抖阴社区

Capítulo 33

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Narración de Lizbeth

Después de estarla evadiendo y prácticamente ignorando, ahora no podía dejar de verla. Daira me miró, y eso me hizo salir de mi trance, observando a todos lados menos a Titania. Tengo que aprenden a disimular o van a descubrir lo perdida que estoy por mi profesora.

-Sus madres quieren saber si ya saben qué hacer- soltó en un tono frío -Ehh bueno...- dude, y me giré a Daira, ella me miró y me dió una sonrisa luego enfocó su vista en Titania -Tiramisú. Es lo que haremos- dijo con seguridad, ella es todo lo contrario a mí en la cocina, sabe lo que hace, siento que yo seré más estorbo que ayuda, pero bueno, intentaré ayudar sin arruinarlo.

Un silencio incómodo se instaló -Bueno, yo me adelanto con ellas, con permiso- dijo Daira rompiendo el hielo, y dejándonos a solas.

Titania dió una vista al rededor, me imagino que comprobando que ya no hubiera nadie, después sus hipnotizantes y oscuros ojos me miraron -Yo... yo también iré con ellas- traté de huir, pero con agilidad me detuvo, pues hizo un agarre en mi cintura y causó que nuevamente estuviera frente a ella -¿Por qué huyes de mí?- una risa nerviosa se escapó de mi boca -¿Huir? Claro que no, solo tengo cosas que hacer- la inconsistencia en mis palabras era notoria -¿Por qué me evitas?- sus manos hicieron presión en mi cintura.

Podía sentir como si su piel atravesara la delgada tela de mi blusa, sentía que mi sangre hervía ante su contacto -Te hice una pregunta, Andrade- acercó su boca a la mía -Podrían vernos- dije alejándome. Creo que eso la irritó, pues un frustrante suspiró se escapó de sus labios.

Retrocedí unos pasos, creo que por primera vez Dios estaba de mi lado. Pues a lo lejos observé como el señor Ron se dirigía hacía la sala en dirección de nosotras -Lizbeth- dijo Titania con cierto disgusto, sé que iba a decir algo más pero la interrumpí antes de que lo hiciera -Señor Ron, ¿Ya ha terminado la partida?- fingí mi mejor sonrisa.

Él apenas iba llegando, Titania me miró con confusión y luego dió media vuelta ahí observó a su marido llegar -Así es hija, ha estado muy divertido- rió un poco -Tu hermano es una bestia- se acercó a su esposa y dejo un suave beso en sus labios, yo reí o bueno fingí hacerlo -Así es Daniel, suele ser bastante competitivo- el señor Ron rió.

Y como si lo invocara el insoportable de mi hermano apareció -Oh pero si hola, Señor Ron si usted hubiera jugado contra mi hermana, ella no hubiera tenido la piedad que yo tuve. Ella sí es competitiva- Carlos volvió a reír.

Titania se mantenía al margen, aunque lucía muy a gusto ante el agarre de cintura que su esposo ejercía, creo que mi hermano se dió cuenta del análisis que le estaba haciendo al matrimonio -Peque, mamá ha dicho que vayas a ayudar a Daira- se acercó y con su mano alboroto mi cabello, yo lo fulmine con la mirada, sabe que odio que haga eso.

En un abrir y cerrar de ojos ya iba corriendo hacía fuera, miré a la pareja o bueno al señor Ron -Con permiso- dije, y sin pensarlo fui detrás del maldito de mi hermano.

Entré a la cocina y ahí estaba, detrás de mi madre -Niños, qué traen- preguntó mamá, yo intenté acercarme a él pero seguía usando a mamá como escudo, la señora de la Torre y Daira reían ante la situación -Mamá, tu hija quiere asesinarme- yo reí sarcásticamente -Sí, y mi mamá no dejará que vaya a la cárcel- él se hizo el sufrido -Niños ya basta de sus juegos, que no ven que estamos preparando la comida- mamá se quitó de en medio de ambos. Aproveché esos segundos para tomar un poco del cacao en polvo qué había en un recipiente me imagino que fue Daira quien lo sacó, tomé un poco con mis manos y sin dudarlo se lo sople a Daniel.

El comenzó a toser -¡Niños! Ya basta- miré a Daniel y su cara estaba llena de cacao, me burle sin parar -Lizbeth, en de vez de estar jugando, ponte a hacer lo que te pedí- baje mi cabeza -Sí, mamá- Daniel se rió por el regaño de mi madre -Tú ni te rías, que estás igual que tu hermana. Así que también te pones a ayudarlas con el postre- ahora fue él quien agachó su cabeza -Sí, mamá- lo miré y me burle de él sin que mamá lo notará.

La cocina era bastante amplia, así que en una parte estábamos nosotros tres, Daira nos dió instrucciones precisas de lo que debíamos hacer, y nosotros nos dedicamos a obedecerla. Minutos después Titania llegó, pero como ya lo había hecho antes, continué evitandola.

Un rato después terminamos, las señoras se quedaron ahí, mientras que nosotros nos fuimos a la sala.

Dan se sentó en un sillón individual, Daira en el grande y yo junto a ella, estuvimos platicando de cosas sin mucha importancia, de la escuela, del torneo y cosas así. Poco después papá, Carlos y el señor de la Torre aparecieron. Se sentaron con nosotros e iniciamos una conversación.

Pasaron algunos horas, fuimos a comer, todo estuvo muy rico. Probaron nuestro postre, recibió halagos, aunque les hicimos saber que todo el mérito era de Daira.

Despues de un rato de charla, alistamos nuestras cosas, pues era momento de volver a casa, mañana era lunes. Son alrededor de las 9:00 pm y bueno no querían que se hiciera más tarde.

Secretamente me acerqué a papá y le dije que en está ocasión le tocaba a Daniel ir con los Ron, él lo aceptó sin mucho problema, ya todos estaban en sus camionetas, Daniel, papá y yo fuimos los últimos en salir y cuando Daniel iba a nuestra camioneta papá le dijo que le tocaba ir con los Ron, él me miró con reproché pero no hizo nada que caminar hacía allá.

Pude percibir la sorpresa en Titania, pues estaba apunto de subir a su camioneta cuando observó que era mi hermano quien iba en su dirección. Tal vez esperaba que fuera yo.

El camino fue aburrido. Los señores de la Torre al llegar a la ciudad se desviaron a su casa, en cambio los Ron al traer a mi hermano fueron hasta la nuestra. Baje de la camioneta, al hacerlo Titania, su esposo y mi hermano ya se encontraban ahí.

Habíamos estado haciendo paradas por eso llegamos más tarde de lo que se supone que tardaríamos, prácticamente ya era de madrugada -Carlos, pasen la noche aquí- dijo papá, y si yo estaba media dormida, al escucharlo decir tal barbaridad desperté por completo -No queremos causar molestias, no es necesario- dijo el señor Ron -No es ninguna molestia, ya es tarde, quédense y descansen, fue un camino largo- respondió mamá.

Carlos miró a su esposa, luego a mis padres y finalmente aceptó.

Todos entramos a casa, mamá los gió a una habitación, yo me fui a la mía sin prestar atención.

Comencé a descambiarme, me quedé únicamente con lencería, tenía calor, así que no hice por ponerme la pijama.

Me recosté en mi cama y poco después me quedé dormida.

3:25 a.m

Me desperté de golpe, miré a mi alrededor y todo seguía oscuro, tomé mi celular y vaya, aún era bastante temprano, me levanté, me puse una bata y salí de mi habitación. Todo estaba en silencio, todos dormían.

Bajé lentamente por las escaleras y luego caminé hacía la cocina, entré y me serví un poco de agua. Y como penitencia a mi pecado, los recuerdo de todas las escenas románticas de Titania y su bendito marido golpearon sin pudor alguno a mi mente, me torture aún más al recordar que ella y él se encontraban bajo mi techo, que posiblemente ella esté recostada sobre su pecho y yo aquí como  idiota pensándola.

Solté un suspiro de impotencia -Esto te pasa por meterte con una mujer casada, Lizbeth- me reproché a mí misma en voz alta -Maldita seas Titania- porque me enamoré de ti -Maldita seas bruja- por no corresponderme.

Bebí un poco más de agua, dejé el vaso en la barra y me dí media vuelta. Error. Grave error. -¿Ahora soy una bruja, Andrade?- me puse helada al mirarla ahí recargada en la entrada de la puerta, con sus brazos cruzados, su mirada fija, y sus cejas alzadas esperando una respuesta -Responde- exigió. Yo reí nerviosa -Es de cariño- fue lo que dije en mi defensa.



La Profesora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora