosa sensación de sentirse dominado por Muzan, siendo follado como si de un juguete se tratara, es increíblemente caliente, no puede evitar gemir y jadear ruidosamente, sumergido hasta la médula en el placer pecaminoso y burbujeante.
Suplica por más violencia, y eso le encanta a Muzan, y en consecuencia, su polla se endurece aún más dentro de la cavidad de Kokushibo.
"Estás tan apretado..."
Comenta Muzan en un suspiro, clavado profundamente dentro del cuerpo tembloroso y vulnerable del demonio más alto, y Kokushibo gime en respuesta, temblando, mientras su próstata es brutalmente abusada por las estocadas del demonio progenitor, quién lo somete con una fuerza que hace que Kokushibo dude de si podrá soportar un poco más de fuerza o terminará partiéndole la cadera por accidente, aunque la idea es tentadora.
"Muzan..."
Pronuncia su nombre como un mantra, con amor y lujuria, deseoso, y abre un poco más las piernas. Sus manos están fuertemente apretadas en la almohada suave y blanquecina debajo de su rostro, a este punto sus garras ya desgarraron partes de la tela por la fuerza con la que la sujeta.
Y Muzan reacciona de manera afirmativa a los gemidos desesperados de Kokushibo, tomando el enrojecido pene de Kokushibo humedecido por la excitación y comienza a masturbarlo con velocidad. Kokushibo no resiste más, su cuerpo está acurrucado mientras recibe el trato duro, y de sus ojos escurren lágrimas.
Muzan sabe que esas lágrimas no son de tristeza, son de placer, placer y amor puro y genuino. Una devoción absoluta de Kokushibo a Muzan.