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O2. Desatentamente, Lucía Noceda.

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En su defensa, ella no creyó que fuera a funcionar.

—¡Luz Noceda! —exclamó la mayor —¡¿En qué mierda estabas pensando?!

El tono sobresaltó a la menor, la cual perdió la expresión alegre.

—No... No sé —sus ojos miraban a todos lados menos a su hermana —. Yo pensé-

—¡No! ¡No pensaste en nada!

—¡No creí que fuera a funcionar Lucía! ¿Qué? ¿Crees que le marqué a pedirle que te dejaran ganar? ¡No tengo su número!

Lucía abrió la boca para responder, pero Camila les pegó un susto a ambas cuando entró a la habitación.

—¿Me pueden decir por qué gritan tanto? —se talló los ojos, pero a pesar del sueño la molestía en su voz no sonaba diluída. A lo mucho un poco ronca —. Son las cinco de la mañana.

—¡Pues ella! —la mayor señaló a Luz con la palma abierta —¡Dile lo que hiciste!

—¡No hice nada malo!

—¡No, claro que no! ¡No fue malo, fue estúpido!

—¡Ey! —gritó su madre —. Cálmense las dos —volteó a Luz —. ¿Qué hiciste?

Y ahí vino la explicación de nuevo, esta vez acompañada con las dulces expresiones de disgusto de Lucía.

—¿Verdad que fue estúpido? ¿Verdad que tengo derecho a molestarme? —inquirió Lucía, pero Camila sólo se quedó en silencio —. ¡Pero regáñala!

—Luz —ignoró a su hija mayor —. ¿Dice si hay remuneración?















[ 害怕 ]















Fue coaccionada por su madre a aceptar; tomó varios minutos, pero el dinero siempre ha sido la forma de hacer que el perro baile.

Ahí estaba ella. Sola, medio asustada, mirando la puerta de una cafetería kilómetros separada de su hogar a la cual no quería entrar. Podía sentir la diferencia de clases, era infinitamente diferente a la cafetería a la que había ido con Wionna y Hunter apenas el día anterior. La puerta era de cristal con estampados en una fuente cursiva y sofisticada que leía "Café Gambrinus" en color blanco con detalles dorados en el acento y el punto. La entrada era gigantesca y le recordaba de una forma vaga a una mansión.

Por las ventanas que iban de suelo a techo ella pudo observar a la gente dentro. Sintió vergüenza; la gente se veía tan sofisticada y elegante, tan rica y adinerada, tan pomposos y tan sobrantes de dinero que podían pasar sus tardes desocupadas en una cafetería de ese estilo tomando café con precio excesivo y pastelitos con pan importado desde probablemente otro continente. Lucía irguió la espalda en un intento de verse segura y de evitar que creyeran que estaba mendigando por dinero.

Agarró el diminuto coraje que tenía y abrió la puerta con el miedo de que absolutamente todos los clientes voltearan a verla y la criticaran en silencio. Para su alivio, nadie le hizo caso.

Echó un vistazo rápido a su alrededor. El link que venía en el correo tenía bastante información, pero la que ella debía recordar era la dirección, el último día que tenía para asistir, que la remuneración era negociable, y las especificaciones sobre en qué lugar en encontraría a aquella que le daría información.

"En la esquina derecha, al fondo, habrá una mujer de cabello totalmente blanco" se repetía dentro de su cabeza, tratando de que el estrés que sentía en ese momento no la hiciera confundir el lado derecho del izquierdo.

THE FEAR ━━ LUMITY BETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora