Mikey se ha distanciado de Draken desde lo ocurrido con Emma. En cambio, ha mantenido el contacto con el resto de sus amigos. Siendo francos, la verdad es que lleva una vida bastante recta. Una vida aceptable y feliz. Hasta que el día de la boda de...
NdA: he tardado lo mío, pero aquí estoy c: No te voy a mentir: quería saber qué derroteros pensaba tomar el manga para ver si podía utilizar el canon en esta historia, pero me he cansado de este sinvivir.
Al final del capítulo subiré un par de ilustraciones que Akira_Oikawa y Flavia de Paula han hecho para este fic nun
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"Pulled the car off the road to the lookout.
Could've followed my fears all the way down
and maybe I don't quite know what to say
but I'm here, in your doorway".
"Saco el coche del camino hacia el mirador.
Podría haber seguido mis miedos hasta el final
y quizá no sé muy bien qué decir
pero aquí estoy, en tu puerta".
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Si a Pah-chin y a su esposa les molesta que la mesa en la que han distribuido a los antiguos integrantes de la Tōkyō Manji y sus allegados sea la más ruidosa de todo el convite, ninguno de los dos da indicios de considerarlos un estorbo, ni tampoco parece plantearse la posibilidad de llamar a seguridad para que los desalojen de inmediato.
Todo lo contrario.
Los recién casados van de aquí para allá, siguiendo un itinerario pactado de antemano con intención de comprobar cómo se encuentran los invitados y recibir las felicitaciones oportunas. Aunque procuran no olvidarse de nadie, lo cierto es que tampoco pueden ocultar su favoritismo. Tanto Peyan como ellos se entretienen más de la cuenta con Mikey y los demás, alborotándose el pelo engominado los unos a los otros y apretujándose como pueden para caber dentro del objetivo de las cámaras de diferentes móviles.
Mikey es de los más bajitos, de modo que suele tocarle en primera línea. Los más altos, como Draken y Hakkai, se quedan detrás, viéndose obligados a encorvarse un poco para poder salir en los selfies. Pasado un rato, las miradas desaprobatorias de las mesas colindantes se van transformando en sonrisas expectantes y entretenidas. En cuanto la gente necesita una breve pausa para descansar de una conversación se vuelve hacia ellos, curiosa por averiguar cuál es la última ocurrencia que les ha venido a la mente para pasar el rato.