¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Siempre te había fascinado la lengua de Venom. La forma en que la baba brillaba a lo largo del grueso músculo, la forma en que se estiraba y se enredaba, su gran tamaño y longitud. Le confesaste estos pensamientos a Eddie una noche, los dos un poco achispados y entre besos apasionados y húmedos, cuando te apartaste con una risita para hablar de todas tus sucias fantasías sobre ser atravesada por la lengua de Venom.
"Estaba deseando que llegara mi turno esta noche, pero se puede arreglar, nena", había dicho Eddie, haciéndote callar de manera efectiva con sus manos errantes encontrando la entrepierna de tus bragas húmedas, los dos follando desordenadamente en el sofá.
Un par de semanas después, Eddie te lame el clítoris cuando llegas a casa del trabajo, con dos dedos metidos profundamente en tu coño y masajeando tu interior aterciopelado. Estás gimiendo y te retuerces contra él, tus caderas se sacuden en un ruego por más. Él entiende el mensaje, o mejor dicho, Venom entiende el mensaje.
Al alejarse de tus pliegues empapados, los zarcillos negros y el lodo envuelven a Eddie, la figura descomunal de Venom supera a la de tu novio mientras jadeas y miras con ojos llenos de lujuria. Es tan jodidamente grande, especialmente esa lengua enorme que tiene, que te hace salivar y estirar la mano hacia él. Venom gruñe oscuramente a cambio, el sonido vibra contra tus paredes internas mientras se coloca entre tus piernas.
Su lengua se desliza por tu raja antes de presionar finalmente contra tu entrada. Jadeas ante la sensación de su músculo caliente y húmedo contra tu carne apretada, sintiendo cómo te provoca y te estira para abrirte.
"DEBO PROBARTE", declara Venom, antes de hundir su lengua profundamente en ti, enterrándola hasta el fondo. Gritas de placer cuando él comienza a moverse, su gruesa longitud deslizándose dentro y fuera de tu coño, su saliva lubricando tus paredes y mezclándose con el charco de excitación que se filtra sobre las sábanas. La sensación de ser llenada por él es diferente a todo lo que hayas experimentado antes.
Mientras sigue metiendo y sacando la lengua, puedes sentir cada cresta y ondulación de esa enorme lengua mientras reclama tu cuerpo para sí misma, haciendo que tus muslos tiemblen y ardan con la fuerza con la que te embiste. Unas manos grandes, lo suficientemente grandes como para aplastarte la cabeza con facilidad, te sujetan por la cintura, obligándote a hundirte más en el colchón para que la punta de su lengua pueda deslizarse contra tu cuello uterino, mientras el resto del músculo gordo se retuerce y se empuja dentro de ti.
Gimes en voz alta, incapaz de contener el sonido mientras la saliva y la baba de Venom ruedan sobre tu piel, haciéndote temblar de anticipación por lo que viene a continuación. Puedes sentir sus afilados dientes pulsando contra la parte interna de tus muslos, pero antes de que puedas advertirle, los hunde en tu carne, extrayendo sangre que se mezcla con su saliva. La sensación es electrizante, enviando ondas de choque de placer recorriendo tu cuerpo mientras rápidamente se retira para lamer la sucia mezcla, antes de que su lengua continúe sus implacables movimientos en tu coño, golpeando todos los puntos correctos y volviéndote loca de lujuria. A medida que aumenta el ritmo, puedes sentir los músculos de tu pelvis tensarse, ordeñando su lengua hasta la última gota de placer que puede darte.
Echas la cabeza hacia atrás en éxtasis, arqueas la espalda sobre el colchón mientras la lengua de Venom choca contra ese punto dulce dentro de ti, enviando oleadas de placer candente por todo tu ser. Tus uñas raspan las sábanas, tratando desesperadamente de agarrarte mientras las poderosas embestidas de Venom te empujan cada vez más cerca del borde. Con un gemido gutural, te deshaces, tu orgasmo sacude todo tu cuerpo mientras la lengua de Venom se enrosca alrededor y masajea tus paredes internas, ordeñando hasta la última gota de tu excitación. Él continúa lamiéndote mucho después de que hayas llegado al clímax, saboreando cada gota de tu esencia mientras se mezcla con su saliva.
Mientras él finalmente se aleja, dejando un rastro resbaladizo de saliva entre tus piernas, te desenrollas contra el colchón, jadeando pesadamente mientras tu cerebro se convierte en papilla.
"Mierda", jadeas entre respiraciones, "tan bueno, demasiado bueno. Mejor de lo que imaginaba. Muchísimo mejor".
Venom se ríe oscuramente de tus palabras antes de retraerse hacia Eddie, quien se derrumba en la cama a tu lado, sonriendo ampliamente: "Bueno, ahora lo sabes".
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
