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En el transcurso comprendí, que las personas como yo no alcanzan la felicidad y cuando creen tenerla, la pierden. Una y otra vez. A veces la felicidad tiene nombre...
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Tercera vacuna contra la Tuberculosis: Resultados.
Se verifica con los nuevos pacientes avances buenos. Los que recibieron la vacuna, en total unos veinte pacientes, están aislados cada uno en un cuarto en Stohess. A dos días de inyectarles la vacuna se vieron los primeros efectos secundarios que no previmos. Reconocimos que los pulmones son los más afectados pero esta vacuna logró que cinco de los pacientes murieran por asfixia al presentar inconvenientes con su faringe.
El tratamiento propuesto por la doctora Sievers está controlando la enfermedad en los pacientes que tienen síntomas leves. Sin embargo, al ser una enfermedad altamente contagiosa, encontrar una cura es imperativo.
Clasificación de gravedad: alta.
Resultados: erróneos.
Doctor Ethan Aleek.
Doble la carta y la dejé sobre mi escritorio. El estrés se apodera de mí. Mientras Ethan y yo nos encargamos en su totalidad de la creación de las vacunas, Ana tenía como misión fortalecer el tratamiento. Ella lo estaba haciendo bien y nosotros fracasamos. Sin embargo, seguiremos peleando. Uɴᴀ ᴅᴇʀʀᴏᴛᴀ ᴘᴇʟᴇᴀᴅᴀ ᴠᴀʟᴇ ᴍᴀ́ꜱ ǫᴜᴇ ᴜɴᴀ ᴠɪᴄᴛᴏʀɪᴀ ᴄᴀꜱᴜᴀʟ.
Enterré mis dedos en mi cabello. Al menos me tomaría dos años volver a mi color natural y el largo que quiero. Corté mi cabello a la mitad de lo que estaba ayer. Me llegaba un poco más abajo de los hombros. Me negaba a tener el cabello demasiado corto. En estos meses apenas se notan unos cinco centímetros de mis raíces castañas. Creo que ni eso.
Mis codos apoyados en la mesa mantenían mi cabeza en la misma posición, releyendo los resultados y estudiando la enfermedad. Avanzaría mientras pueda. Una vez salga de Trost no podría ver alguno de estos documentos. El reloj sonaba incesantemente y me reclamaba que iba tarde. Levi me va a matar.
Tres. Dos. Uno.
—¿Qué mierda esperas?—La voz ronca del capitán enano llenó mi oficina. Afuera los soldados caminaban de un lado a otro. Apenas son las dos de la tarde, debí comer el almuerzo y lo evite por estudiar esto.
—Amabilidad de tu parte. —Amarré mi cabello con una liga—. No alisté mi maleta, estoy...
—Ocupada. No es novedad. Tienes hasta las cinco máximo. —Cerró la puerta con él afuera.
Agradecí su flexibilidad. Le di una ojeada más a los papeles que tenía y los guardé, resignada porque, aunque me demoré una hora haciendo garabatos, no logré mucho. Pasé por la cocina por algo de comida. Al ingresar agarré a Sasha y Connie con las manos en la masa, literal.
—¿Qué preparan?—pregunté poniendo mis brazos como asas.
—Nada, mamá—musitó Connie escondiendo sus manos llenas de harina.
