Narra Tobi
—Duérmete niño, duérmete ya —una voz femenina y espectral se hizo presente—. Que viene el coco y te comerá —rió. Abrí mis ojos y sentí unas manos delgadas acariciando mi rostro. Traté de moverme o hablar, pero era imposible—. No tengas miedo, yo estoy contigo. Siempre he estado contigo —sus caricias comenzaban a quemar—. Una madre nunca abandona a su hijo, menos cuando él la necesita —ahora sentía como si sus uñas se clavaran en mi piel—. Duérmete Tobi, duérmete ya —quería gritar, me quemaba el cuerpo—. Que viene el coco —puso su mano sobre mi pecho—. Y te comerá —dijo en un susurro atravesándolo—. Pobre, pobre, niño solitario. No necesitas esto, ¿para qué? —arrancó mi corazón.
Yo quería gritar, moverme, alejarla de mí. Podía escucharla masticar, se estaba comiendo mi corazón. Me dolía todo, me costaba respirar. Sentía que en cualquier momento se me acabaría el aire.
—N-no —dije con dificultad—. A-y-u-d-d —todo se puso negro.
Cuando abrí mis ojos Matt estaba ahí. No pude evitar sonreír, el dolor desapareció y me encontraba ahora en el que había sido nuestro cuarto.
—Al fin te veo —dije acercándome a él—. Sabía que en mis sueño sí te encontraría —él no contestó—. ¿Estás molesto conmigo? ¿Por qué no me escribiste? Pensé que haríamos algo en San Valentín.
El chico se acercó a mí y puso su mano en mi pecho.
—Sí lo necesitas —sentí fuertemente el latido de mi corazón. La figura de Matt se desvaneció.
Abrí mis ojos con lentitud. Por un instante me sentí confundido, alguien me abrazaba; y entonces me llené de temor. ¿Qué había pasado esa noche? ¿Quién estaba junto a mí? No podía dejar de pensar en que me hubiese emborrachado tanto que hubiese terminado en la cama con el amigo de Santiago y Alex, o con cualquier otra persona diferente a Matt.
—No puede ser —susurré tratando de soltarme de su agarre. Como me encontraba en el borde de la cama, pues esta era muy pequeña, resulté en el suelo. Miré bajo la cama, del otro lado vi sus zapatos—. No puede ser —era incapaz de mirar quién yacía en mi cama—. ¿Qué hice?
Imágenes de la noche anterior aparecían de manera aleatoria en mi cabeza, estaba asustado, no dejaba de pensar en que le había fallado a Matt. ¿Tal había sido mi enojo como para haberlo traicionado de esa forma?
—No —me quemaba el pecho —. Qué cobarde —murmuré apoyando mi frente en el borde de la cama—. No hay nada que justifique haber traicionado a Matt —las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.
La persona en la cama se movio, jalando la cobija y haciéndome reaccionar.
—Debo sacarlo —me armé de valor y me levanté. La persona se encontraba de espaldas—. Eres una mierda, Tobi —pensé al ver que incluso había tenido el descaro de buscar a alguien similar a Matt—. ¿Cómo pudis... —el chico se giró todavía dormido y de repente mi corazón pareció detenerse—. No puede ser —sobé mis ojos y sacudí mi cabeza—. ¿M-Matt? —mis labios y manos temblaban—. Esto debe ser una broma —me sobé los ojos nuevamente—. Es Matt —no pude evitar soltar unas lágrimas de emoción—. Realmente eres tú —me acerqué para verificar que mis ojos no me estuvieran engañando.
Luego de observarlo dormir durante un par de minutos, al fin acepté que Matt realmente se encontraba frente a mí. Quería abalanzarme sobre él, abrazarlo, besarlo, encadenarlo con mis brazos y piernas y no soltarlo nunca más.
—Debo estar soñando —pero parecía dormir tan plácidamente que no quería despertarlo—. Descansa —lo arropé y salí del cuarto.
Pensé en preparar un desayuno especial. Matt me había sorprendido y yo no me quedaría atrás. Antes de dirigirme a la cocina busqué mi celular, tenía varias llamadas perdidas de Matt. También un par de mensajes.
EST?S LEYENDO
Desde que te so?é (Gay) TERMINADA
RomanceEsta es la historia de Matt Howerdel, un chico que se ve obligado a mudarse de casa luego de enterarse de que su madre ha encontrado un nuevo amor y quiere rehacer su vida. La idea que al principio le parece absurda, termina por ilusionarlo ya que a...
