—Cici —Luz la llamó por su apodo, apoyándose en sus manos para asomar su carita por encima del respaldo del sillón y mirar a su hermana mayor —, te llegó un mensaje.
—¿De? —preguntó agarrando un paquete de salchichas casi vacío del refrigerador.
—Ehh... Hunter.
—¿Y qué dice?
—Ehh... —Luz vaciló unos segundos —... muchas groserías.
Lucía soltó una risilla.
—Al rato lo reviso.
Lucía acostumbraba a prestar su celular a Luz, ya que su posición económica no le permitía a su madre conseguirle uno propio a cada una. Aquel aparatito barato estaba lleno de jueguitos y fotos extrañas que Luz se sacaba a sí misma, Lucía lo usaba más que nada para comunicarse con sus amigos y con su mamá cuando estaba estudiando. De hecho, incluso la universidad estaba siendo un gasto demasiado grande, sabía y agradecía el increíble esfuerzo que hacía su mamá para pagarla.
Lucía encendió la estufa después de que la chispa tronara un par de veces. Olía a gas y al humo del cigarro del vecino que se colaba por entre la ventana abierta.
Vertió en una sartén un chorrito de agua y la colocó sobre la llama. Agarró una salchicha (la última) y la puso en el plato del sartén, la cubrió con una tapa de vidrio que encajaba perfectamente con el borde y esperó a que se cocinaran. Podía escuchar el suave susurro del fuego, y el siseo del agua comenzando a hervir se hacía cada vez más presente.
Se perdió en un trance, mirando partículas de polvo danzar en el aire al compás del ruido de los coches de la calle.
[ 害怕 ]
La voz se le quedó atorada a media garganta. Estaba furiosa.
No. No furiosa. Decepcionada.
Decepcionada, enrabiada, fúrica, avergonzada. ¿Cómo se atrevía su hija a humillarla así? Después de todo lo que le había dado, de los sacrificios que había hecho, de cómo quedó su cuerpo tras el embarazo, ¿y se atrevía a poner a la familia en esa posición tan repugnante?
—Odalia —se oyó una voz grave, era su esposo, sentado en la silla de su estudio mirándola desde abajo con sus ojos tan cansados —, ¿qué quieres que haga?
Odalia carraspeó, tratando de ahogar el veneno de la rabia que estaba rogando por ser expulsado.
—Regañarla —habló con la voz temblorosa de cólera.
—Ese siempre ha sido tu papel —el hombre parecía indiferente al enojo de su esposa —. Sabes que no sé hacerlo, y aunque intentara, no me haría caso.
—Yo no puedo ni mirarla en este momento —cruzó sus brazos y se clavó las uñas en los propios.
—¿En dónde está ahora?
—Le dije que fuera a su habitación y que tenía prohibido salir hasta que o tú o yo entremos a hablar con ella.
—Ah, la tortura de la espera —se dejó caer hacia atrás en el respaldo de la silla la cual rechinó suavemente.
—Que sufra —pausó un segundo, para luego suspirar y llevarse la mano izquierda a la cara de puro estrés —. Tenemos que hacer algo, necesitamos arreglar nuestra- su imagen —tuvo un desliz en esa última frase.
—¿Algo cómo qué?
—No sé qué hagan los artistas cuando la cagan, nunca lo he hecho.
—Que yo recuerde —se llevó la mano a la barbilla pensativo —, usualmente tratan de compensar. ¿Te acuerdas de cuando Lilith insultó a un camarero y después hizo una donación de un millón al restaurante?

EST?S LEYENDO
THE FEAR ━━ LUMITY BETA.
Fanfiction? Lucía, ya no sé qué es real y qué no. ?Qué se supone que debo sentir ahora mismo? ? Tras un controversial desliz en la carrera de Amelia Blight como cantante pop internacionalmente reconocida, su manager decide que la única manera de poder limpiar...
O1. LDN.
Comenzar desde el principio