A Different Landing {{Clexa}}

Sophie caminaba, siguiendo con cuidado los pasos de la primera e intentando guardar silencio. Estaban trasladando las lanzas a sus puestos alrededor de la trampa. Valoria, Brady y Leo estaban preparando la red de metal y hueso colgada entre dos árboles, lista para enredar al pauna una vez que lo atrajeran a través de esta sección del bosque. Volvió a comprobar cuidadosamente cada una de sus diez lanzas para que estuvieran al alcance de su mano. Era su primera cacería de paunas y podía sentir un sudor frío que le recorría la espalda. Se limpió las palmas de las manos en los pantalones y respiró tratando de calmarse.

"No te preocupes tanto, chiquilla, esto es cosa de viejos", dijo Keaton, apoyándose en un árbol. Ella se sonrojó vivamente ante el cazador. 

"Nunca había participado en una cacería de paunas". Admitirlo picó un poco. Keaton sonrió, inclinándose y alborotando su cabello. 

"El miedo es lo más natural del mundo y no hay que avergonzarse de él, es parte de la vida. En nuestra primera cacería de paunas yo casi me desangro, Dax quedó noqueado y Clarke se rompió la nariz y gritó tan fuerte que nunca lo admitirá".

Sophie abrió la boca con asombro al escucharle. Después de todo, su antiguo equipo de caza de paunas era una leyenda. Habían matado más que cualquier otro equipo de paunas de la historia, todo ello en dos años. 

"Pero... si tú casi mueres, ¿qué esperanza tenemos nosotros?". Resopló, ella se dio cuenta de que los otros dos segundos estaban escuchando la conversación. 

"Tienen a cuatro cazadores experimentados y a un asesino de su lado. Nosotros éramos un puñado de segundones sin entrenamiento enviados a ocuparse de un problema de 'lobos'. Lobo mi culo".

Ella se quedó mirando con sorpresa, preguntándose si podría obtener toda la historia de él. Después de todo, aquella cacería era más que legendaria. Todo el mundo conocía una versión de la historia del lobo gigante de dos cabezas de los confines del norte que fue asesinado durante una ventisca. Escuchar la historia de uno de los participantes en la cacería era un honor. 

"¿Qué pasó en la cacería?"

Keaton se había movido para poder alcanzar y comprobar los nudos de la red. Parecía considerarlo. 

"Muy bien, les contaré la historia mientras esperamos la señal de Klark. Pero primero vayan a sus lugares".

Sophie se dirigió rápidamente a su lugar ligeramente cubierto en el suelo con una pila de lanzas. Observó a Brady ponerse bajo cubierta justo delante de la red mientras Valoria se movía a su punto de observación detrás de donde caería la red. Mirando hacia un árbol, vio a Niles sentado a gusto en una rama, con las piernas colgando. Él le hizo un guiño coqueto que hizo que ella se sonrojara y mirara hacia otro lado. Keaton, que también estaba escondido cuidadosamente delante de donde caería la red, se aclaró la garganta. 

"Así que, cuando era un segundón".

"Ahora no eres un niño especialmente grande", ironizó Niles desde su posición en lo alto de un árbol. Keaton le lanzó una piña antes de continuar. 

"De todos modos, estábamos en el límite del territorio de Azgeda antes de que se convirtiera en las llanuras nevadas. Donde el hielo y la nieve nunca se derriten, y los blancos vienen con el viento, y el sol nunca se pone en verano, y nunca sale en invierno. Toba, el puesto de avanzada más lejano, estaba siendo plagado de bandidos y habíamos estado recibiendo informes de una cantidad de bandidos mayor a la esperada. Así que, cuando los aldeanos vinieron y pidieron ayuda con un lobo que estaba matando su ganado, el capitán del puesto de avanzada nos envió a los humildes novatos a las llanuras salvajes para rastrear y matar a la bestia. Rastreamos al animal a través de la nieve, sin apenas encontrar huellas, cuando Harper, nuestra arquera, divisó una huella de pata del tamaño de mi cabeza en la nieve". Hizo una pausa dramática. "Comprendiendo que debía ser un pauna, discutimos sobre si debíamos seguir adelante y matar a la bestia o retirarnos y llamar a guerreros más experimentados. Klark argumentó que debíamos regresar, que seguramente moriríamos contra una bestia tan temible. Pero, Atom luchó por mantener el rumbo, recordándonos el hambre que pasaban los aldeanos a causa de su caza".