Locura - [Gavi]

(narra Gavi)

Cerré de un portazo la puerta de la casa de Paula y empecé a caminar sin rumbo.

Esas ultimas dos semanas habian sido muy difíciles y conflictivas por culpa de Marcos.

El niñato no paraba de entrometerse y yo no podía evitar reaccionar. A Paula parecía no importarle que el tio le coquetee en frente de mis ojos.

De hecho, a veces hasta llegaba a justificarlo.

Acababamos de discutir porque era nuestro cumplemes número tres y al tío se le ocurrió llegar a hacer una "noche de pelis" a casa de Paula, justo cuando ibamos a salir a un restaurante en el que había reservado.

Discutimos, Paula no parecía entender lo importante que era esa cena para mi, y su idiota amigo observaba expectante toda la situación con una media sonrisa.

Descarrilé y fué cuando Paula me gritó.

Me dijo que si yo no le permitía tener amigos y darles atención, que me fuera.

Y me fuí.

Las lágrimas brotaban en mis ojos mientras intentaba llamar a Pedri.

[llamada con Pedri]
... Colega! Cómo va la cena? Ya se lo has dado? Digo... el obsequio especial - Pepi habló divertido desde el móvil.
- No Pepi, todo ha ido fatal - Sollocé - Puedes venir a por mi? Te mando mi ubicación...
... Qué ha pasado Gavi? Ya voy en camino con Sara...
- Te cuento cuando estén aquí... - Envié mi ubicación en tiempo real - Muchas gracias...

Corté la llamada y liberé en llanto toda la angustia que cargaba sobre mis hombros.

-

Me encontraba en casa de Pedri.

Las palabras de Marcos corrían en mi cabeza como si se tratase de una maratón. "No suele durar más de tres meses".

Si, han sido unos escasos tres meses, pero para mi se sentían como años y años de relación.

No podía imaginarme una vida sin mi Paulis, no podía perderla.

La cama de la habitación de invitados era muy cómoda. Las cobijas que me tapaban hasta la cabeza acariciaban mi piel suavemente mientras las lágrimas seguían escurriendo.

El sonido de la puerta rechinando me sacó de mis pensamientos. Salí de entre las cobijas cuando sentí el colchón hundirse.

Al observar el exterior me encontré con Sara, sentada a mi lado en la cama.

Sequé mis mejillas rápidamente y ella me mostró compasión con un cálido tacto en mi hombro.

- Déjame darte un poco de contexto - Habló mirándome a los ojos.

Me incorporé para lograr sentarme y asentí prestando atención.

- Vale... Por donde empiezo... - Pensó en voz alta.

- Por qué es tan especial para ella? - Pregunté, para luego inhalar profundamente con la respiración entrecortada.

- Marcos y Pauli se conocen desde la primaria... - Empezó su relato con una voz muy suave - Nosotras aún no nos conocíamos. Se tenían disponibles a toda hora, no debían "cuidar" otros vínculos porque no los tenían, sólo se tenían el uno al otro...

Sentí como si me estuvieran clavando un puñal, pero aún así no desvié mi mirada de los ojos de Sara.

- Luego Pauli y yo nos conocimos en secundaria, y me di cuenta al instante de que clase de persona que era Marcos... - Hizo una mueca de disgusto - Un manipulador... - Continuó - Cada vez que alguien nuevo se acercaba a Pauli él se esmeraba en alejarlo. Al parecer temía que alguien le quite la atención full time que ella le daba.