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Maratón 4/4

La alarma de Jake comenzó a sonar, dando a entender que era un día más en el que tenía que ir al colegio.

Así que de mala gana, apagó esta y se paró de la cama dirigiéndose al baño para asearse. 

Algunos minutos después, salió y del armario sacó unos jeans azules, una sudadera blanca y tenis del mismo color.  

Mientras cepillaba su cabello, escuchó la puerta principal ser tocada y extrañado corrió escaleras abajo a abrir esta. Y cuando lo hizo, no esperó ver a su amigo sonriente. 

— ¿S-Sunghoon? — preguntó frunciendo el ceño levemente — ¿q-qué haces aquí? 

— ¿no es obvio? vine para irnos juntos a la escuela — dijo visiblemente. 

— creí que ya no lo hacíamos — murmuró para sí mismo aún sin entender y se hizo a un lado para dejar pasar al menor a su casa — como sea, ¿me esperas un poco? aún no termino. 

El alto asintió sonriendo y Jake en seguida corrió subiendo las escaleras dirigiéndose a su habitación para terminar de alistarse. 

Cuando terminó, bajó de nuevo y se encontró con su amigo sentado en el sofá de la sala. 

Shim miró la hora en su reloj de mano, aún era temprano así que fue a donde Hoon se encontraba y decidió tomar asiento al lado de él. 

Sin embargo, el menor se le adelantó y lo tomó de la muñeca, para así sentarlo sobre su regazo. Jake abrió los ojos de par en par y miró al pelinegro quien poco a poco se iba acercando a él, acortando la distancia entre ambos. 

Cuando ya sentían sus respiraciones mezclarse, Park terminó por cortar la pequeña distancia que los separaba y estampó sus labios con los del mayor, este estaba un poco desconcertado así que no le correspondió en seguida, pero al final, terminó cediendo. 

Era imposible resistirse si lo agarraba así. 

El castaño se separó un poco y se acomodó mejor entre sus piernas y rodeó su cuello con ambas manos. Sunghoon lo imitó, pero este rodeando sus manos en la pequeña cintura de Jake y siguieron besándose. 

— no te había saludado — habló el menor cuando se separaron debido a la falta de aire mientras sonreía, depositando otro pequeño beso en los labios del contrario. 

Shim sonrió levemente sintiendo sus mejillas arder. 

— me encantaría quedarme así contigo todo el día pero tenemos que irnos — dijo el pelinegro haciendo una mueca. 

Comenzaba hacerse tarde y lo último que querían era que no los dejaran entrar. 

— nosotros podríamos quedarnos aquí — sugirió el mayor en un susurro — sabes que mi padre no vuelve hasta tarde. 

Sunghoon no pudo evitar soltar una carcajada echando la cabeza hacia atrás. 

— ¿planeas no ir a la escuela? — inquirió aún medio riendo. 

— si estoy contigo no me importaría — miró al menor encogiéndose de hombros y dejó un corto beso. 

— lo siento, Jakey — depositó un pequeño beso en la nariz del más bajo — otro día será — besó su mejilla derecha — tengo algo importante que entregar hoy — ahora besando su mejilla izquierda — perdón — se disculpó nuevamente y le dió un pequeño beso en los labios. 

Shim no podía hacer nada contra ello. Si era importante tenía que entregarlo, así que asintió decepcionado sin mirar al menor. 

Sunghoon odiaba ver al pequeño castaño triste, por lo que tomó su mandíbula con el índice y el pulgar, obligándolo a mirarlo. 

— te prometo que algún día nos quedaremos aquí, — le sonrió leve — sólo tú y yo. 

Jake aún se sentía triste pero intentó verse más feliz sonriendo mientras asentía frenéticamente, haciéndolo ver más creíble. 

Luego decidieron que era hora de irse, el castaño tomó su mochila y salieron de la casa. Ya era un poco tarde por lo que tomaron un autobús hasta la escuela, el camino era corto así que no tardaron mucho en llegar a su destino. 

Bajaron tomados de la manos, entrelazando sus dedos. Decisión del menor, pues a Jake le daba algo de pena. Sabía que no tenía porqué molestarse pero sentía como si todo mundo los estuviese viendo, asqueados. 

Sunghoon , al ver esto, con su pulgar acarició la mano de el mayor intentando calmarlo. Jake en seguida se giró a verlo, encontrándose con su amigo sonriéndole.

¿Era posible enamorarse de alguien cada vez más? Jake comprobó que sí, sintiendo su corazón acelerarse tanto que creyó que Park lo escucharía. 

Al llegar al aula del más bajo se mantuvieron afuera de este aún tomados de la mano, sin dejar de verse. Ninguno decía nada, pero sabían que no hacía falta, estaban cómodos con aquel silencio. 

Jake por primera vez agradeció mentalmente que su profesora siempre llegara tarde, así se quedaría más tiempo con aquel chico que lo volvía loco. 

— anda, entra — dijo el menor, rompiendo el hielo haciendo un movimiento con la cabeza, señalando la puerta detrás de él.

Jake hizo un puchero y asintió, dándole un casto beso a Hoon, despidiéndose listo para entrar. 

Sin embargo, no iba a hacer un corto beso, pues el menor siguió besándolo aún más, sin querer separarse. Incluso rodeó su cintura con ambas manos, apegándolo más a él. 

Cada beso se volvía con más fervor y Jake no podía evitar soltar leves gemidos entre el beso, siendo callados por la boca del más alto. 

Los besos bajaron la intensidad y Sunghoon aflojó su fianza en la cintura del mayor. Hasta que se volvieron cortos besos. 

— ahora sí me voy, Jakey— dijo el pálido cuando se separaron. 

El aludido asintió sonriendo levemente y Sunghoon depositó un pequeño beso en su frente, para después irse a su aula. 

Jake después de ver al menor irse, entró a su salón con una gran sonrisa. 

Sus amigos lo notaron en seguida y comenzaron a hacerle preguntas que el castaño al principio se negó a contarles hasta que, harto del interrogatorio, fingió derrota y les comenzó a platicar a los otros dos jóvenes.