???? | Kim Sunoo ?

...

Me levanté con pesadez de mi cama, sabiendo que pronto sería el viaje, en apenas dos días. Tenía que hablarle a Yaning sobre el tema de la tienda de campaña, me negaba rotundamente a compartir espacio con cualquier otra persona que se quedara apartada. Especialmente porque podía ser alguien que me desagradara, lo que era muy probable.

Me vestí, me lavé la cara y todas esas cosas antes de agarrar una fruta y salir de casa mordiéndola por el camino.

Mientras andaba, mi mente le daba vueltas sin cesar a cierto tema que no salía de mi cabeza, con bastante justificación: La hermana de Sunoo y su síndrome.

Sería muy descarado interrogar a Sunoo en busca de toda la información que pudiese proporcionarme, por lo que me limité a esperar. Cuando llegara a casa, lo investigaría, o tal vez en la biblioteca.

Durante el camino, me encontré con Sunoo ya que pasé por delante de su casa y él me esperaba. Empezamos a caminar juntos, le escuchaba hablar sin parar pero mis pensamientos negativos en relación a todo no me permitían prestarle la atención que merecía.

– ¿Estás bien? – Me preguntó parando de hablar para dirigirse a mí

– ¿Eh? – Le miré desconcertada – Oh, sí, no te preocupes.

Asintió pero noté inseguridad en sus ojos, me miraba con preocupación y duda. Sin darme cuenta, Sunoo había aprendido a descifrarme y sabía que algo no estaba bien. Siempre pretendí ser completamente inescrutable, de forma que jamás se pudiera averiguar qué pasaba por mi mente. Sin embargo, Sunoo ya sabía que algo no andaba bien. Cada vez tenía más claro que era él quien fue el elegido por el destino para conocerme a fondo, para hacerme ver la vida de distintas formas y devolverme esas ganas de confiar, de vivir. Y no solo vivir como me gustase, si no disfrutar la vida y, sobre todo, junto a él.

Dejé mis sentimientos a un lado y le miré de nuevo, apartando la vista del suelo. Me crucé con su vista, como esperaba. Me seguía mirando tratando de entender qué era lo que me sucedía.

– Sunoo, estoy bien. – Le sonreí tratando que aquello le convenciera

Suspiró y asintió, volviendo a dirigir la vista a su camino y sus pies.

Andamos en silencio hasta, finalmente, llegar al instituto. Nuestros caminos se separaron desgraciadamente, la primera clase era en el laboratorio para mí y en la biblioteca para él. La parte positiva, por buscar alguna, era que me encontraría con Yaning y podría proponerle ser mi compañera de tienda de campaña.

Pasé hasta el lugar una vez recorrí todo el piso de arriba y entré, colocándome al lado de mi compañera que me sonrió amablemente.

– Tengo que preguntarte algo antes de que empecemos con los experimentos y eso. – Hablé

– Claro, dime. – Me indicó que me escuchaba con un gesto mientras sacaba algunos tubos de ensayo de las gradillas

– El viaje de estudios que tenemos pronto, no tengo a nadie más con quien me apetezca ponerme que no seas tú. – Dije

– Te iba a preguntar si querías ponerte conmigo. – me sonrió mirándome – Sí, vayamos juntas.

– Genial. – sonreí de igual forma y comencé a colocar las cosas de forma ordenada en la mesa

...

Me crují los dedos antes de pasar por todo el estante de medicina de la librería del instituto, examinando cada libro.

Decidí comer cerca de la institución y volver más tarde para investigar con tiempo, afortunadamente para mí ese día Sunoo no podría venir conmigo, pues estaría con su hermana en el hospital por si acaso, ya que su madre no podía.