"Sugar Daddy" | Muke

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HOLD OUT HOPE
[Mantén La Esperanza]

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—Te lo dije —blanqueó los ojos, mientras metía sus cosa a su mochila. Estaba seguro que eso no era lo primero que necesitaba escuchar antes de irse a su casa en una noche tan fría.

—Llevas diciendo eso desde hace dos días. ¿No te cansas? —dijo entre dientes, sabiendo a la perfección la respuesta que le daría el moreno. Él siempre amaba tener razón y puede que eso fuera algo que tenían en común.

—No, porque tú nunca quieres hablar del tema. Dices que las horas del trabajo no son el momento "adecuado" y cuando estamos en el Subterráneo finges no escucharme —le reclamó el chico, a lo que simplemente se encogió de hombros. Puede que tuviera razón, pero no significara que fuera a admitirlo. Siempre fue demasiado orgulloso.

—No sé qué quieres que te diga —respondió en voz baja, fingiendo estar demasiado ocupado cerrando el cierre de su mochila para poder evitar los ojos del chico de cabello negro. Él soltó un bufido, posiblemente sabiendo a la perfección que solo era otra excusa para no hablar. Lo conocía demasiado bien aunque solo hubieran pasado como cuatro meses desde que se conocieron.

—Explicarme porqué Luke Hemmings estuvo buscándote hace dos días en este lugar, y la razón por la que lo encontré en los vestidores minutos después de tu hora de salida —mordió el interior de su mejilla, para luego posicionar la mochila tras su hombro, aun sin ver a su amigo a los ojos —. Algo pasó y no te moverás de este lugar hasta que me expliques qué.

Calum tenía razón, algo había pasado, pero no era algo en lo que quería pensar Era demasiado bueno fingiendo que todo estaba bien cuando no era así, lo llevaba haciendo por casi más de seis meses desde que abandonó la casa de sus padres al terminar la secundaria. Pero, por alguna razón, esta vez no pudo hacerlo.

No creía que algo estuviera exactamente mal, el único problema era que en su cabeza no podía dejar de repetirse el encuentro que tuvo con un chico que creyó que no volvería a ver en su vida. Vivir en la ignorancia, y creer que ese número fue dejado en un billete de cien dólares fue un error, era mejor. Pero, que el dueño de aquellas acciones hubiera venido a buscarlo solo hizo que a su cabeza se le fuera más imposible dejar de pensar en él.

Lo peor de todo era que, Luke no parecía un idiota con dinero como la mayoría de las personas de la Elite en New York. Pasó leyendo revistas en línea y viendo entrevistas sobre él, desde que Calum le dijo quién era (aunque no fuera algo que vaya a admitir, nunca), y casi todas de ellas hacían ver al rubio como una clase de chico con dinero que podía tener lo que quisiera cuando quisiera. Algo que, hubiera creído fácilmente, especialmente luego de los sucesos que ocurrieron hacia casi cinco días, pero ahora ni siquiera estaba seguro de qué pensar.

Luke parecía ser una persona con la suficiente decencia de buscarlo para pedirle disculpas por acciones y no quedar como una clase de idiota, aunque solo fuera un don nadie en esta ciudad. Ni siquiera era un mesero, era un simple lavaplatos del cual posiblemente no tendría que volver a ver su rostro, pero él lo buscó. Estuvo pasando los últimos días por delante del restaurante desde su primer encuentro (o eso fue lo que Calum le dijo), para finalmente ingresar al lugar y buscarlo, aunque eso lo hubiera podido meter en problemas. Y, le parecía genial. Luke era alguien bueno, y podría decir que despreciaba a una persona menos de la clase alta, pero claramente no quedó ahí.

Él quería que lo llamara. Puede que no estuviera buscando llevarlo a la cama de su penthouse, pero que lo que quisiera fuera alguna clase de relación parecía algo completamente irreal. Su vida no era un cuento de hadas.