Salí del baño tarareando una canción, feliz y sin preocupaciones. Realmente había olvido que estaba bajo el mismo techo que la bestia que me miraba desde la cama. Lo miré buscando respuestas, no escuché cuando entro a la habitación, así que me tomó por sorpresa. Estaba sentando en la cama, mirándome seriamente con sus maletas a un lado de él.
—¿Por qué le dijiste a Artem que sacara las maletas? —me encogí de hombros, y eso no le gustó— responde, te hice una pregunta.
—Porque no caben aquí, es una habitación muy grande pero tiene muy poco espacio para la ropa —mentí, me dirigí al closet buscando algo que ponerme y dándome cuenta del gran espacio que había para su ropa.
—¿Segura? —lo escuché muy cerca de mi, al voltearme choqué con el— porque yo veo mucho espacio, en este closet caben tu ropa, mi ropa y la de todos en esta casa.
—No quiero tenerte cerca —solté tomándolo por sorpresa— no quiero estar cerca de un bipolar como tú, así que hazme feliz y vete .
—¿Que hice? —preguntó, como si no supiera.
—Nada —lo empujé y le pasé por el lado. Dejé caer la toalla dándole la espalda a Aleksander. Mi trasero se sentía completamente caliente por la mirada de él.
Me incliné para colocarme las bragas, mi trasero se expandió y la respiración de la segunda persona en la habitación se escuchó más pesada y fuerte. Sonreí estirando mi rostro, sabía lo que estaba haciendo, y sabía lo que podía provocar en el. Me giré hacia el, mostrándole ahora mis pechos, mis pezones se encontraban duros, pidiendo ser tratados por sus enormes manos y largos dedos.
—Nena, me estás provocando — dijo entre dientes.
Negué y fui hacia el gavetero. Me senté y frente al espejo me comencé a preparar la piel para comenzar a maquillarme, mi piel desnuda comenzaba a erizarse, lo que Aleksander me hacía sentir con tan solo mirarme era inexplicable. Mi cuerpo sentía la fiebre de ser tocado por el, la necesidad me mataba, me provocaba ansiedad pero todo eso sabía ocultarlo bajo la piel que anhelaba ser tocada.
—Me gustan tus tetas —soltó y lo ignoré— tu trasero redondo se vería bien ahora mismo saltando sobre mi —un cosquilleo en mi entrepierna me obligó a parar.
Aleksander estaba detrás de mi, agachado a mi altura, con su cabeza metida en mi cuello, sus labios chupando y besándome salvajemente, mientras que su mano izquierda sostenía mi cabello y su otra mano se metía entre mis bragas, masajeándome el clitoris. Ni siquiera me había dado cuenta de cuando había llegado detrás de mi.
...
Cuando me desperté no vi a Aleksander a mi lado, todo el cuerpo me dolía, intenté mover mis piernas y un pinchazo en mi zona íntima me hizo retorcer y gemir. Una carcajada se escuchó, levanté la mirada y Aleksander estaba parado en el marco del baño mirándome con una sonrisa.
—No te muevas, o te seguirá pinchando —dijo acercándose a mi.
—¿Qué es? —pregunté confundida.
—¿No te acuerdas? —negué.
—Me rogaste que te metiera unas bolas.
—¿Bolas? ¿De que carajos hablas? Saca eso de ahí —comencé a alterarme, ya que no recordaba nada.
—Son para estimularte, si te mueves se moverán y te estimularán —me abrió las piernas y sin decir nada más procedió a sacármelas.

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My sweet Zehra[+21]
Short Story"Siempre habrán ángeles en el infierno y tentaciones en el paraíso." Polos opuestos, llamados por el destino. Zehra una mujer con cara angelical, aura de diosa, cuerpo de infarto que irradia elegancia y clase por donde quiera que vaya. La vida de Z...
Capitulo 28
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