Este fue un lunes muy tranquilo, demasiado, a decir verdad. Hoy por fin volví a ir al gimnasio, nada ha cambiado, siguen los mismos y mismas de siempre, me he dado cuenta que las peleas en el octágono ya no son suficientes y eso comienza a preocuparme, seriamente. Además, no he peleado de verdad en unas cuantas semanas.
Después de pasarme dos horas en el gym, paso a comprar un poco de comida japonesa antes de regresar a la casa. Al entrar encuentro a mis tres amigos sentados en el sofá, se quedan callados en cuento me ven. Esto es muy extraño.
—¿Pasa algo? –pregunto arrugando el entrecejo.
—Nada, que bueno que llegaste, nos estábamos preguntando donde estabas, ya son casi las seis de la tarde. —Liam habla demasiado rápido que apenas le entiendo.
—Fui al gimnasio y luego por comida ¿gustan? —levanto la bolsa de comida.
—¿Qué es? —pregunta Richard.
—Comida japonesa.
—¿Por qué ya no cocinas? —Lily me mira fijamente.
—Sí lo hago, pero esta semana no me apetece hacer de cocinera.
—Bien, comeremos comida japonesa, pero mañana tendrás que pasar a comprar algo no tan... crudo. —se ríe.
—Ok, no prometo nada, puestos de comida chatarra es lo que me queda de camino.
—Mañana podríamos ir los cuatro a cenar —dice Richard—. Descubrí un restaurante de comida tailandesa, que quizá les guste.
—Podría ser, mañana decidimos eso.
Se miran entre ellos, no dicen nada más, siento que algo pasa. Como no dicen nada, no pregunto, sino me dicen es por algo. Decido dejar las cosas así. Comemos mientras vemos un maratón de The Big Bang Theory. El timbre del departamento interrumpe nuestras risas.
Nos miramos unos a otros, nunca nadie nos visita, es muy extraño que alguien venga. Liam se levanta a abrir mientras yo levanto los recipientes de comida vacíos y los llevo a la cocina. Escucho la voz de alguien que me parece familiar y está hablando... ¿italiano? Se me caen los recipientes de las manos, Lily entra en la cocina a ver qué pasa.
—¿Estás bien? —pregunta viéndome a la cara.
Siento como la sangre recorre mi cuerpo.
—Te pusiste pálida Addy ¿qué pasa?
—¿Quién llego?
—Es un señor mayor, alto de ojos azules —Lily me mira confundida—. ¿Lo conoces?
La rodeo y salgo de la cocina sin responder su pregunta. Cuando llego a la sala veo la espalda de Liam y lo escucho hablar un italiano casi perfecto.
—¿Nonno? —pregunto parándome de puntas para ver sobre el hombro de Fitzgerald.
—¡Amy! —mi abuelo asoma la cabeza para verme.
Liam se hace a un lado para que mi abuelo y yo nos podamos ver. Me le quedo viendo por un instante sin parpadear, había olvidado el parecido que tenía con Lucas, esos ojos azules hermosos iguales a los de mi hermano, esa mirada tan reconfortante. Siento las miradas de todos dirigidas a mí.
—¿Amy? —pregunta Liam.
—Es una larga historia —contesto—. ¿Qué haces aquí abuelo?
—Ese es el recibimiento que le das a tu abuelo favorito —dice en un italiano perfecto—. Creo que merezco más que eso. —me mira de pies a cabeza.

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HATE
Teen FictionEl día que Lucas murió, algo dentro de Adaline lo hizo también. Saber que pudo evitar el accidente, que la vida de su hermano estaba en sus manos y no la cuido, será algo que la acompa?ará el resto de su vida. El odio hacia la mujer que provocó el e...