抖阴社区

Capítulo 16

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Narración de Lizbeth

Tomé de la cintura a Daira, y la guíe a la sala, en el camino no le dije que la bruja era la esposa del amigo de papá, no lo vi importante.

En cuanto llegamos mamá nos miró e hizo que todos se enterarán de nuestra presencia -Cariño, cuánto tiempo sin verte, estás aún más hermosa- mamá se acercó a Daira y la abrazó, esta última la recibió gustosa, -Usted está bellísima- le dijo Daira, yo miré a mi alrededor, la única que parecía que no estaba contenta era Titania, los demás veían la escena con una sonrisa, incluido su esposo, pero ella tenía una mirada neutra, sin una sola facción que indicará como se encuentra.

Papá y Daniel de igual manera se acercaron a saludar e incluso el señor Ron lo hizo -Señor Ron, ella es mi novia- le dije con una sonrisa, él le ofreció su mano -Un gustó señorita, Carlos Ron- Daira estrechó su mano -Un gusto, Daira de la Torre- él sonrió -¿Tú eres hija de Jacob y Daniela de la Torre?- los padres de Daira, también son empresarios. -Sí, así es- le dijo con una sonrisa -Maravilloso, tuve el placer de construir uno de sus hoteles- Carlos Ron, es arquitecto, por lo que sé de los mejores, o bueno eso es lo que estuvo diciendo mamá durante el día, aunque nunca mencionó su nombre.

Carlos al ver que su esposa no tenía intención de acercarse decidió señalarla
-Ella es mi esposa, Titania García- Daira la miró, se acercó hacía ella y le ofreció su mano -Profesora, un gusto verla- Titania más a fuerzas que de ganas, aceptó su mano -Igual, De la Torre- fue lo único que dijo.

Después de eso todos volvimos a tomar asiento, Daniel se sentó a un lado mío y Daira del otro, quedando yo en medio de ambos. Con Daira nosotros tuvimos un poco más de conversación -¿Irás al evento de mañana?- le preguntó Daniel a Daira -No quería, pero tengo qué- yo suspiré -No eres la única que irá a la fuerza- reímos y en eso Martha apareció, se acercó a mamá, -Señores, los invitó a pasar al comedor- dijo mamá, papá gió a Ron y a la bruja, mamá se quedó un poco atrás con nosotros -Me alegra que estés aquí, cariño- le dijo a Daira -Yo estoy muy feliz de que así sea- le respondió Daira.

Llegamos al enorme comedor, nuevamente Daniel se sentó a un lado mío y Daira del otro, la bruja quedó justo en frente de mí.

-Ella no deja de mirarte- me dijo Daira en mi oído, y es que tenía razón, la bruja ni siquiera estaba disimulando, me mira como si quisiera matarme, yo me acerqué al oído de Daira -Me odia- fue mi justificación, eso no la convenció, así que me acerqué y le di un casto beso en los labios, sentí como sonrió entre el beso.

La cena continuó, de vez en cuando nos incluimos a la conversación, todo iba entre comillas normal, aunque era notorio la tensión en el ambiente, pero creo que eso solo lo percibimos la bruja y yo.

Ella casi tampoco había participado en la platica, pero habló -Una disculpa, ¿El sanitario?- papá rápidamente contestó -Hija, guía a la Señora Ron, por favor- yo suspiré para mis adentros y me pusé de pie -Sigamé, por favor- la miré, ella se puso de pie -Con permiso- fue lo que dijo a mis espaldas antes de comenzar a seguirme.

Caminos por un pasillo y luego por otro, hasta que llegamos -Ahí es- le señalé la puerta, ella me miró -Lo haces por venganza ¿verdad?- yo me reí -No sé de qué habla señora Ron- ella me acorralo contra la pared -No me digas así- yo le sonreí -Usted es la señora Ron, no veo ningún inconveniente en decirlo- me safe de su agarré y me alejé -Ahí esta el sanitario- volví a señalarselo -¿Qué haces con esa niña?- preguntó, acercándose a mí, yo retrocedí unos pasos -Es mi novia- ella suspiró -Lo haces porqué no te di una explicación ¿no?- qué es lo que pretende está mujer.

-No. Lo hago porque la quiero- Y no es mentira, yo siempre le tendré un cariño a Daira. -Mientes- volvió a acorralarme
-Basta señora, su marido podría ver como tiene a la hija de sus nuevos socios acorralada contra una pared a centímetros de sus labios, y eso no sería algo bueno para usted- ella colocó sus manos en mi cintura -No me interesa- se acercó a mis labios -Deja de jugar conmigo- susurré al sentir su aliento mezclarse con el mío -No estoy jugando...- rozó sus labios con los míos.

Ella es como un enigma, por más que lo intentó no puedo alejarme -Tu marido puede ver...- me interrumpió poniendo sus dedos en mis labios, impidiendome terminar la frase -Deja de mencionarlo- con sus finos y delicados dedos acariciaba mis labios -Necesito pedirte un favor- lo dijo sin dejar de mirar mis labios, solté un pequeño suspiro -Dime, qué necesitas- ella sonrió -Necesito que me beses- mi piel se erizo, ella repitió las mismas palabras que yo le dije aquella noche -¿Qué?- respondí un poco aturdida, tal vez es producto de mi imaginación -Besamé, Andrade- yo miré a mi alrededor, no había nadie, pero podrían aparecer en cualquier momento
-Alguien podría vernos, estaríamos en graves problemas y...- volvió a interrumpirme -Y nada, es una orden- yo pusé mis manos alrededor de su cuello -Te dije, besamé- volvió a utilizar mis propias palabras.

Y yo no pude seguir resistiendo, la besé con desesperación, como si tuviera siglos sin hacerlo, como si necesitará oxígeno y sus labios me lo fuesen a dar. Con esto puedo comprobar que estoy perdida por ella, que la necesidad de tenerla cerca es más profunda de lo que creí, que no puedo seguir resistiendo, ni ocultando lo que está mujer provoca en mí.

Titania se alejó y en sus ojos una vez más percibí el arrepentimiento. Pero no, en ésta ocasión no voy a permitir que vuelva a huir, sin que se aclare todo.

Me daba la espalda, me acerqué lentamente hacía ella y la giré, para que pudiera mirarme a los ojos y así lo hizo -Me gustas...- solté por fin, sentí como mi cuerpo dejaba de sentir ese gran peso que soportaba por ocultar tales palabras.

Pero ella se alejó -No sabes lo que dices- me acerqué a ella una vez más -Por supuesto que lo sé, usted también me desea profesora- Le dije cerca de sus labios, podía notar la lucha interna que tenía consigo misma.

Y cuando creí que ella volvería a alejarse habló -Al carajo- me besó, ella me besó, uniendo nuestros labios en un delicado beso, percibiendo y transmitiendo lo que cada una deseaba.

Sus manos se mantenían en mi cintura, las mías en sus hombros, nuestros labios se alejaron apenas unos centímetros, donde ella aprovechó a hablar en un pequeño pero claro susurro -Has influenciado a que llegue al pecado...- volvió a besarme.



La Profesora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora