Zehra.
No sabía si era de día o aún seguía de noche, sentía que una eternidad pasaba al no poder ver los días oscurecerse y aclarase. Mi cabeza estaba hecha un desastre, no podía pegar el ojo de tantas preguntas, dudas, y pensamientos que tenía.
—Se que no quieres hablarme, te juro que me arrepiento de todo, Zehra.
La voz de Giulietta hizo eco en el lugar.
—Aquel día me di cuenta de lo mal que estaba y de lo psicopata y maniático que era Leonardo, me maldigo todos los días por haber sentido aquel sentimiento.... Me culpo todos los días y pensar de que era capaz de matar por el me atormenta.
Suspiré.
Giulietta se levantó. La vi caminar hacia mi y en ese mismo momento la puerta se abrió dejando la luz de afuera entrar e iluminar el cuerpo desnudo, sucio, y maltratado de Giulietta. Sus ojos se abrieron y su expresión fue de miedo, entonces miré hacia la puerta y el rostro de Leonardo no decía nada bueno.
—Pensé que estabas muerta —dijo seriamente.
—Eso te hubiera gustado, ¿no? Pero como ves... estoy viva, tu grandiosa y letal creación no fue lo suficientemente fuerte para matarme... —Giulietta le sonrió con burla, lo que a él le molestó.
—Ya saben que hacer —les dijo a dos de sus hombres— y tú... —me miró a mi— levántate, tenemos un desayuno al cual asistir.
Los hombres de Leonardo tomaron a Giulietta de los brazos e intentaron llevársela del lugar. Yo me levanté del suelo y rápidamente me coloqué frente a Leonardo, aún no entendía como era capaz de hacerle esto a su hermana.
—Déjala —le rogué— por favor, no le hagas nada.
Leonardo me tomó del brazo y se hizo a un lado jalándome con el, sus hombres se llevaron a Giulietta quien batallaba con las pocas fuerzas que tenía.
—Déjala ir, te lo suplico...
—Cállate— me jaló del brazo, intenté zafarme pero su agarre cada vez se hacía más fuerte.
En el intento de zafarme caí al suelo y eso no lo detuvo, siguió caminando y esta vez me tomó del pelo y me arrastró por todo el pasillo hasta llegar a la misma habitación de ayer.
—¡Suéltame! —grité.
Sus ojos me quemaban, ardían de la rabia, aún tenía mi cabello entre sus dedos y cada vez apretaba más el agarré haciéndome gemir del dolor, de mis ojos salían las lágrimas.
—¿Que te contó?...
No respondí.
Me jaló el pelo aún más fuerte hacia atrás.
—Te hice una pregunta —gruñó entre dientes.
—No me dijo nada... te lo juro —gemí— suéltame...
Lentamente me soltó. Me alejé de él lo más rápido posible y me levanté del suelo, Leonardo no dejaba de mirarme con ganas de asesinarme, aquella mirada me causaba escalofríos porque sabía que el era capaz de hacerme daño, Sin embargo no dijo nada más, dio media vuelta y caminó hacia la puerta.
—No le hagas nada, por favor ... —se detuvo— no la lastimes.
—Arréglate, ellos no tardan en llegar.
Busqué con la mirada algo con lo que amenazarlo hasta que lo encontré, me acerqué al tocador y tomé unas tijeras las cuales me las llevé al cuello.
—Si no la dejas ir te juro que me corto la jugular...
Lo amenacé y el no hizo caso, volvió a girarse y esta vez ya tenía la puerta abierta. Hice presión en mi cuello sacándome un poco de sangre y no pude evitar gritar, esto llamó su atención y fue lo que lo hizo volver a mi.

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My sweet Zehra[+21]
Short Story"Siempre habrán ángeles en el infierno y tentaciones en el paraíso." Polos opuestos, llamados por el destino. Zehra una mujer con cara angelical, aura de diosa, cuerpo de infarto que irradia elegancia y clase por donde quiera que vaya. La vida de Z...