Cuando abren la puerta, padre e hijo se sienten mal por haberle dicho eso, pues el menor llega con las lágrimas saltadas y la respiración acelerada, yéndose directo a mirar la mano.
- Siento haberte mentido Taehyungie, pero hace tres días que no venías a vernos y te extrañábamos — susurra, atrapándole con los brazos — formas parte de nuestra familia y lo normal es querer verte a diario.
Las sospechas de Yoongi aumentan cuando su menor se agarra al cuerpo de Jimin lo escucha sollozar, asustando también al cachorro.
- Yo también os he echado de menos — solloza, llenándose las fosas nasales con el aroma del cachorro — pero las cosas están complicadas en la uni y en casa, tengo que mantenerme el mayor tiempo que pueda allí.
- ¿No quieres merendar con nosotros? — pregunta Yoongi con suavidad, poniéndole la mano en el hombro; el corazón del beta es terriblemente atacado cuando el rostro de su menor se gira y sus grandes ojos llorosos lo enfocan, queriendo quitarle el sitio a su cachorro para arroparlo él — anda quédate, Taetae.
- Está bien — asiente, separándose de Jimin, que se pone de puntillas y le da un besito en la nariz — te quiero mucho, Minnie.
- Pues papá y yo te queremos más, ¿Verdad? — sonríe, deslumbrando la casa.
- Verdad — asiente Yoongi; el corazón de Taehyung se desata cuando el beta le agarra del mentón suavemente y le atrae a sus labios, dejando un pequeño beso en ellos, sintiéndose cálido con las palmadas de emoción del menor.
¿Así se siente estar en casa?; piensa, siendo agarrado de las manos de ambos para dirigirse a la cocina.
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Ciertamente la universidad le interesa muy poco, prefiere pasarse toda la tarde comiendo tortitas y disfrutando de que padre e hijo peleen por ver quién se sienta a su lado, aunque el beta no lo diga directamente; es feliz cuando está ahí, porque se siente amado y querido como debería sentirse en casa.
- Taehyungie, ¿Querrías venir con nosotros a un sitio? — pregunta Jimin de repente, recuperándolo de su burbuja.
- ¿A dónde?
- A la tumba de mi hermana — dice Yoongi, algo nostálgico — el otro día te expliqué su historia y hoy es el aniversario, pensábamos ir a dar una vuelta por Daegu para ver la tumba, lo hacemos desde hace un par de años.
- ¿Ir a Daegu? No sé si mis padres me dejarán — susurra, sabiendo el tema complicado que hay ahora.
- Di que te vas de excursión con la universidad, solo va a ser una noche, Taehyungie — pucherea Jimin, atacándole con su mayor arma: la ternura — además así podrás dormir con papi otra vez, que el otro día estaba muy contento.
- ¡Min Jimin! — gruñe el mayor, sacando una sonrisa cálida en Taehyung.
Tiene el placer de ver cómo las mejillas de Yoongi se colorean un poco de rosado, al final, no deja de ser joven, aunque sea padre y eso se le hace muy tierno; el menor acerca su cuerpo, dejando un beso en ese sonrosado, sorprendiendo al beta.
- Lo haré, ¿Sí? — sonríe, sacando un aplauso enorme de Jimin y otra leve sonrisa del mayor, que le devuelve el beso.
- Bien, me voy a estudiar de nuevo, no se entra a la universidad de teatro solo siendo lindo y pequeñito como yo — dice, levantándose y yéndose de la cocina con saltitos — ¡No os deis muchos besitos!
- Qué niño — suspira Yoongi mientras Taehyung se ríe.
Es entonces cuando el corazón del omega se remueve pues Yoongi se levanta, agarrándole de la muñeca; siente que ese toque quema y arde como si de fuego se tratase, siendo arrastrado hacia el salón, donde cierra las puertas para evitar que su bebé los pille en mitad de un momento de intimidad.
- Cachorro — le dice con cariño, atrapándolo entre sus brazos — tu sabes que si te ocurre algo puedes decírmelo ¿Verdad? Tenemos algo serio, Taehyungie.
- ¿Puedo hacer una pregunta? — susurra, pasando las manos por su cuello.
- Las que quieras y necesites.
- ¿Habría alguna posibilidad de que te quitasen a Jimin? — pregunta, sorprendiendo a Yoongi — como no es tu cachorro biológico, ¿Los servicios sociales podrían llevárselo?
- No sé quien te ha amenazado con eso, pero es imposible — dice suspirando para arrastrar al menor hacia el sofá; el omega se siente avergonzando cuando acaba a horcajadas encima de Yoongi, pero encantado a la vez — mi niño está registrado como mi hijo y tengo una sentencia firme de eso, así que será mi cachorro hasta que se muera.
- Eso me tranquiliza mucho, hyung — susurra, acercándose.
Los labios de Yoongi atrapan los suyos mientras sus manos aprietan la cintura con el deseo que lleva reteniendo esos tres días; las lenguas juguetean entre ellas y el beta no puede evitar gruñir levemente porque el menor se sitúe mejor sobre su regazo, restregándose de forma consciente o no.
- Mi bebé dormirá en otra habitación cuando nos vayamos — ronronea, separándose de sus labios para bajar al cuello — tú dormirás conmigo, te he echado de menos en mi cama estos días, cachorro.
- M-Me gusta que me llames así — susurra, ladeando el cuello para ser bien mimado.
- Y a mí que me llames hyung — confiesa, aunque Taehyung ya lo sospechaba — aunque no me llames papi, no sé cómo reaccionaré.
La boca de Taehyung es tapada por la mano de Yoongi, pues él es consciente de que se lo ha dicho para ser llamado así, pero también sabe que su cachorro puede estar escuchando detrás de la puerta y no se fía.
Sube sus labios al oído del menor, que le recorre un escalofrío por la situación en la que están ahora mismo.
- Cuando estemos realmente solos, me gustaría que incluso lo gritases, pero sospecho que mi hijo está siendo un chismoso — ronronea, bebiendo de los sonidos que hacen los labios contra su mano — no puedo esperar para estar juntos en esa habitación, cachorro.
Y efectivamente, un Jimin completamente avergonzado por la conversación se sube a su cuarto a darle las noticias frescas a sus amigos, aunque muy feliz.