Hoy era el último día en la tropa de reclutas. Me desperté con poco ánimo, la verdad. Apenas abrí los ojos, noté que las tres raritas ya no estaban durmiendo. Seguro habían ido al comedor hace rato.
Con demasiada pereza, me levanté y me alisté. No tenía ninguna prisa, así que me tomé mi tiempo. Cuando terminé, fui directamente al comedor, y ahí las vi. Mis compañeras de cuarto estaban sentadas con… ¿Annie?
Ni loca me iba a sentar con ellas. Automáticamente busqué con la mirada algún lugar vacío, pero, como era de esperarse, todos estaban ocupados. Solté un suspiro de fastidio y no tuve otra opción que dirigirme a la mesa de Mikasa y Armin.
—¿Me puedo sentar aquí? —pregunté al llegar frente a ellos.
Mikasa ni siquiera me volteó a ver. Parecía perdida en sus pensamientos mientras comía. Armin, en cambio, al notar la situación, asintió rápidamente.
—S-si, no hay problema —dijo en un tono bajo.
—Gracias, Arlert —murmuré en un tono “amable”... o algo parecido.
Armin pareció dudar por un momento antes de hablar.
—Keith, ¿te puedo hacer una pregunta?
—Ya me la estás haciendo —respondí, levantando la mirada para encontrarme con sus ojos.
—Oh… —murmuró, visiblemente nervioso.
—Vamos, ¿qué quieres saber? —sonreí levemente, casi burlona.
—Eh… ¿Te vas a unir a la Legión de Reconocimiento...?
—Mhm, sí —respondí desinteresada. No era lo que quería, pero me tocó. No había nada que hacer.
—Oh, genial. Yo igual —dijo sonriendo.
—Oh, qué bueno... supongo —murmuré, desviando la mirada. Después de todo, él podría morir en una de las expediciones. Aunque... eso no tendría que importarme, ¿cierto?
Después de eso, ninguno dijo nada más. No tenía ánimo de socializar, mucho menos con esos demonios.
.
.
.Me pasé el resto del día encerrada en mi cuarto. Ahora que lo pienso… este lugar es un asco. Esto literalmente es una mierda. Ni siquiera sé cómo soporto todo esto. Ellos son tan... ¡agh! Los odio a todos. Quisiera estar con mi familia. Los extraño demasiado.
Ya no soporto estar aquí. Odio a estos demonios... y creo que empiezo a odiar mi propio nombre. Keith Shadis, el instructor en jefe. Odio a ese pelón, ¿¡en serio teníamos que tener el mismo maldito nombre!? No lo soporto, es un asco de persona.
Ya no sé de qué más quejarme. Ni siquiera sé cómo matar el tiempo. Me siento sola. Ojalá estuvieran aquí esas tres raritas... ¡uy no! Qué asco, ¿por qué las extraño? Al fin y al cabo, solo son un estorbo.
—¡Carajo! —grité, saliendo de mis pensamientos.
Creo que me estoy volviendo loca.
Miré a mi alrededor y noté que ya era demasiado tarde. Ni siquiera me di cuenta de cómo pasó el tiempo. Solo cerré los ojos un rato y me quedé atrapada en mis pensamientos. Ahora, la habitación estaba en completo silencio, y las otras tres ya estaban durmiendo.
—Por lo menos no notaron mi ausencia —susurré.
Ni almorcé ni cené… Agh.
Me sentía tan estresada que preferí salir sigilosamente de la habitación. Caminé sin rumbo hasta llegar al bosque. No sé hacia dónde voy, pero realmente quiero estar sola...

EST?S LEYENDO
TRAITOR - Armin Arlet
Fanfiction- porque me mentiste, ?acaso no me amas? - nunca lo hice... Inicio:01/12/23 Finalizo:??/??/?? ? ESTA HISTORIA NO SE BASA 100% AL ANIME